Redacción Canal Abierto | Cinco periodistas de la cadena Al Jazeera y un reportero local independiente fueron asesinados este domingo en un ataque israelí cerca del hospital Al Shifa de la Ciudad de Gaza.
El ejército de Benjamín Netanyahu no sólo reconoció su autoría y responsabilidad, justificó la masacre acusando a Anas al Sharif de ejercer como «jefe de una célula terrorista de Hamás». Sin embargo, aún no presentó pruebas convenicentes al respecto ni respondió los requerimientos de información por parte de medios como la BBC o EFE, entre otros.
Desde que se iniciara el conflicto el 7 de octubre de 2023, 186 periodistas y comunicadores han muerto en Gaza, según las cifras del Comité para la Protección de los Periodistas.
Como corresponsal de Al Jazeera en Gaza, este joven reportero de 28 años y padre de dos niños pequeños expuso ante el mundo la tragedia que desde hace un año y medio sufre el pueblo palestino.
Al Sharif había dejado un texto preparado, una suerte de testamento para que fuera publicado en el caso de su muerte, señalaron sus allegados en un mensaje en sus redes sociales.
«Si les llegan estas palabras, sepan que Israel ha logrado matarme y silenciar mi voz. En primer lugar, que la paz sea con vosotros y la misericordia y las bendiciones de Dios», comienza el texto fechado el 6 de abril de 2025 que reproducimos a continuación:
“Este es mi testamento y mi mensaje final. Si estas palabras llegan a vosotros, sabed que Israel ha logrado asesinarme y silenciar mi voz. En primer lugar, que la paz sea con vosotros, junto con la misericordia y las bendiciones de Alá.
Alá sabe que di todo mi esfuerzo y toda mi fuerza para ser un apoyo y una voz para mi pueblo, desde que abrí los ojos a la vida en los callejones y las calles del campo de refugiados de Jabalia. Mi esperanza era que Alá prolongara mi vida para poder regresar con mi familia y seres queridos a nuestro pueblo original, la ocupada Asqalan (Al-Majdal). Pero la voluntad de Alá se impuso primero, y su decreto es irrevocable.
He vivido el dolor en todos sus detalles, he saboreado el sufrimiento y la pérdida muchas veces, pero nunca dudé en transmitir la verdad tal como es, sin distorsión ni falsificación, para que Alá sea testigo contra aquellos que se quedaron en silencio, aquellos que aceptaron nuestro asesinato, aquellos que sofocaron nuestro aliento y cuyos corazones no se conmovieron ante los restos dispersos de nuestros niños y mujeres, sin hacer nada para detener la masacre que nuestro pueblo ha enfrentado durante más de un año y medio.
Os encomiendo Palestina, la joya de la corona del mundo musulmán, el latido del corazón de todo hombre libre en este mundo. Os encomiendo a su gente, a sus niños inocentes y oprimidos que nunca tuvieron tiempo de soñar ni de vivir en seguridad y paz. Sus cuerpos puros fueron aplastados bajo miles de toneladas de bombas y misiles israelíes, destrozados y esparcidos por los muros.
Os insto a no permitir que las cadenas os silencien, ni que las fronteras os restrinjan. Sed puentes hacia la liberación de la tierra y su gente, hasta que el sol de la dignidad y la libertad brille sobre nuestra patria robada. Os encomiendo el cuidado de mi familia. Os encomiendo a mi amada hija Sham, la luz de mis ojos, a quien nunca tuve la oportunidad de ver crecer como soñé.
Os encomiendo a mi querido hijo Salah, a quien deseé apoyar y acompañar en la vida hasta que creciera lo suficiente para cargar con mi peso y continuar la misión.
Os encomiendo a mi amada madre, cuyas benditas oraciones me llevaron hasta donde estoy, cuyas súplicas fueron mi fortaleza y cuya luz guió mi camino. Ruego a Alá que le dé fuerzas y la recompense de mi parte con la mejor de las recompensas.
También os encomiendo a mi compañera de vida, mi amada esposa, Umm Salah (Bayan), de quien la guerra me separó durante largos días y meses. Sin embargo, ella permaneció fiel a nuestro vínculo, firme como el tronco de un olivo que no se dobla, paciente, confiada en Alá, y cargando con la responsabilidad en mi ausencia con toda su fuerza y fe.
Os insto a estar a su lado, a ser su apoyo después de Alá Todopoderoso. Si muero, muero firme en mis principios. Testifico ante Alá que estoy conforme con Su decreto, seguro de encontrarme con Él y confiado en que lo que está junto a Alá es mejor y eterno.
¡Oh Alá, acéptame entre los mártires, perdona mis pecados pasados y futuros, y haz de mi sangre una luz que ilumine el camino de la libertad para mi pueblo y mi familia! Perdóname si he fallado, y rogad por mí con misericordia, pues cumplí mi promesa y nunca la cambié ni traicioné.
No olvidéis Gaza… Y no me olvidéis en vuestras sinceras súplicas por el perdón y la aceptación”