periodismo2
Canal Abierto
  • Secciones
    • Ambiente
    • Cultura
      • Música
        • Rock
      • Cine
        • Documental
      • Teatro
      • Literatura
    • Deportes
      • EL PELO DEL HUEVO
    • Derechos Humanos
      • Violencia institucional
    • Educación
    • Género
      • Disidencias
      • Identidad de Género
      • Violencia de Genero
    • Medios
    • Política
      • Economía
        • Economía social
      • Elecciones
      • Soberanía
    • Internacionales
      • Latinoamérica
        • Bolivia
        • Brasil
        • Colombia
        • Cuba
        • Chile
        • Ecuador
        • Mexico
        • Nicaragua
        • Paraguay
        • Perú
        • Uruguay
        • Venezuela
      • Medio Oriente
      • Europa
        • Alemania
        • España
        • Francia
    • Provincias
      • Córdoba
      • Chubut
      • Entre Rios
      • Formosa
      • Jujuy
      • Misiones
      • Río Negro
      • Salta
      • San Juan
      • Santa Cruz
      • Santa Fe
      • Santiago del Estero
      • Tierra del Fuego
    • Pueblos originarios
    • Trabajadores
  • RADIO
  • Videos
    • Documentales
    • Crónicas
    • Entrevistas
    • Noticias en 1 minuto
    • Informe Abierto
    • Pensando la cosa
  • Podcasts
  • Especiales
    • Música: Ciclo de hip hop La Clase
    • Pensando la cosa
    • Hidrovía Paraguay – Paraná
    • Serie web: «Tierra para quien la trabaja – Alimentos para el pueblo»
    • 24Nora – Documental
    • Derechos Humanos y Movimiento Obrero
    • En directo
    • Fotogalerías
    • Informes
    • Fractura Extrema – Fracking sobre Vaca Muerta
  • Nuestras Voces
Font ResizerAa
Canal AbiertoCanal Abierto
  • Actualidad
  • Economía
  • Trabajadores
  • Política
  • Derechos Humanos
  • Salud
  • Género
  • Judiciales
  • Fotogalerías
  • Hipótesis
BUSCAR
  • Actualidad
  • Economía
  • Trabajadores
  • Política
  • Derechos Humanos
  • Salud
  • Género
  • Judiciales
  • Fotogalerías
  • Hipótesis
Redes
Canal Abierto - Periodismo de este lado
Informe especial

La guerra de Israel contra la salud en Palestina

El sistema de salud en Gaza ha dejado de existir como una red funcional: fue desmantelado metódicamente por parte de las fuerzas armadas israelíes. Privar a la población palestina del derecho a la salud es una de las pruebas más fehacientes de genocidio.
Publicado 11/09/2025 37 minutos para leer
Compartir
Compartir

“He ordenado un asedio total a la Franja de Gaza. No habrá electricidad, ni comida, ni combustible; todo será cerrado (…) Estamos luchando contra animales humanos y estamos actuando en consecuencia”
Yoav Gallant, Ministro de Defensa israelí, 9 de octubre de 2023

Por Julián Aguirre* | El sistema de salud en Gaza ha dejado de existir como una red funcional. Fue  desmantelado metódicamente a través de una estrategia dual por parte de las fuerzas armadas israelíes: la destrucción física de su infraestructura y la neutralización de su personal mediante ataques, detenciones y la imposición de condiciones de trabajo imposibles. En lo que constituye una de las pruebas más fehacientes de genocidio, como resultado, la población civil de Gaza es privada deliberadamente de su derecho a la salud y a la vida, con consecuencias que perdurarán por generaciones.

Como se planteó en el Informe especial: La guerra de Israel contra la educación en Palestina, el comportamiento de las fuerzas israelíes demuestra que su objetivo en Gaza va hoy más allá de desarticular al movimiento Hamas o destruir sus capacidades operativas tras del ataque ocurrido el 7 de octubre de 2023. El daño ejercido sistemáticamente sobre cada aspecto de la vida palestina apunta a destruir el tejido social y a impedir cualquier capacidad de reconstrucción de la infraestructura y de la propia comunidad. De acuerdo con informes de la inteligencia militar israelí filtrados a la prensa en mayo de 2025, sus propias bases de datos señalan que el 83% de las muertes registradas en Gaza corresponden a  civiles. 

De esta manera, el gobierno israelí busca destruir por completo Gaza, como lo evidencian numerosas declaraciones de miembros de su gabinete. En palabras del ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, el fin es empujar a la población a abandonar la zona definitivamente, forzandola a elegir entre la migración, el sometimiento o el exterminio, en un caso abierto de limpieza étnica y genocidio. En julio de 2025, el ministro de Patrimonio, Amichay Eliyahu afirmó en una entrevista radial que “toda Gaza será judía”, negando además la hambruna que padece gran parte de la población gazatí.

Con este telón de fondo, el colapso del sistema sanitario no es un efecto secundario de las acciones armadas israelíes. La aniquilación de la salud de la sociedad palestina constituye un fin en sí mismo. Los medios son múltiples y la evidencia se acumula: la destrucción de hospitales y clínicas, de las redes de provisión de agua y energía; el uso del hambre como arma de guerra; la contaminación causada por los agentes químicos presentes en las municiones; la destrucción de fuentes de sustento como la agricultura y la pesca; así como los ataques deliberados contra personal médico y socorristas, incluyendo casos de detención prolongada, tortura, desaparición forzada y ejecución de trabajadores/as de la salud.

Según  el informe del coordinador de Asuntos Humanitarios de ONU (agosto 2025), hasta el 31 de julio se contabilizaban  62.122 en Gaza, incluyendo 18.430 menores, 4.429 ancianos y 9.730 mujeres; además de 156.758 heridos y más de 11.000 personas desaparecidas. Al menos 14.800 pacientes requieren evacuación médica.

De los 170 centros de atención primaria, solo 66 siguen funcionales. De los 36 hospitales, apenas la mitad  operan parcialmente. Las órdenes de “evacuación” por parte de las fuerzas israelíes y el desplazamiento forzado de cientos de miles de personas incrementa la presión sobre los centros de salud aún funcionales, que deben operar con insumos cada vez más limitados. Las filas en las salas de urgencia llevan a que los pacientes mueran antes de recibir atención.

Así describió la situación el Dr. Mohammed Abu Mughaisib, Coordinador Médico Adjunto de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Gaza: “En julio de 2025, los equipos de MSF en Gaza atendieron a cientos de pacientes con traumatismos, cifras que alcanzaron los niveles más altos jamás registrados en la Franja. Incluyendo un máximo de 1200 personas hospitalizadas en tan solo una semana a finales de julio, un aumento significativo con respecto a junio. La OMS reportó 13.500 heridos en Gaza en julio, la cifra más alta registrada desde los primeros tres meses de la guerra total de 2023. Algunas clínicas de MSF cierran sus puertas a las 9:30 hs. debido al exceso de capacidad, tras atender a más de 200 personas en tan solo unas horas. Estos pacientes que atendemos son solo una fracción de quienes necesitan atención médica. Nuestros equipos deben limitar el número de pacientes que atienden cada día porque, sin suministros médicos, camas o personal adicionales, simplemente no podemos brindar atención adecuada a más personas. Muchas personas mueren antes de poder llegar a nosotros. Otras permanecen desangradas durante horas en salas de urgencias abarrotadas y pasillos abarrotados. Heridas que serían tratables en cualquier otro lugar se convierten aquí en sentencias de muerte”. Hasta la fecha, MSF ha perdido a 12 miembros en Gaza asesinados por ataques israelíes.

El accionar israelí contradice numerosos artículos de los Convenios de Ginebra y sus Protocolos adicionales en lo que refiere al comportamiento de una Potencia Ocupante y al trato a civiles  en conflictos armados. A su vez, viola la neutralidad de hospitales y clínicas, y obstaculiza deliberadamente el trabajo de organizaciones locales e internacionales que intentan brindar asistencia a la población palestina.

Destrucción metódica y planificada

La Organización Mundial de la Salud (OMS) registró que entre el 7 de octubre de 2023 y el 11 de junio de 2025, las fuerzas armadas israelíes perpetraron 735 ataques contra el sistema de salud, afectando a 125 instalaciones médicas y dañando 34 hospitales. Estas acciones dejaron un saldo de 917 personas muertos y 1.411 heridos. De los 383 trabajadores humanitarios asesinados a lo largo de 2024 alrededor del mundo, 181 se encontraban en Gaza, convirtiéndose el sitio más mortífero para la labor humanitaria, asistencial y médica.

En mayo de 2025, sólo quedaban disponibles 2.000 camas de hospital para una población de más de dos millones de personas, evidenciando cómo la destrucción material impacta en la capacidad de respuesta ante emergencias de salud.

Como describió el Centro Al-Haq de derechos humanos en su informe de enero de 2025: “A través de un patrón documentado de (i) privación intencional de recursos; (ii) intimidación; (iii) ataques directos; (iv) asedio; y (v) invasión, las fuerzas armadas israelíes atacaron sistemáticamente los hospitales de Gaza para dejarlos fuera de servicio, destruir sus instalaciones e impedir el acceso palestino a atención médica crítica”.

En julio, el portavoz de la OMS, Tarik Jašarević, advirtió que “la posibilidad de evitar la pérdida de vidas y revertir los inmensos daños causados al sistema sanitario se aleja cada día más”. Incluso las oficinas de la organización han sido atacadas y ocupadas por fuerzas israelíes y su personal en la Franja de Gaza ha sufrido detenciones, humillaciones y desplazamiento forzado. A esto se suma la denegación de visados a al menos 58 profesionales internacionales de la salud, impidiendo su ingreso a la zona para reforzar la respuesta médica. Según Healthcare Workers Watch, hasta febrero de 2025, 384 trabajadores y trabajadoras de la salud permanecían detenidos por fuerzas israelíes.

El 25 de agosto, un ataque israelí impactó el Hospital Nasser en Khan Younis, ciudad en el Sur de la Franja de Gaza, dañando el departamento de urgencias, la sala de hospitalización y la unidad quirúrgica. Minutos después, mientras los paramédicos socorrían a las víctimas, un segundo ataque más devastador mató a 20 personas, entre ellas cinco periodistas. Una investigación conjunta de +972 Magazine y The Local Call confirmó que los “ataques dobles” se han vuelto un método recurrente de los ataques israelíes, impidiendo el rescate de heridos.

Frente a la indignación internacional, las autoridades israelíes articularon un discurso contradictorio: mientras el primer ministro Benjamin Netanyahu lo calificó como un “trágico error”, otros voceros afirmaron que la acción se dirigió contra “agentes de Hamas”. El guión ya es reconocible. A lo largo de sus operaciones en Gaza, el gobierno israelí y sus comunicadores han dedicado esfuerzos y recursos para argumentar que los centros de salud son usados por combatientes palestinos como bases de operaciones, contando con que medios y políticos, especialmente occidentales, repliquen su versión de los hechos.

Durante los ataques a los hospitales Al Quds y Al Shifa (asediado por militares israelíes en noviembre de 2023 y luego entre marzo y abril de 2024), el gobierno israelí  justificó la destrucción ya que estas instalaciones eran utilizadas por militantes de Hamas. Sin embargo, investigaciones independientes desmintieron estas versiones .

En febrero de 2024, el colectivo Forensic Architecture (FA), utilizando técnicas de geolocalización, análisis de imágenes fotográficas y satelitales, además de testimonios e información periodística, desmintió el discurso israelí: “El equipo jurídico israelí presentó dos casos en los que se alega el uso militar de los hospitales de Al-Quds y Al-Shifa, ninguno de los cuales ofrece pruebas suficientes para justificar los repetidos ataques a esos dos hospitales. (…) intentan utilizar estos dos débiles casos para justificar a su vez todos los ataques a hospitales llevados a cabo por el ejército israelí desde el comienzo de la guerra. Nuestro análisis de los ataques a hospitales en el norte de Gaza revela un patrón consistente de ataques a los alrededores de los hospitales, seguido de ataques directos, asedios e invasiones”.

Las ruinas del Hospital Al-Shifa en la ciudad de Gaza, que supo ser el principal y mayor hospital de la Franja, Palestina, 2025 © Nour Alsaqqa/MSF

Durante la audiencia de la CIJ, el equipo jurídico israelí también repitió una afirmación refutada sobre la explosión en el Hospital Al-Ahli el 17 de octubre de 2023. Al respecto, el análisis de FA afirma que “las afirmaciones hechas por el ejército israelí se basaron en pruebas falsas y engañosas y no ofrecen información sustancial sobre el origen de la explosión”. Este último caso se refiere al Hospital Árabe Al-Ahli, también conocido como el Hospital Bautista, el único hospital cristiano en Gaza. Entre el 7 y el 17 de octubre de 2023 había sido blanco de 51 ataques, en los que fueron asesinados 15 de sus trabajadores y donde fueron destruídas sus salas de ecografía y mamografía. Pero la noche del 17 fue escenario de una gran explosión captada en vivo, que dejó un saldo de 200 a 471 personas muertas, entre trabajadores, pacientes, familiares y personas refugiadas dentro de sus instalaciones. Desde entonces, voceros israelíes han insistido en responsabilizar a facciones palestinas por el hecho.

El 21 de marzo de 2025, fuerzas israelíes demolieron el Hospital de la Amistad Turco-Palestina, ubicado en  la Universidad Islámica de Gaza (IUG), al sur de Gaza, tratándose del principal centro de salud especializado en medicina oncológica. Tenía ocho bloques interconectados, con cuatro quirófanos, unidades de cuidados intensivos, laboratorios y 200 camas, a pleno rendimiento, podía atender hasta 30.000 pacientes al año, además de impartir formación sanitaria a 500 estudiantes de medicina, 800 de enfermería y 400 de servicios sanitarios.

Asimismo, hospitales oftalmológicos de referencia destruidos, dejando a pacientes con enfermedades como glaucoma o retinopatía diabética sin atención.

La salud reproductiva también ha sido devastada. El 13 de marzo de 2025, la Comisión de Investigación Internacional Independiente presentó su informe ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas sobre el uso sistemático por parte de Israel de la violencia sexual, reproductiva y otras formas de violencia de género por parte de las fuerzas israelíes: “Dar a luz en Gaza es como dar a luz en la Edad Media. No hay acceso a atención neonatal, prenatal ni posparto. No se dispone de equipo básico para el parto, como fórceps, ni de medicamentos esenciales como los antihipertensivos para tratar afecciones comunes y graves como la preeclampsia. Como resultado, la morbilidad materna, los mortinatos y los abortos espontáneos han aumentado”.

La destrucción sistemática de la salud reproductiva fue identificada como uno de los fundamentos para acusar a Israel como responsable de actos de genocidio. Entre los casos relevados se encuentra la destrucción del Centro Al Basma de fertilización in vitro. Ubicado en la ciudad de Gaza, era la principal clínica de fertilización asistida de la Franja, recibiendo entre 2000 y 3000 pacientes por mes. Sin embargo, en diciembre de 2023 fue bombardeado, donde fueron destruidos su banco genético y laboratorio de embriología,  resultando en la pérdida de 4.000 embriones congelados y 1.000 muestras de esperma y óvulos almacenados. La destrucción de este tipo de instalaciones fue identificada como parte de las categorías de genocidio identificadas por el Estatuto de Roma, que comprende entre otras la destrucción deliberada de la capacidad de una población para reproducirse y la imposición de medidas destinadas a impedir los nacimientos.

A esto se suma el desafío de trasladar lejos de las zonas de combate y con medios cada vez más reducidos a pacientes que requieren cuidados especializados, como mujeres embarazadas y recién nacidos en sus incubadoras. El 10 de noviembre de 2023, cuando fuerzas israelíes asaltaron el Hospital de Niños Al Nasr y sacaron por la fuerza al personal médico, cinco infantes murieron debido a la negativa de los militares de evacuar bebés prematuros.

Exterior del Hospital Kamal Adwan en la ciudad de Gaza, severamente dañado. Uno de los tres hospitales principales del norte, fue asediado en octubre de 2024. Palestina, 2025 © Nour Alsaqqa/MSF

Sofocar la salud e impedir la sanación

El estado del sistema de salud de Gaza ya era desafiante antes del inicio del genocidio. Entrevistado por Maya Rosen para Jewish Currents, El Dr. Yousef Al-Akkad, director del Hospital Europeo de Gaza, enumeró los diferentes retos con los que debían lidiar entonces: “La Franja de Gaza ha estado bajo asedio israelí desde 2007. Esto significa que, durante los últimos 16 años, los médicos han carecido de los medicamentos y suministros médicos necesarios para su trabajo. Por ejemplo, hemos tenido muchas dificultades para conseguir nuevos equipos de radiología, como máquinas de resonancia magnética y escáneres de tomografía computarizada. Y cuando estos equipos fallan, a veces hemos tenido que esperar más de un año para obtener una pieza de repuesto. (…) En un momento dado, no tuvimos escáner de tomografía computarizada durante más de ocho meses por falta de una simple pieza de repuesto. (…) Las autoridades israelíes no permiten la entrada de tales piezas y equipos de repuesto. Así que, incluso si tuviera el dinero, tardaría uno o dos años en recibir cualquier equipo de radiología nuevo. Tenemos el mismo problema con los generadores. Cuando no hay suficiente electricidad en Gaza, el hospital funciona con un generador, pero cuando un generador se estropea, nos cuesta conseguir piezas de repuesto.”.

Ante la falta de suministros, los cirujanos se encuentran amputando miembros sin anestesia ni elementos para esterilizar adecuadamente sus instrumentos. La falta de insulina, máquinas de diálisis, reservas de sangre, incubadoras, camillas, tanques de oxígeno y respiradores, entre otros elementos, conduce a la constante acumulación de muertes que serían evitables en otras circunstancias. Maher Ayyad, médico del Hospital Árabe Al Ahli describió la situación: «Tenemos que elegir a quién dejar sobrevivir y a quién no. Desafortunadamente, nuestra falta de recursos nos obliga a apostar por quién tiene más posibilidades de sobrevivir. Si hay dos heridos que necesitan cirugía al mismo tiempo, tenemos que decidir a quién darle esa oportunidad».

La falta de combustible y la destrucción de las redes de caminos impide el funcionamiento de ambulancias, lo que incrementa la agonía de personas heridas y enfermas.La jurista Penny Green, cofundadora y directora de International State Crime Initiative, describió  al escenario en desarrollo como un saniticidio: “La prohibición de Israel de importar elementos de fibra de carbono (utilizados para estabilizar y tratar lesiones en las extremidades) y resinas epoxi (utilizadas en la producción de prótesis ligeras y cómodas) ha significado que a las personas con lesiones y amputaciones en Gaza se les niegan tecnologías de asistencia que les permitirían independencia, movilidad y una mayor calidad de vida. Los ataques sistemáticos y selectivos contra las estructuras de salud y rehabilitación de Gaza -sumados a casi dos décadas de bloqueo y ahora, bombardeos masivos y un asedio total- han garantizado que a los recién heridos, a los enfermos crónicos y a los discapacitados se les nieguen recursos adecuados de atención médica y rehabilitación, de modo que permanecen en un estado de lesión en lugar de pasar a un estado de lo que Jasbir Puar llama “discapacidad funcional. Cuando las mismas estructuras diseñadas para tratar, asistir y rehabilitar son desmembradas, los heridos no pueden transformarse en discapacitados funcionales”.

Se han documentado más de 4.500 amputaciones y muchos miles de casos de lesiones en la columna vertebral y el cerebro, un número desproporcionado de los cuales afecta a niños, requiriendo de una atención constante que hoy el sistema de salud local es incapaz de proveer.

Antes del inicio de las más recientes operaciones sobre la ciudad de Gaza, el 88% de la Franja se encontraba bajo órdenes de evacuación o dentro de zonas militarizadas israelíes. Esto altera por completo toda posibilidad de ofrecer asistencia, sea la distribución de comida o la respuesta a emergencias.

Particularmente afectado ha sido el norte de Gaza. En febrero de 2025, Caroline Seguin, coordinadora de MSF, describió el panorama sanitario en el que se encontraban trabajando: “Ya no existe sistema de salud en la zona norte de la Franja. El Hospital Kamal Adwan ha sido arrasado, mientras que los hospitales Al-Shifa, Al-Awda y los hospitales indonesios han sufrido graves daños y solo funcionan parcialmente. Nos impactó profundamente observar que en el Hospital Indonesio, todos los equipos médicos parecían haber sido destruidos deliberadamente; fueron destrozados uno a uno, para asegurar que ya no se pudiera brindar atención médica (…) La atención médica es en gran medida insuficiente en comparación con las necesidades de los cientos de miles de personas que viven en la zona. Por ejemplo, entre el norte de Gaza y la ciudad de Gaza, solo hay seis camas de cuidados intensivos pediátricos, en comparación con las 150 que había antes de la guerra, y el número de camas de hospital para pacientes se ha desplomado de 2000 a 350”.

Las infecciones resistentes a múltiples fármacos están aumentando y los niveles de morbilidad (incluida diarrea, fiebre, infecciones respiratorias y cutáneas agudas) son alarmantemente altos entre los niños. Además la devastación del sistema sanitario y de saneamiento de agua, junto al hacinamiento de la población, se vuelven catalizadores de enfermedades altamente contagiosas antes contenidas, como sarampión, cólera, tifoidea y polio. El 92% de las viviendas han sido destruídas o dañadas, potenciando el riesgo a la salud que conlleva la falta de albergue, calefacción y sitios donde descansar adecuadamente.

En agosto de 2025, tras meses de denuncias de casos crecientes de malnutrición, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), UNICEF, el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtieron que Gaza enfrenta un escenario de hambruna que afecta a medio millón de personas. Una de cada tres personas indicó que pasaba días seguidos sin comer, y los adultos regularmente se saltan comidas para alimentar a sus hijos. Sólo en julio, más de 12.000 niños fueron identificados como gravemente desnutridos: la cifra mensual más alta jamás registrada y un aumento de seis veces desde principios de año. Aproximadamente el 98% de las tierras de cultivo del territorio están dañadas o son inaccesibles por las restricciones al movimiento impuestas por las fuerzas militares israelíes.

La desnutrición golpea en la salud de la población potenciando otras aflicciones, contribuyendo a problemas de desarrollo en los menores. Al menos un 92% de infantes de hasta 23 meses y mujeres embarazadas o lactantes padecen malnutrición. Según UNICEF, más de un millón de menores de edad necesitan de cuidados de salud mental y apoyo psico-social.

Como advirtió la revista The Lancet en julio de 2024, aún cuando concluyan las operaciones militares, “habrá muchas muertes indirectas en los próximos meses y años por causas como enfermedades reproductivas, transmisibles y no transmisibles”. Las muertes indirectas suelen ser entre 3 y 15 veces mayores que aquellas provocadas por la violencia armada.

El personal de salud en la mira

A la destrucción, se suma el trauma y estrés psicológico al que se ven sometidos el personal  de la salud. La muerte recurrente de colegas, la pérdida de seres queridos, el trabajo extenuante en condiciones críticas, incrementa el desgaste de quienes deben cuidar la salud de los demás. Como el caso de Alaa al-Najar, médica pediatra en el Hospital Nasser, que el 23 de mayo de 2025 mientras trabajaba fue informada de que su hogar en Khan Yunis había sido impactado por un ataque doble de misiles israelíes y 9 de sus 10 hijos murieron en el acto; además,su esposo, el Dr. Hamdi al-Najjar, fallecería días después a causa de las heridas. Por su parte, el 30 de octubre de 2024, el paramédico Abed Bardini se encontraba cargando a su ambulancia a las víctimas de un ataque israelí en la localidad de Deir el Balah, cuando reconoció que el cadáver que se encontraba en la camilla era el de su madre, Samira, de 61 años.

Desde octubre de 2023,  al menos 1.590 trabajadores de la salud, 531 socorristas y 137 miembros de la defensa civil han sido asesinados. En diciembre de 2024, tras regresar de su actividad en Gaza, la doctora Tanya Haj-Hassan describió en una entrevista a la BBC: “Los trabajadores sanitarios y los centros sanitarios han sido un objetivo durante años. Incluso yo escribí sobre esto en un artículo en la revista The Lancet en 2014, cuando una UCI pediátrica recibió tres impactos. Pero desde octubre del año pasado los trabajadores de la salud han muerto en cifras récord. Los mataron, los hirieron, los detuvieron ilegalmente. Y los que fueron liberados denunciaron torturas físicas, psicológicas y sexuales. No tengo una explicación, no sé por qué apuntarías contra los trabajadores de la salud a menos que estés tratando de destruir todo lo necesario para sustentar la vida. Los médicos representan la esperanza, la voluntad de mantenerse vivo”.

El Dr. Marwan Sultan, cardiólogo y Director del Hospital Indonesio, fue asesinado en julio de 2025 junto a su esposa, hija y yerno cuando su departamento fue bombardeado en un ataque selectivo. Su muerte llevó a que 600 médicos israelíes firmaran una carta pública en solidaridad y denunciando los padecimientos que afrontan sus colegas en Gaza.

También se han registrado casos de tortura, desaparición forzada y ejecución de médicos. Adnan al-Bursh, cirujano palestino y jefe de medicina ortopédica en el hospital al-Shifa, fue detenido tras ser herido en un bombardeo en diciembre de 2023. Trasladado a la prisión israelí de Ofer, en abril de 2024 se confirmó su muerte bajo tortura. El Dr. Issam Abu Ajwa estaba realizando una cirugía de emergencia a un paciente con una lesión abdominal grave en el hospital árabe al-Ahli en el centro de Gaza cuando soldados israelíes irrumpieron para detenerlo, dando comienzo así a meses de sufrimiento y tortura bajo detención.

Organizaciones internacionales han elevado su preocupación por la integridad del Dr. Hussam Abu Safiya, pediatra y director del Hospital Kamal Adwan, quien fue detenido sin cargos al finalizar el asedio del hospital por parte de las fuerzas israelíes junto a decenas de trabajadores y pacientes sobrevivientes; luego trasladado al centro de detención de Sde Teiman, infame por casos de tortura física y psicológica contra prisioneros palestinos y, posteriormente,  a la prisión militar de Ofer. Se reclama internacionalmente su liberación y sus abogados han declarado que exhibe una notable caída de peso y señales de tortura. Testimonios de sobrevivientes abundan en detalles de violencia sexual, tormentos y desapariciones forzadas cometidas por las fuerzas israelíes contra el personal y los pacientes del hospital. La situación de Abu Safiya es compartida por el Dr. Ahmed Muhanna, Director del Hospital Al Awda, detenido por fuerzas israelíes en diciembre de 2023.

El Dr. Abu Safiyah camina fuera las ruinas del Hospital Kamal Adwan para ser detenido por tropas israelíes.

El 18 de marzo, después de tres meses de tregua, ingreso de ayuda humanitaria y un intercambio de prisioneros, el gobierno israelí decidió reiniciar la agresión sobre Gaza. En las primeras horas del domingo 23 de marzo de 2025, ambulancias y un camión de bomberos partieron para atender un llamado de auxilio tras un bombardeo israelí en el vecindario de Al-Hashashin, Rafah, al sur de Gaza. La zona había recibido órdenes de evacuación por las fuerzas israelíes, pero la gente atrapada en las ruinas tras el bombardeo debía ser asistida. Cuando se perdió contacto con el convoy, se despacharon otros equipos de emergencias para asistir a los primeros, pero estos nunca llegaron. Tras días de obstrucciones por las fuerzas israelíes para acceder a la zona, finalmente el 30 de marzo se halló una fosa común con 15 cadáveres, incluyendo a ocho médicos de la Sociedad de la Media Luna Roja Palestino, seis trabajadores de la defensa civil y un empleado de Naciones Unidas. También se encontraron los restos destrozados de las ambulancias. Habían caído en una trampa mortal.

Restos de las ambulancias y el vehículo de ONU tras ser desenterrados del sitio de la masacre. Jonathan Whittall / OCHA

Portavoces militares israelíes buscaron presentar la escena como el resultado de un enfrentamiento con milicianos palestinos, rechazando las denuncias de la masacre y entregando los nombres de combatientes aparentemente abatidos. Pero estos nombres no se corresponden con los cuerpos identificados. Los cadáveres, aún vistiendo sus uniformes que los identificaban como personal médico, presentaban disparos a quemarropa, algunos por la espalda y en la cabeza, señal de una ejecución sumaria. Entonces, un celular hallado entre los restos aportó una nueva evidencia. Pertenecía a Rifat Radwan, uno de los paramédicos ejecutados, quien logró grabar sus últimos minutos. Filmando desde el interior de la ambulancia, capta el momento en el que soldados israelíes detienen a los vehículos, tras lo cual comienza a oírse una ráfaga de disparos, “Perdóname, madre, porque elegí este camino, el camino de ayudar a la gente”, se le escucha decir. Y agrega: “Acepta, Dios, mi martirio y perdóname. Los judíos vienen, los judíos vienen”, refiriéndose a los soldados israelíes. Ante la evidencia creciente, el ejército israelí debió cambiar su versión de los hechos, adjudicando lo ocurrido a un “error profesional y el incumplimiento de órdenes”. Dos médicos sobrevivientes, Munther Abed y Assaad al Nasasrah, fueron hechos prisioneros. Munther fue obligado por los soldados a revisar y fotografiar a otros civiles detenidos durante esa jornada antes de ser liberado. Assaad pasó 37 días desaparecido antes de ser liberado, con marcas visibles de tortura, privación de sueño y alimentos.

Médicos cargan los cuerpos de ocho de sus compañeros de la Media Luna Roja, recuperados en Rafah una semana después del ataque israelí, mientras son trasladados para su entierro a la salida de un hospital en Deir al-Balah, Franja de Gaza, el lunes 31 de marzo de 2025. (Foto AP/Abdel Kareem Hana)

Los análisis permiten identificar un patrón: mediante ataques sistemáticos a la infraestructura y personal de salud, las fuerzas armadas israelíes buscan eliminar  la capacidad de restaurar la salud presente y futura de la población civil palestina. La intención manifiesta es  provocar un desastre humanitario como herramienta para facilitar la limpieza étnica. Al ignorar deliberadamente la frontera entre combatientes y civiles, y violar la neutralidad de quienes procuran garantizar la salud de las víctimias de la violencia, Israel actúa en contradicción con el derecho internacional humanitario y las convenciones de la guerra.

En una nota de prensa publicada el 13 de agosto de 2025, Tlaleng Mofokeng, Relatora Especial sobre el derecho a la salud y Francesca Albanese, Relatora Especial sobre la situación de los derechos humanos en el territorio palestino ocupado desde 1967, advirtieron: “Además de dar testimonio de un genocidio en curso, también damos testimonio de un «medicicidio», un componente siniestro de la creación intencional de condiciones calculadas para destruir a los palestinos en Gaza (…) Los trabajadores de la salud y de la atención han sido continuamente atacados, detenidos, torturados y ahora, como el resto de la población, sufren hambre”.

El desarrollo de los acontecimientos llevó a Omer Bartov, profesor israelí de estudios sobre el Holocausto y genocidio en la Universidad de Brown, EE.UU., a reconocer que “el objetivo final de todo este proyecto, desde el principio, ha sido convertir la Franja de Gaza en inhabitable y debilitar a su población hasta tal punto que se extinguiría o buscaría todas las opciones posibles para huir del territorio (…) como lo expresa la Convención de la ONU sobre el Genocidio de 1948, Israel actuaba «con la intención de destruir, total o parcialmente», a la población palestina de Gaza, «como tal, matando, causando daños graves o sometiéndola a condiciones de vida destinadas a provocar la destrucción del grupo»”.

*Investigador de CTA Autónoma Internacionales

Portada: Hospital Al-Shiha (Gaza). Médicos Sin Fronteras.

También puede ser

Derechos Humanos

Argentina en la ONU: aislamiento, duras advertencias y un país que volvió a dar la nota

02/12/2025 6 minutos para leer
usa forro
Salud

Milei nos sube la carga viral: Abandono de las políticas públicas sobre VIH

02/12/2025 8 minutos para leer
Derechos Humanos

Duro informe del Comité Contra la Tortura de la ONU por violaciones a los derechos humanos en Argentina

01/12/2025 15 minutos para leer
Canal Abierto

Periodismo de este lado

Canal Abierto | Periodismo de este lado

Canal Abierto Canal Abierto
HOLA

Log - in

¿Perdiste el password?