Por Gladys Stagno| Luego de que el INDEC publicara el Estimador mensual de actividad económica (EMAE) de septiembre —con un crecimiento interanual de 5% e intermensual de 0,5%— no fueron pocos los que tendieron un manto de sospecha sobre la veracidad del dato.
Y es que la cifra auspiciosa de septiembre fue acompañada por una corrección de los índices de los meses previos, que no lo habían sido tanto. Datos que, además, no parecen tener correlato con la percepción de las economías domésticas, que vienen adoleciendo de ajuste y endeudamiento creciente.
Lo que pasó
En concreto, el organismo cambió —sin explicación previa— los datos de julio, que había terminado en una caída del -0,1%, y de agosto, que cerró con una suba del +0,3%, a +0,1% y +0,7%, respectivamente. Esto evitó que el tercer trimestre terminara en rojo, continuara la caída del segundo e hiciera entrar a la economía en una recesión técnica.
La sospecha de que se trató de un “dibujo” terminó por alcanzar al organismo estadístico público y a su titular, Marco Lavagna, quien viene siendo cuestionado hace tiempo. Y creció debido a la demora de un comunicado oficial que explicase la razón de las correcciones.
Finalmente y ante la ola de críticas, Lavagna publicó un documento en donde explica que se trata de una cuestión técnica, ya que las series del EMAE “se construyen con información parcial, provisoria” y que los cambios de una tendencia negativa a una positiva “no responden a las pequeñas correcciones de la serie original sino, fundamentalmente, a la incorporación del valor de septiembre”. “La inclusión de un nuevo dato no solo implica estimar su valor desestacionalizado, sino también recalibrar los meses previos”, agrega.
Preocupados por la posible erosión del prestigio del organismo, desde la Junta Interna de ATE INDEC también publicaron un comunicado que plantea que “este tipo de aclaraciones deberían realizarse en forma previa y oportuna, para evitar interpretaciones erróneas, suspicacias o utilización política de la información pública”.
El dato clave
Más allá de la precisión del cálculo, la explicación más clara para el desacople entre este dato presuntamente positivo y la economía real en franca recesión provino de los trabajadores del organismo estadístico, quienes, en diálogo con Canal Abierto, hicieron hincapié en que el crecimiento se explica por “el fuerte impulso del sector de intermediación financiera”.
Según los técnicos, “el fomento de rentas financieras y economía extractiva, y el achicamiento de la economía industrial y la protección social” son las características de este crecimiento con la gente afuera que el Gobierno no tardó en salir a celebrar. En un análisis de la serie desde 2005, aseguran que “esta brecha a favor del sector financiero jamás se vio”.
El dato se condice con el informe que acaba de publicar la Unión Industrial Argentina (UIA), que muestra cómo la actividad industrial de octubre cayó casi el 2% interanual, y un acumulado 2025 que está un 10% debajo de los números de 2022.
Ilustración: Marcelo Spotti

