Redacción Canal Abierto | “No hay ninguna norma, ningún artículo en el proyecto de ley de reforma laboral que envió el Gobierno al Congreso de la Nación que favorezca la registración laboral o que mejore los incentivos para crear puestos de trabajo”, sostiene Luis Campos, investigador del Instituto de Estudios y Formación de la CTA Autónoma.
“Eso es así porque la ley por sí sola no es el factor que explica los procesos de creación o de destrucción de puestos de trabajo, de mayor o menor formalidad en el mercado laboral. Eso tiene mucho más que ver con la dinámica de la actividad productiva. En nuestro país estamos, como tendencia general, con un estancamiento económico que arrancó hace más de una década. Desde 2012 que la economía argentina no crece de manera sostenida. De hecho el gobierno está mostrando que la economía volvió a crecer y cuando ves los desagregados, es decir, cuáles son los sectores que explican el crecimiento estadístico de la actividad económica, son básicamente la intermediación financiera y un rubro que se llama impuestos netos de subsidios. Es decir, no son sectores que vayan a traccionar el mercado laboral, que vayan a crear por sí mismos puestos de trabajo”.
En esta entrevista en Canal Abierto el abogado, especialista en relaciones laborales, desarma punto por punto una iniciativa que no crea empleo, no fomenta la registración y concentra poder en manos de los empleadores.
La reforma combina al menos tres transformaciones simultáneas: restricciones inéditas al derecho de huelga y a la acción colectiva; un disciplinamiento cotidiano del trabajador en su vínculo individual con la empresa; y una transferencia multimillonaria de recursos desde salarios, jubilaciones y obras sociales hacia el sector empresario.
Campos explica por qué limitar asambleas, flexibilizar jornadas y vaciar el sistema de seguridad social no genera trabajo, sino precarización; por qué el Fondo de Asistencia Laboral funciona como una “AFJP de los despidos”; y cómo el proyecto legaliza la degradación del trabajo en plataformas digitales.
“La ley lo que hace es mejorar las condiciones para los empleadores. Les otorga muchos poderes, les transfiere multimillonarias sumas de dinero, pero no va a impulsar una reacción positiva del mercado laboral”, argumenta Campos. “Básicamente porque las empresas cuando piensan en contratar trabajadores, lo que miran es si van a poder vender esa producción adicional que van a sumar con más trabajadores: en una economía donde el consumo interno está totalmente estancado, una economía que no es competitiva a nivel internacional, no sólo por problemas derivados de la de la situación macroeconómica, con una moneda sobrevaluada, sino también por problemas de infraestructura como el parate en la obra pública que, por ejemplo, con rutas destruidas se encarecen los traslados de mercadería”.
Subordinación y dolor
Además de limitar la acción colectiva, esta reforma pretende “generar cambios en la Ley de Contrato de Trabajo (Ley Nº 20.744 – L.C.T.) para aumentar el disciplinamiento de los trabajadores y trabajadoras en el día a día, en la cotidiana, en su relación cara a cara con los empleadores”, sostiene el especialista. “Esto se ve en muchos aspectos quirúrgicos. Se nota que pasaron los grandes estudios corporativos de abogados de las grandes empresas, porque fueron cambiando cuestiones muy puntuales de la L.C.T. que hacen que el trabajador, la trabajadora frente a su empleador quede completamente desprotegido. Hay ejemplos que circularon bastante: los cambios en el régimen de jornada de trabajo, los cambios en el régimen de vacaciones, que van a poder ser regulados en el contrato individual. Es decir, cada trabajador va a poder negociar con su empleador qué régimen de jornada van a aplicar y cómo y cuándo se van a otorgar las vacaciones”.
Entrevista: Nahuel Croza

