Redacción Canal Abierto | La promesa de bajar retenciones se mantiene estoica desde enero, cuando un decreto del Ejecutivo prometió al sector agroexportador reducir la alícuota a la soja a la mitad en un plazo de dos años, a partir de enero de 2018 y a un ritmo de 0,5% menos por mes. De esta manera, la medida bajaría el impuesto del 30% actual al 18% para diciembre de 2019, el nivel más bajo desde 2002. En diez días, y según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), eso implica una recaudación de alrededor de 15 mil millones de pesos menos para las arcas públicas.
La medida ya estaba prometida, pero se da en el marco de una queja de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) que advierte en un informe que se podría reducir la cotización de la soja para la próxima cosecha, gracias al cierre del mercado de Estados Unidos al biodiésel argentino a partir de agosto.
Por otro lado están las compras demoradas de China, que “elevó su tasa de derechos de importación de aceites vegetales del 17% al 30%, entre ellos el de soja”, sostiene la entidad. A la espera de esta reducción, los sojeros tienen retenidos “algo más de 17 millones de toneladas de soja de la campaña 2016/2017, y algo más de 6 millones de toneladas”, lo que hará cerrar esta balanza comercial en un déficit superior a los 8.000 millones de dólares, la peor desde 1994. La queja se debe a que durante 2017, el Gobierno dio marcha atrás con su promesa de reducir el gravamen hasta llegar al 0% en 2022 y no las tocó en todo el año.
Sin embargo, el compromiso del Gobierno con los intereses de los sectores más concentrados representa, según los técnicos de la BCR, una transferencia de ingresos a los sojeros cercana al 1% de los ingresos fiscales totales.
Un compromiso que se mantiene inalterable desde que, en campaña, el presidente Mauricio Macri prometió reducir la alícuota al 15%. Y, apenas asumido, eliminó los derechos de exportación para las ventas de trigo, maíz, girasol, carne y productos de las economías regionales. También redujo de 35 a 30% el gravamen al sector sojero, que también se vio beneficiado por la suba en el tipo de cambio.
Luego de varias jornadas de violencia inusitada por la reforma previsional que el Gobierno justifica en la necesidad de recortar 100 mil millones de pesos del Anses para paliar el déficit fiscal, el perdón impositivo a los sectores de más dinero no parece la mejor jugada política. Por si esto fuera poco, el Presupuesto 2018 contempla una nueva rebaja al impuesto a los Bienes Personales que será el año que viene del 0,25%, del 1,25% que era en 2015. Según el periodista especializado David Cufré, esta medida significaría que Estado obtenga 30 mil millones de pesos menos en recaudación.
Sumadas ambas medidas, significa 45 mil millones de pesos menos para las arcas públicas, perdonados a los sectores más concentrados.