Por Carlos Saglul | “Comienza una nueva batalla en la TV Pública”, tituló Pablo Sirven su columna en La Nación del último fin de semana. Al otro día, los padres que llevaban a sus hijos al jardín de infantes de la emisora la encontraron rodeada de patrulleros y camiones de infantería. Los trabajadores del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBa) habían dispuesto una asamblea para esa tarde.
El artículo de Sirven recibió sugestivos elogios por Twitter. “Bien informado”, lo piropeó Pablo Ciarliero, el vicedirector de Radio Nacional que hace unos días fue furor en las redes al ser sorprendido filmando una asamblea de los periodistas de la emisora, y que se define a través de frases como “yo no recibo a sindicatos que hacen paro”. Por su parte, la cuenta oficial de la TV Pública Argentina -a cargo de Hernán Lombardi, quien conduce el actual ajuste- también le dio “me gusta” al artículo de Sirven .
El 2 de enero muchos periodistas que ingresaban al amanecer a Radio Nacional se encontraron con que no podían fichar. Los habían “sacado del sistema”. Inmediatamente, los guardias de seguridad los acompañaron hasta la salida. Fueron parte de los miles de despidos en todo el Estado, incluidos los casi dos centenares de cesanteados producto del desguace de Paka Paka, Encuentro y DeporTV.
Radio Nacional no tiene exceso de personal. En realidad, es bastante escaso para las 49 emisoras que componen el sistema. No obstante, el Ministerio de Modernización diseñó para el medio un programa de jubilaciones anticipadas y retiros voluntarios, más los despidos de los que aún se desconoce el número ya que la información se le oculta a los sindicatos.
En la agencia Télam, mientras tanto, parece inminente un plan de ajuste similar, que podría comenzar en el área Publicidad. “Las radios están por ser historia, mirá lo que pasa con agencias de noticias como DYN. Nos interesan las redes”, dijo un funcionario amparándose en el más absoluto anonimato.
Así dialoga @herlombardi con los trabajadores de la Televisión Pública, #TVPublica pic.twitter.com/8tpfH8o8Js
— Canal Abierto (@canalabiertoar) 8 de enero de 2018
La receta ya es conocida: despidos y, si es necesaria, represión. Se espera que los trabajadores que queden, desgastados junto a sus sindicatos, terminen aceptando abrir sus convenios con condiciones de flexibilización laboral dignas de un siglo atrás.
El artículo de Sirven, vocero del pensamiento de Cambiemos, desgrana algunas perlitas que en otro contexto podrían ser increíbles. Son coherentes, en cambio, con un discurso que baja los jubilaciones mientras le dice a los ancianos que mejorarán su poder adquisitivo; publicita un desmedido aumento de transporte que con el “sistema integrado” hará que los usuarios paguen menos; o tiene por líder a un Mauricio Macri que un martes dice que no quiere endeudar al país y el jueves autoriza tomar más créditos por 15 mil millones de pesos. Sirven es el vocero de un gobierno de millonarios que en gran parte, prefiere tener su capital depositado en el exterior.
El periodista coincide con las declaraciones públicas de Lombardi. Se trata de atacar el núcleo de “privilegios” que implica el convenio actual de los trabajadores. Por ejemplo, el cobro del 200 por ciento por parte de quien sea convocado a trabajar en días feriados. ¿Qué es el Poder sino la posibilidad de cambiar el relato? Para el PRO, los derechos obreros y conquistas son privilegios, y el ajuste una suerte de “cambio” y “modernización permanente”. La programación 2018 de los medios públicos está definida: ajuste y vaciamiento.
Foto: Candelaria Lagos