Por Inés Hayes / América XXI | Para Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de 2010 a 2014 se produjeron en todo el mundo 25 millones de abortos peligrosos al año (45% de todos los abortos). La mayoría de ellos (el 97%) se realizó en países denominados “en desarrollo” de África, Asia y América Latina.
De acuerdo a los estudios e investigaciones de la OMS, en los países donde el aborto está completamente prohibido o se permite sólo para salvar la vida de la mujer o preservar su salud física, apenas uno de cada cuatro abortos fue seguro. Por el contrario, en los países donde el aborto es legal en supuestos más amplios, casi nueve de cada 10 abortos se hicieron de manera segura. “Restringir el acceso al aborto no reduce el número de abortos”, afirman los especialistas de la Organización Mundial de la Salud.
La mayoría de los abortos que se realizan en Europa occidental, los países nórdicos y América del Norte son seguros. La razón es que en estos países la práctica es legal y hay altos niveles de uso de anticonceptivos, legislaciones que promueven la igualdad de género y servicios sanitarios de alta calidad.
En cuanto a las regiones llamadas en desarrollo, la proporción de abortos seguros en Asia oriental (incluida China) fue similar a la de las regiones desarrolladas. En Asia central, sin embargo, menos de uno de cada dos abortos fue seguro. Fuera de África meridional, menos de uno de cada cuatro abortos del continente fue seguro. Y en América Latina, sólo uno de cada cuatro abortos fue seguro.
Legislación
En los 55 países donde el aborto es legal, la ley estipula algunas condiciones para su realización, por ejemplo límites de gestación, requisitos de consentimiento y restricciones en torno a dónde y quién puede practicarlo.
Entre 1950 y 1985, gran parte de los países del mundo promulgaron leyes por el aborto legal, seguro y gratuito. Ya a principios de 1986, 36 países tenían leyes que permitían a las mujeres tener abortos por razones sociales o médicas, o sin razón alguna, entendiendo que son las mujeres las que deciden sobre sus propios cuerpos. Luego, entre 1985 y 1997, 10 países desarrollados y nueve países en vías de desarrollo con más de un millón de habitantes eliminaron las restricciones sobre el aborto.
Tan sólo el 0,4% de los países del mundo consideran el aborto como un delito, lo prohíben en cualquier situación, aplican sanciones a quienes lo llevan adelante y, con frecuencia, a la mujer que se somete al mismo.
Rusia fue el primer país que legalizó el aborto en 1920, cuando reconoció el derecho de la mujer de detener un embarazo no deseado en relación a problemas de salud. Luego lo hicieron los países escandinavos en la década de 1930 e Inglaterra en 1968. Entre los países escandinavos, la liberalización del derecho al aborto comenzó en Islandia en 1935, siguió en Suecia en 1938, Dinamarca en 1939 y Finlandia y Noruega en 1950 y 1960 respectivamente.
En los Países Bajos se legalizó el aborto en 1981 y desde entonces la ley permite que se hagan abortos en hospitales y en clínicas especializadas. Un hospital o clínica puede recibir licencia solamente para llevar a cabo abortos durante el primer trimestre de embarazo o durante el primer y segundo trimestre (hasta 23 semanas). Por ley, un aborto de hasta 23 semanas está disponible para toda mujer que lo solicite en los Países Bajos. El médico debe confirmar la situación de emergencia de la mujer, revisar si ha considerado otras opciones y si lo hace de manera voluntaria. El servicio es gratuito y las clínicas reciben el pago través del gobierno, lo cual asegura su carácter no lucrativo.
En México, Brasil, Ecuador, Costa Rica, Guatemala, Panamá, Perú y Venezuela el aborto sólo es permitido en casos de violación y cuando se presentan problemas en el feto, mientras que en Puerto Rico se permite el aborto en todos los casos. En Estados Unidos es legal desde 1973 y no es considerado delito en ningún caso.
En 1995, la ley sobre aborto de Guyana fue liberalizada significativamente. Ahora está permitido sin ninguna restricción durante las primeras ocho semanas de embarazo. Después de las mismas, pero antes de que hayan concluido las 12 semanas, una mujer puede tener acceso a un aborto en términos generales, incluyendo las consideraciones socioeconómicas.
En la República Popular China se aprobó una ley irrestricta del aborto en 1975. Con el fin de reconciliar las normas sobre la materia en las antiguas repúblicas de Alemania del Este y del Oeste, el país unificado adoptó una ley que ampliaba las circunstancias bajo las cuales la interrupción del embarazo estaba permitida en Alemania Occidental e incrementaba las restricciones para la antigua Alemania Oriental. Bajo la nueva ley, la persona que aborta no puede ser procesada durante las primeras 14 semanas del embarazo y el aborto es posible sin ninguna razón que lo limite. Pero las mujeres que buscan el aborto deben cumplir ciertos requisitos de procedimiento y la mayoría de los casos no son cubiertos por el seguro médico nacional.
Suráfrica promulgó la Ley de Elección sobre la Interrupción del Embarazo en 1996, convirtiendo su legislación sobre el aborto en una de las más liberales del mundo. La normativa permite el aborto sin ninguna restricción durante las primeras 12 semanas de embarazo, dentro de las 20 semanas en numerosas situaciones, y en cualquier momento si existe un riesgo para la vida de la mujer o si se presentan serias anomalías en el feto.
Australia aprobó una ley que permite el aborto durante el primer trimestre y Francia autorizó la práctica por solicitud durante las primeras 10 semanas de embarazo, sujeto a varias condiciones.
A mediados de 1982, el 10% de la población mundial vivía en países donde la práctica del aborto estaba prohibida en todas sus circunstancias y otro 18% habitaba en países en los que estaba permitido solamente para salvar la vida de la mujer.
Durante los últimos 15 años, las leyes referentes al aborto se han liberalizado en muchos países, por ejemplo en España, principalmente para combatir los índices elevados de abortos ilegales y sus consecuencias. También ha sido ampliado el reconocimiento internacional del derecho que tienen las mujeres a decidir sobre su reproducción.
Caso argentino
Bajo el lema “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”, la Campaña Nacional por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito nació en Argentina el 28 de mayo de 2005, Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, y desde entonces no ha dejado de construir espacios de lucha y organización con el fin de lograr que el aborto se legalice y dejen de morir mujeres por causas evitables.
Sus principales objetivos son instalar en la sociedad y en el Estado el debate en torno a la necesidad de despenalizar y legalizar el aborto en Argentina, así como contribuir a que más mujeres y organizaciones se sumen en este proceso y reclamo, y lograr el debate y la aprobación de una norma legal que despenalice y legalice el aborto en Argentina.
“Consideramos la necesidad de legalizar y despenalizar el aborto como una cuestión de salud pública, de justicia social y de derechos humanos de las mujeres, lo que quedó plasmado en el Proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo elaborado colectivamente en el año 2006, durante una plenaria nacional realizada en la ciudad de Rosario. El proyecto fue presentado en la Cámara de Diputados de la Nación en 2007 y en 2009. En marzo de 2010 se presentó nuevamente, con la firma de 50 diputados y diputadas de todos los bloques con representación parlamentaria en el Congreso Nacional. Y este año se volvió a presentar con 71 firmas de legisladores y legisladoras”, explican desde la organización.
“En Argentina se calcula que alrededor de 500 mil mujeres recurren cada año al aborto clandestino, mostrando cómo la penalización no impide su práctica, sino que la hace peligrosa por la falta de recursos económicos de muchas mujeres. El aborto es parte de la cotidianeidad de medio millón de mujeres que año a año desoyen mandatos sobre sus cuerpos y sus vidas, trayendo al escenario público un tema crucial: la maternidad debe ser voluntaria, deseada, proyectada. Según cifras oficiales las complicaciones por abortos inseguros son la principal causa evitable de mortalidad materna en Argentina (más adecuado resultaría hablar de muerte de mujeres gestantes pero mantenemos la designación ‘muertes maternas’ al hacer referencia a estadísticas de organismos oficiales)”, agregan.
“Desde la recuperación democrática en diciembre de 1983 han muerto más tres mil mujeres como consecuencia de abortos inseguros. Así se expresa esta gran deuda de la democracia que constituye un gravísimo problema de salud pública. La mayoría de estas mujeres son jóvenes y empobrecidas, mostrando las desigualdades que atraviesa el problema del acceso al aborto cuando una mujer decide que no puede seguir adelante con un embarazo no deseado. Las mujeres tenemos derecho a vivir una vida plena y sin violencia: la prohibición del aborto y la falta de acceso a procedimientos seguros, de calidad y gratuitos constituye una violación a los derechos humanos de las humanas”, exponen desde la campaña nacional por el derecho al aborto.
Según Patricia Rosemberg, médica generalista y ex directora de la maternidad Estela de Carlotto, 40 mujeres murieron en Argentina por abortos clandestinos en 2017. El caso inverso es Uruguay, donde se legalizó y “no hubo una muerte más por abortos inseguros”, aseguró Rosemberg.
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