Redacción Canal Abierto | Finalmente, los dueños del ingenio azucarero San Isidro pusieron en venta la fábrica, y anularon las denuncias penales contra el personal.
La noticia se conoció luego de que los trabajadores desalojaran las instalaciones del ingenio, que habían tomado pacíficamente el pasado 4 de junio, medida que tomaron tras el cierre de la fábrica que implicó la pérdida de 730 puestos de trabajo.
Luego de dos audiencias conciliatorias convocadas por la fiscal de General Güemes, Verónica Simesen de Bielke, el Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar San Isidro (SOEASI-CTA) y los representantes del Grupo Gloria -de origen peruano- llegaron a un acuerdo, por el cual los dueños del ingenio se comprometen a vender la empresa.
“La empresa nos informó que el lunes está viajando gente de Tucumán, que son los interesados en comprar el ingenio, así que estamos a la espera de una buena noticia después de estos cinco meses que llevamos de lucha”, expresó el titular del SOEASI, Mariano Cuenca.
El entendimiento contempla también la anulación de las denuncias penales que los abogados del sector patronal había iniciado contra el titular del sindicato y otros 74 trabajadores.
“Se retiraron todas las causas penales porque se entiende en principio que no había ningún delito más que un reclamo laboral por la reapertura del ingenio y por el pago del 70% restante de las indemnizaciones”, señaló Cuenca.
También, el sindicalista explicó que si no se concreta una venta rápida, se perderá el período de zafra, que ya debería haber empezado. Y agregó: “Literalmente ya no tenemos nada que poner sobre la mesa. Esperamos que se pueda concretar cuanto antes la venta así podamos volver a nuestro trabajo. No son sólo las 730 familias que quedan desamparadas. Es un golpe para la economía regional en general”.
Debido a que los tiempos son reducidos para la actividad, el viernes el sindicato realizará una asamblea. De no haber noticias favorables, pondrán fecha a una marcha a pie de 50 kilómetros hacia la Casa de Gobierno en la capital salteña para “hacer escuchar su conflicto”.