Redacción Canal Abierto | Días atrás el Gobierno intentó darle un cierre a la polémica por las 24 cuotas con interés para “compensar” a las empresas de gas producto de la devaluación. La decisión final de fue que los cerca de 10 mil millones ya no serían abonados por los usuarios sino por el Estado.
Amparándose en una ley de 1992 que determina que las diferencias de precios deben trasladarse a los usuarios en semestres futuros, el Gobierno agachó nuevamente la cabeza ante los empresarios, a quienes aseguró una jugosa contención por la depreciación de la moneda de más del 100% en pocas semanas.
La raíz del asunto es que las distribuidoras (por ejemplo, Metrogas o Camuzzi) compran el gas a las productoras (por ejemplo, YPF) en dólares. A su vez, el precio en pesos que deben cobrar a los usuarios se modifica dos veces por año -abril y octubre- con la realización de audiencias públicas que, por cierto, pocas veces se llevan a cabo. El problema aquí surgió cuando -producto de la corrida- el precio que habían pagado las distribuidoras a las productoras quedó desfasado de lo abonado en las facturas.
Aunque poco convincente y definitivamente injusto, el argumento planteaba una suerte de resarcimiento por las supuestas pérdidas ocasionadas.
Sin embargo, la corrida devaluatoria no parece haber resultado un perjuicio para las distribuidoras. De hecho, fue todo lo contrario. Tal como dio a conocer Alejandro Bercovich en su programa Brotes Verdes, al menos Metrogas y Camuzzi – esta última es la mayor distribuidora de gas natural de Argentina en términos de volumen- se habrían beneficiado de la especulación cambiaria al comprar dólares baratos en la previa de la devaluación.
Según informó el periodista de C5N y economista, los balances muestran que Camuzzi, por ejemplo, contaba en su caja con U$S 10.051.550 al 31 de diciembre de 2017, mientras que para el balance del 31 de marzo de 2018 la cifra ascendía a U$S 32.184.700.
Si tomamos como referencia el último día hábil previo al cierre de este último balance, Camuzzi tuvo la “suerte” de comprar cada dólar a tan sólo 20,46 pesos. Es decir, a casi la mitad del costo que alcanzaría poco tiempo después.
Por lo tanto, a raíz de una barata adquisición divisas y su posterior venta a mayor precio por la devaluación, Camuzzi habría obtenido un beneficio en la primera mitad de 2018 (es decir, sólo hasta junio) de unos 226.790.892 de pesos. La cifra equivale al 42% de los 527 millones que la empresa reclama el Estado como compensación por las “pérdidas” sufridas durante la corrida.
A todo esto, tampoco pareciera que la maniobra especulativa haya sido obra y arte de algún estratega de las finanzas. En mayo de 2017 el grupo inversor Disvol, que lidera el empresario del rubro energético Alejandro Macfarlane, anunció la compra de la compañía Camuzzi Gas Inversora S.A. La adquisición dio como resultado una fusión que la convirtió en la distribuidora de gas más grande de la Argentina, y una de las más grandes de Latinoamérica, por la extensión de las redes de distribución y superficies de las áreas de concesión. Macfarlane es señalado como uno de los hombres de negocios que mas crecieron durante la era Macri, e incluso como una voz de consulta asidua para funcionarios del actual gabinete.