Por Melissa Zenobi | Se trata de un proyecto de ley elaborado y presentado en junio de 2017 por la diputada nacional del PRO, Paula Urroz. Si bien fue rechazado de manera inmediata por la comunidad médica y académica, no fue descartado, y actualmente está en la Comisión de Acción Social y Salud Pública. La reglamentación habilita “la libre decisión de aceptar o rechazar la vacunación”.
El trabajo de investigación incluye la formulación de un complejo modelo matemático que predice la transmisión de la enfermedad respiratoria –popularmente conocida como tos convulsa-, y se analizan los efectos potenciales de la reducción de la cobertura de la vacunación contra esa enfermedad.
Paula Bergero, integrante del Grupo de Modelado y Simulación de Transmisión de Enfermedades Infecciosas, del Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas (INIFTA) UNLP – CONICET indicó que «la sola presentación del proyecto provoca una disminución en las coberturas por generar desconfianza sobre los beneficios de la vacunación y la eficacia en el sistema público de salud”.
La investigadora explicó que la tos convulsa está causando muertes no sólo en Argentina, sino incluso en países como Reino Unido, Suecia o Japón, donde las crisis de confianza en los programas de inmunización causaron el descenso de coberturas o, directamente, la interrupción de la vacunación: “esto implicó incidencias de la enfermedad respiratoria tos convulsa entre 10 y 100 veces mayores en aquellos países donde no se afectaron los programas”.
¿En qué se enfoca la investigación?
-Hace 10 años comenzamos a desarrollar un modelo matemático para comprender qué está pasando, y por qué pese a las altas coberturas, la vacunación y los cuidados, hay más casos de tos convulsa en general. En 2011 fue el último brote, ahí murieron 76 bebés, y hubo miles de casos. En este sentido, hicimos un relevamiento muy detallado de cómo se vacuna en la Ciudad de La Plata, y cuáles son los detalles de los retrasos.
¿Cómo incidió en la investigación la aparición de este proyecto de ley?
-Cuando nos enteramos de que había sido presentado el proyecto de Ley de Consentimiento Informado en Materia de Vacunación, y de todo el rechazo que recolectó por parte de la comunidad médica y académica, pensamos que podíamos utilizar nuestro estudio para analizar el efecto que tendría sobre la tos convulsa una baja de cobertura de la vacunas.
¿Cómo se contempla la protección contra la tos convulsa en el Calendario Nacional de Vacunación?
-Es la vacuna séxtuple. Se aplica a los 2, los 4 y los 6 meses de edad en el esquema primario. También hay un refuerzo al año y medio, otro a 6 años, y otro a los 11 del modelo acelular de la vacuna. Desde el último brote, en 2011, también se aplica a mujeres embarazadas. Nosotros estudiamos el efecto que podría haber en el próximo brote si éste esquema se relaja.
¿A qué conclusiones arribaron?
-Si las coberturas bajan un 20% en cuatro años, en el próximo brote –que sería en 2020- tendríamos el doble de casos. Con una reducción del 10% anual por cuatro años, el siguiente brote superaría al previo en más del 200 %, que traería 163 decesos. Normalmente se piensa que si se vacuna el 20% menos, va a haber 20% más de chicos con la enfermedad, y no es así, porque el efecto se multiplica. Lo que actúa es una inmunidad de rebaño, más allá de la inmunidad individual. Entonces, si la cobertura baja, habilitás a que la enfermedad se vuelva a instalar y eso es lo que está pasando, por ejemplo, en España.
Esto genera, además, un efecto en la opinión pública en relación a la importancia de la vacunación.
-Claro, nosotros insistimos en que la sola presentación del proyecto provoca una disminución en las coberturas por generar desconfianza sobre los beneficios de los programas de protección y la eficacia en el sistema público de salud. Por eso, todas las personas que no tienen contraindicación médica, deben vacunarse. De esta manera no sólo se protegen a sí mismos, sino a los demás. Cuando vos dejás de vacunar, estás perforando una especie de escudo que se llama inmunidad de rebaño y protege a quienes no están inmunizados porque no pueden recibir las dosis.
¿Qué podía pasar con las otras enfermedades que están contempladas en el Calendario Nacional?
-Hay algunas enfermedades en las que podría ser peor, por ejemplo en los casos de meningitis. Lo que pasó con la poliomielitis, que tienen una mortalidad altísima y secuelas gravísimas. Los números que te digo son específicos para la tos convulsa, pero el efecto es similar para todas las enfermedades. Si bien esta ley en sus fundamentos se sostiene con la supuesta no intromisión del Estado sobre cuestiones del cuerpo, en realidad es un tema de salud pública.