Redacción Canal Abierto | Mientras docentes y alumnos de las escuelas medias de la ciudad cierran notas, recuperan alguna materia, reciben diplomas de fin de curso, el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta y su ministra Soledad Acuña da un nuevo paso en contra de la educación pública y de los derechos de los ciudadanos.
El pasado jueves 13 de diciembre, a escasos días de cerrar el curso lectivo, el Ministerio de Educación porteño con la resolución 4055/2018 estableció el no inicio de clases del primer año de las escuelas que funcionaban bajo el Plan de Estudios Comercial Nocturno para 2019, y la progresiva desaparición de este turno con los años. La medida también afecta a cursos de nueve bachilleratos y liceos nocturnos.
La medida, inconsulta y extemporánea, llegó a las escuelas mediante mensajes de WhatsApp y rápidamente encendió la alarma de la comunidad educativa toda: docentes, directivos, alumnos y familias. Según los gremios de la actividad, Ademys y UTE, más de 10.000 alumnos vuelven a quedar fuera del sistema educativo y más de 1.200 docentes pierden su trabajo.
El Comercial 12 de Lugano
Verónica Basualdo, Adriana Aguirre y Diego Marranti son profesores de la Escuela de Comercio Nº 12 D.E. 21 de Villa Lugano. Es una institución con gran arraigo en la comunidad y mientras ellos visitaban nuestro estudio, docentes y alumnos estaban realizando clases públicas en la calle.
“El chico que está en el turno noche es por algún motivo particular. Algún motivo familiar, porque no pudo terminar por temas de trabajo por temas de familia. Hay chicos adolescentes pero también hay mamás o papás, o gente que viene de trabajar y quiere terminar su secundario porque lo necesita. Es un esfuerzo enorme el que hacen los estudiantes de la noche, y se los castiga”, describen.
La desprolijidad de la gestión se evidencia a cada paso: además de la forma en que llegó la comunicación a las escuelas, las inscripciones para el ciclo 2019 ya están hechas, hay que informar a los inscriptos que no lo están. Finalmente, se convocó con posterioridad a una reunión a los equipos directivos para informarles que la decisión era inamovible.
Según Basualdo, las razones que esgrime el Ejecutivo son de números, afirman que no les cierran las cuentas de matrícula. «En nuestra escuela tenemos una población impresionante. Tenemos filas de gente. No hay problemas de matrícula, no hay rotación de docentes. La mayoría estamos hace años», señala Aguirre.
El otro argumento es que el programa es obsoleto, pero en lugar de modificarlo y capacitar a los docentes para el cambio, lo dinamitan.
“Detrás de esto hay un negocio. Estos alumnos que se quedan sin el turno noche ¿dónde lo van a cursar? Seguramente aparecerá alguna plataforma de alguna fundación, de alguna universidad privada que brindará de alguna manera esta etapa de estudio”, relata Marranti, profesor de Historia de los Comerciales 12 y 35.
Las medidas de acción no se demoraron. Los y las docentes de todos los niveles y modalidades realizan acciones descentralizadas en las escuelas y distritos: cortes de calles, semaforazos, clases abiertas y este miércoles 19 de diciembre UTE y Ademys realizaron un paro que nunca habían pensado convocar a esta altura del año.
#NoAlCierreDeLasEscuelasNocturnas Comercial 29 en Acoyte y Rivadavia pic.twitter.com/pyIXagIFDy
— Verónica (@verostillalive) 18 de diciembre de 2018
Para los trabajadores, la situación es preocupante. Aguirre describe: “Perdemos el trabajo, y los que estamos por jubilarnos, tenemos en juego la jubilación también. No son sólo los docentes del turno noche de las catorce escuelas, porque esto produce un efecto cascada: afecta a todos los demás docentes por el desplazamiento de los profesores titulares”. Es que el estatuto docente asegura el trabajo sólo a aquellos docentes que titularizaron en su cargo, pero tanto interinos como suplentes pierden su trabajo. A los primeros se les abonará el salario hasta abril de 2019: un despido encubierto con una magra indemnización.
Basualdo sintetiza: «Esto es un problema de todos. Pretenden que la educación pública desaparezca. Si cierran jardines, si cierran escuelas, si implementan la UNICABA en forma inconsulta. Tenemos que decir basta. La escuela pública somos todos. No podemos permitir esto».