Por Federico Chechele | La mayor preocupación de Cambiemos se concentra en las encuestas que muestran a María Eugenia Vidal con dificultades para ganar octubre, fundamentalmente por el estorbo que le representa Mauricio Macri en el conurbano, donde su imagen es pésima. Por más que en los últimos días se hayan difundido sondeos que los posicionan a ambos mejor que semanas atrás, los números de la economía, las elecciones provinciales y los armados con otras fuerzas se le caen a pedazos.
La decisión de intentar colgar a Vidal de otros candidatos a presidente expone el nivel de desesperación del Gobierno. Para que ello resulte, Macri tiene que dar marcha atrás con el decreto que emitió este año (el 259/19) en el cual prohibió justamente las colectoras. Y explicar lo que él mismo pregonó allá por 2016 cuando intentó presentar la reforma política en el CCK: “Basta de estas listas acople, las que llaman colectoras, candidaturas múltiples, que claramente no ayudaban a respetar la decisión democrática del pueblo”. Ahora el Gobierno le prende velas a los jueces para que declaren inconstitucional el decreto, aunque la jueza electoral María Servini de Cubría ya rechazó en el fuero electoral tres presentaciones que buscaban frenarlo. Para colmo, la mayoría de los precandidatos a presidente del peronismo no K (Urtubey, Lavagna y Massa) salieron a decirle NO a la propuesta que divulgó el Gobierno.
«Si hay otros candidatos a presidente que quieren apoyar a nuestra gobernadora, no nos parece una alquimia», dijo esta semana el jefe de Gabinete, Marcos Peña. Pasaron los días y todos se desmarcaron. Que Vidal se «cuelgue» de la candidatura presidencial de Alternativa Federal, además de la de Cambiemos, muestra que las encuestas no son lo que dicen que son.
Cambiemos esperó la reactivación de la economía para salir a jugar, perdió tiempo, llegó tarde a los armados, por eso ésta desesperación a cielo abierto. Lo dijo el ex senador y referente de la UCR, Ernesto Sanz: «El PRO nunca creyó en una coalición, no lo digo como un reproche, está en su naturaleza”. Ahora se debaten en elegir a un/a radical para emprolijar la fórmula.
«Si hay otros candidatos a presidente que quieren apoyar a nuestra gobernadora, no nos parece una alquimia», dijo esta semana Marcos Peña.
Un amistoso con Brasil
“Dios ilumine a los argentinos” dijo Jair Bolsonaro quien aprovechó su visita oficial para hacer campaña a favor de la reelección de Macri. El Presidente se mostró con su par brasileño para expresar fortaleza. Quizás le sirva al núcleo duro del votante de Cambiemos pero difícilmente sume votos de los indecisos con esa exposición. Para colmo, ambos presidentes fueron desautorizados por el Banco Central brasileño con la idea de crear una moneda regional. Un papelón que no alerta a nadie: ninguno de los dos es muy ilustrado.
En este marco de impotencia, el Gobierno trabaja para bajar las candidaturas de Roberto Lavagna, Gómez Centurión y José Luis Espert para que no le resten votos a Macri. Pero ni esa les sale bien: El fiscal Di Lello decidió investigar si un grupo empresario tentó al ex ministro de Economía para que desista de ser candidato, tal como había asegurado Jorge Fontevecchia en su editorial.
En el plano electoral, el domingo pasado Humberto Schiavoni, presidente del PRO, perdió en Misiones frente a Oscar Herrera Ahuad por casi 60 puntos. En San Juan, Sergio Uñac le dio otra paliza a Cambiemos, aunque en Corrientes el Gobierno obtuvo el primer triunfo del año de la mano del radical Gustavo Valdés pero en una elección legislativa. Este domingo también habrá elecciones. El Gobierno seguirá sumando derrotas en Entre Ríos, Tucumán y Chubut. Pero confían en que Gerardo Morales sea reelecto en Jujuy y que Alfredo Cornejo se alce con una victoria en las PASO de Mendoza.
Las derrotas electorales de Cambiemos son el fiel reflejo de la política económica que destruye todo lo que encuentra a mano. En 2015 el salario mínimo equivalía a 525 dólares, hoy casi a la mitad: USD 269. El kilo de pan rompió la barrera de los 100 pesos. Pero el desastre mayor quedó reflejado en el informe de la UCA: más de la mitad de los chicos son pobres y el 30% tiene problemas para alimentarse. Y, donde gobierna Vidal, aun peor: La pobreza alcanza al 63,6% de los niños y el 15% son indigentes. Un genocidio.
El fiscal Di Lello decidió investigar si un grupo empresario tentó al ex ministro de Economía para que desista de ser candidato, tal como había asegurado Jorge Fontevecchia.
Massa desactiva Alternativa Federal y se suma al frente opositor
Ayer sábado, Sergio Massa llamó a un gran frente opositor para derrotar a Cambiemos y dio una fuerte señal de acercamiento con el espacio que llevará de candidatos a la fórmula Fernández-Fernández. De esta manera, despejó las dudas de acordar con el Gobierno –en el documento que viralizó hizo hincapié varias veces sobre el “fracaso de Macri” – aunque no hizo mención de retirarse de Alternativa Federal.
Esta semana, Diego Bossio, jefe de campaña de Massa, había avisado que «no aceptamos a Vidal en una colectora. Nosotros tenemos un proyecto que es crítico del gobierno de Mauricio Macri, y la gobernadora Vidal integra ese proyecto”. Massa busca la mejor manera de pegar el salto al peronismo/kirhnerista para saldar viejas deudas. En estos días se sabrá si irá o no a las PASO. Mientras tanto, se supo que negocia con Alberto Fernández la conformación de listas de unidad para el Congreso, la Legislatura de la provincia de Buenos Aires y los municipios.
En la coalición opositora que lleva la fórmula Fernández-Fernández sigue el juego de la incertidumbre porque calculan que Massa le puede aportar entre 5 o 6 puntos a nivel nacional. Saben que el tigrense exaspera hasta a los propios en cada cierre de listas.
Cerrado este acuerdo, Alternativa Federal queda a la deriva, y el gobernador cordobés Juan Schiaretti resultó expuesto como el armador que no fue. La virtual desintegración del bloque dejó al peronismo cordobés sin mando y ya hay movimientos para apuntalar la postulación de Alberto Fernández.
Juan Manuel Urtubey, Miguel Pichetto y el propio Schiaretti fueron los abanderados en no negociar con el kirchnerismo y ahora tienen que buscar una salida elegante: desactivar el espacio y repartir los votos o presentar candidaturas testimoniales.
Massa llamó a un gran frente opositor para derrotar a Cambiemos y dio una fuerte señal de acercamiento con el espacio que llevará de candidatos a la fórmula Fernández-Fernández.
A pesar de las dudas, Roberto Lavagna lanzó esta semana su candidatura acompañado sólo por el duhaldismo explícito. Y Pichetto salió a cruzarlo: “Es una figura económica muy respetada, pero no tiene visión política y prácticamente ha desintegrado el espacio de Alternativa Federal”. El ex ministro buscará recomponer vínculos con Pichetto e intentará sumar a Urtubey para reconfigurar el escenario electoral y retomar la iniciativa. Al igual que Cambiemos, la tercera vía también llegó tarde.