Redacción Canal Abierto | El día político comenzó por la mañana con la toma del juramento por parte del presidente Mauricio Macri al nuevo ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, su primera conferencia de prensa y, seguida, la del presidente del Banco Central, Guido Sandleris. Con un clima social, y sobre todo económico, enrarecido tras la derrota oficialista en las PASO, se esperaba que se tratara de mensajes cargados de anuncios y tranquilidad a la población, que no sucedieron.
“La novedad fue que no hubo anuncios. Lo que han hecho fue encapsular las pocas medidas que se tomaron la semana pasada. Hay una apuesta a rajatabla a seguir diciendo que la Argentina va a seguir cumpliendo, lo cual en realidad no tiene mucha consistencia porque justamente la Argentina no está cumpliendo con las metas del Fondo”, analiza Héctor Giuliano, licenciado en Administración y deuda pública y externa.
Y agrega: “La Argentina no está cumpliendo con las metas de inflación, con la estabilidad del tipo de cambio, con las metas fiscales, no está cumpliendo con nada. Técnicamente, el acuerdo con el Fondo habría caído. Lo mantienen artificialmente porque es el salvataje al gobierno Macri”.
Sobre ese salvataje se para la esperanza de la gestión macrista, que espera el último desembolso del organismo internacional como el gobierno de Fernando De la Rúa esperaba el del 15 de diciembre de 2001, que el FMI le negó a último momento. Cinco días después, su gobierno había acabado.
«El gobierno de Macri fracasó abierta y estrepitosamente en su gestión económica y financiera en abril del año pasado. La crisis de deuda le explotó al Gobierno entonces y se prolongó hasta ahora, pero se produjo por sus propias culpas, no por una razón heredada. Al kirchnerismo le pueden endilgar otras cuestiones, pero paradójicamente cuando asumen, el único aspecto que le reconocieron positivo fue haber dejado una deuda externa manejable» (Héctor Giuliano, especialista en deuda).
“Macri corre ese mismo riesgo potencial, pero no creo que suceda –reflexiona Giuliano-. Macri es un gobierno sostenido por el FMI, por capitales financieros que están lucrando y obteniendo ganancias récord gracias a esta situación y no veo que quieran matar a la gallina de los huevos de oro. La función del FMI fue sostener a la Argentina en el bienio 2018-2019 no para ayudar al país, sino para ayudar a sus acreedores financieros”.
Giuliano no establece el momento de estallido de la crisis el pasado lunes 12 de agosto. Ni siquiera hace un año, cuando la última corrida cambiaria llevó la divisa a los $40. Sino en abril 2018, cuando la banca Morgan Stanley compró 850 millones de dólares sobre el total y disparó el dólar por primera vez en la gestión.
«El gobierno de Macri fracasó abierta y estrepitosamente en su gestión económica y financiera en abril del año pasado. La crisis de deuda le explotó al Gobierno entonces y se prolongó hasta ahora, pero se produjo por sus propias culpas, no por una razón heredada. Al kirchnerismo le pueden endilgar otras cuestiones, pero paradójicamente cuando asumen, el único aspecto que le reconocieron positivo fue haber dejado una deuda externa manejable», resume.
En tres años de gestión, el macrismo colocó deuda por más de 160.000 millones de dólares, y multiplicó por cinco la deuda del Central, entidad que transita sus días metida en una trampa insoluble de arbitraje entre tipo de cambio y tasa de interés.
«Macri vino a gobernar con deuda, sobreendeudó al Estado y sobreendeudó más gravemente aún al Banco Central, que hoy tiene más deudas que reservas -asegura Giuliano-. Tiene pasivos de corto y cortísimo plazo por el equivalente a 87.000 millones de dólares, y reservas por 64.000 millones. Está en rojo. Técnicamente, el Banco Central estaría en un estado de liquidación por insolvencia. Si toda la gente corriera a cambiar los pesos por dólares no habría dólares suficientes para devolver».
El golpe financiero y el futuro incierto
«Se habla de que se fueron las reservas y no de quiénes compraron esas reservas. La Argentina fue sometida a un golpe financiero de mercado porque los capitales se hicieron los asustados con los resultados del 11 de agosto y movieron en 24 horas el tipo de cambio, la tasa de interés y las condiciones bancarias». De esta manera describe Giuliano lo que ocurrió desde el 12 de agosto, momento del inicio de la corrida cambiaria y la escalada del riesgo país que aún no para.
La situación que se abre a futuro es incierta y conflictiva, porque a partir de 2021, la Argentina tiene que empezar devolver el préstamo al FMI. «El gobierno Macri se endeudó por 56.300 millones de dólares. Embolsó el 90% de ese préstamo y la cuenta la tiene que pagar el gobierno que viene. Una situación surrealista«, agrega el economista.
Además, en 2022 y 2023 la Argentina tiene vencimientos por 22.000 y 23.000 millones de dólares, respectivamente. «Pero el mayor riesgo es 2020, porque la Argentina no va a tener el apoyo del FMI. El gobierno que asuma no tiene tiempo de respuesta, tiene la tormenta de los vencimientos encima. Va a asumir en condiciones muchísimo más débiles que el actual», asegura Giuliano.
Y agrega: «Este gobierno va a dejar dialécticamente preparada la cosa para que cualquier gobierno que asuma, y ahora más cuando ven que muy probablemente no van a ser ellos, esté lo suficientemente debilitado para que no tenga capacidad de negociación«.
Ilustración: Marcelo Spotti