Redacción Canal Abierto | El escenario político estadounidense tiene una sola certeza: Donald Trump será el candidato con que el Partido Republicano buscará ganar las elecciones generales de noviembre. En la vereda de enfrente, la disputa continúa abierta entre el representante del ala moderada demócrata, con Joe Biden a la cabeza, y el social demócrata Bernie Sanders.
Hasta el momento, son 18 los estados que ya fueron a las urnas (de un total de 52), en los que Biden ganó en 11 y Sanders en 7. Y si bien todavía ambos cuentan con chances para quedarse con la reñida interna (el primero tiene 817 delegados sobre los 659 del segundo, todavía lejos de los 1.991 necesarios), los últimos resultados favorables al ex vicepresidente de Barack Obama parecen estar liquidando el arrollador inicio de campaña del senador que cuatro años atrás perdió a manos de Hillary Clinton.
“Pese a que Sanders aún tiene chances matemáticas, la interna ya está cerrada”, sentencia el historiador, investigador del CONICET y analista internacional, Leandro Morgenfeld. “Creo que Joe Biden es el peor candidato que pueda tener el Partido Demócrata para derrotar a Trump. Por un lado, no propone medidas respecto de las problemáticas que hoy aquejan a los estadounidenses: mientras que Sanders sí busca continuamente poner el foco en la creciente desigualdad, el medioambiente, las minorías o el acceso a los sistemas de salud y educación públicos, Joe Biden apenas plantea una serie de parches que no modificarían el status quo”.
“Sin dudas, y como acusa Sanders, Biden es el candidato de los billonarios. Y de darse una guerra entre millonarios, me parece que quien tiene todas las de ganar es Donald Trump”, afirma.
En esta entrevista con Canal Abierto, Morgenfeld analiza el escenario electoral estadounidense, el mapa geopolítico y los desafíos que enfrenta el gobierno de Alberto Fernández en términos de política exterior.
La interna demócrata
“Si bien las encuestas indican que Sanders es el mejor candidato, los grandes medios de comunicación lograron imponer la idea de que era demasiado radical y que el único que podría ganarle a Trump era Biden”.
“Biden ya recibió el apoyo de los candidatos que se fueron bajando y ganó en estados donde podríamos haber pensado que Sanders podía dar el batacazo, como en el caso de Michigan. Hoy hay mucha presión en el Partido Demócrata para que Sanders se baje de la candidatura con el argumento de una unidad necesaria para derrotar a Trump”.
Una cuestión de clase y generacional
“Hace décadas que la política en Estados Unidos es más una plutocracia que una democracia. Para poder encarar una campaña, cualquier candidato necesita cientos de miles de millones de dólares”.
“El interesante movimiento que hace cuatro años impulsó a Sanders y llegó a disputar la candidatura presidencial de Hillary Clinton, hoy vuelve a despertar el temor de la gran prensa y un establishment demócrata que en las últimas semanas se abroqueló detrás de Biden. El argumento es que este último sería el único con chances de ganar en las generales”.
“Los menores de 45 años arrasa la candidatura de Bernie Sanders, un dato importante a tener en cuenta ya que las elecciones no son obligatorias y podría existir el riesgo de que esa juventud entusiasmada ni siquiera vaya a votar si el candidato llegase a ser Biden”.
“La bocanada de aire fresco que representa Sanders no se va a agotar en estas elecciones”.
La decadencia de un imperio
“Aunque sigue siendo la principal potencia global en términos militares y tecnológicos, hoy estamos viviendo un proceso de transición de una hegemonía incontestada por parte de Estados Unidos a un ascenso de China. Trump es expresión de esta situación, y por eso su consigna de `volver a hacer grande a Estados Unidos´ (Make America Great Again)”.
La política exterior del macrismo
“En términos de sus propios objetivos –a saber, acceso al crédito, ampliación de las exportaciones y lluvia de inversiones, entre otros puntos-, no caben dudas del fracaso”.
“Creo que hicieron una mala lectura del mundo, con un alineamiento exagerado y unidireccional con Estados Unidos, cuando hoy existen múltiples polos».
Los desafíos que vienen
“Con miras a una integración con países de similar desarrollo y en particular con los de Latinoamérica, Argentina tendría que reforzar los organismos regionales que se abandonaron o destruyeron durante la gestión de Macri, restablecer el vínculo con los BRICS y organismos multilaterales como Naciones Unidas. Recién entonces, y con una mayor autonomía, negociar con el resto de las potencias. La asimetría que existe entre Argentina y EE.UU., China o Europa hace que si te sentas a negociar sólo, vas a tener todas las de perder. En cambio, si vas a dialogar –por ejemplo- a través de la CELAC, podes lograr una mejor situación de poder”.
“Creo que el gobierno de Alberto Fernández dio algunas señales positivas en este sentido, como el lanzamiento del Grupo de Puebla o su defensa frente al golpe de Estado en Bolivia. Sin embargo, y esto hay que decirlo, el contexto político en la región es muy adverso y la situación económica a nivel global es crítica”.
Entrevista: Diego Leonoff