Cuando la brutalidad de un caso de racismo asoma repentinamente en los medios de comunicación y tiene su semana de triste gloria en las redes alcanzando un lugar en la percepción media, nos horrorizamos y solidarizamos alternativamente. La hipocresía manda: no advertimos que la sociedad de la que somos parte, que la historia de nuestro país y la actualidad misma, están hechas de racismo. Desde la persecución y eliminación de los pueblos indígenas bajo cualquier signo gubernamental (reproduciendo el régimen colonial fronteras adentro), hasta la negación y estigmatización de la negritud en un país de amplias mayorías de piel oscura. ¿Cómo son esas genealogías y en qué punto se cruzan? Pero, ante la “interseccionalidad” de formas de dominación y discriminación (anti-indigenismo, racismo, clasismo, etc.), surge la transversalidad de las luchas para disputar el sentido mismo de la democracia.
Algunos fragmentos de la conversación:
Federico Pita: “No hay ninguna ley que diga que los negros no pueden ir a la UBA. Yo fui a la UBA y me gradué, lo que pasa es que mi familia blanca tiene ingenieros civiles, arquitectos, diseñadores gráficos y en mi familia negra, en 200 años, soy el primer graduado. No está en la letra de la ley sino en las condiciones materiales.
Irma hablaba de la visualización que generó Santiago Maldonado, ahora mi pregunta es: Rafael Nahuel defendía las mismas banderas y no hicimos ninguna Plaza de Mayo. Entonces me parece que ahí están los límites de las discusiones políticas, en las listas de representación no se eligen por asamblea popular, son a dedo, y siempre eligen a los mismos: se parecen todos, son todos iguales, son todos blancos. Lo que sobran son varones blancos y las sillas son pocas, entonces alguno se va a tener que parar. Si realmente cree en la justicia social, si hay un anhelo de transformación, si realmente hay una idea romper con este oprobio que es el racismo y el genocidio.
El racismo no es solamente esta situación, es este sostenimiento cotidiano de subestimar los efectos del racismo, me parece que por ahí hay una pista.”
F.P.: “El racismo en Argentina es tan obvio, tan cotidiano, tan explícito y tan evidente que en ese mismo acto se torna invisible o se lo niega. La Argentina fue construida a través de ese mito civilizatorio, el gran relato nacional de civilización o barbarie que sirvió para justificar esta idea trastornada de que somos todos blancos o que mayoritariamente en Argentina somos blancos, que somos los más blancos de América Latina.”
F.P.: “Los pueblos originarios de América y los afrodescendientes si hay algo que no somos es migrantes, bajo ningún aspecto. En ningún lugar aparece nuestra voluntad de traslado ya sea para huir de algo. Los afrodescendientes somos sobrevivientes de uno de los crímenes de lesa humanidad más grandes que fue la trata esclavista.”
Irma Caupán: “Los pueblos originarios desde siempre estamos defendiendo los territorios porque nos sentimos parte del territorio, porque el territorio es la vida. El extractivismo, la deforestación, justamente, lo que nos están sacando es la vida”.
F.P.: “En términos poblacionales, los negros, en el sentido más amplio de la palabra, los no blancos somos la abrumadora mayoría de la argentinidad. En el único lugar en donde son mayoría los blancos es en los espacios de poder, de toma de decisiones: en la tele, en la radio, en el Congreso, en los gabinetes, en las gobernaciones.”
[mks_toggle title=»Irma Caupán Perriot» state=»open»]Referente del Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir. Psicóloga Social. Pertenece a la Escuela Popular de Psicología Social y trabaja en distintos espacios problemáticas vinculadas al Buen Vivir.[/mks_toggle]
[mks_toggle title=»Federico Pita» state=»open»]Presidente de Diáspora Africana en Argentina. Licenciado en Ciencias Políticas, dirige el Espacio Malcom –lugar de encuentro para afrodescendientes y pulmón de resistencia al racismo en Argentina– y publica el periódico Afroargentino.[/mks_toggle]
*La foto de Federico Pita es de Gisele Velázquez publicada en Revista Ruda