Redacción Canal Abierto | “Junto con Parques Nacionales y los tres gobiernos provinciales tenemos que encontrar una solución de fondo, ya es hora de terminar con estos ecocidios”, declaró esta mañana el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, Juan Cabandié.
Desde hace varios días rosarinos y vecinos de otras localidades del sur santafesino y el norte bonaerense conviven con humo y cenizas en el aire. Es que, una vez más, la multiplicación de focos de incendio en las islas del Delta del Paraná -favorecidos por el viento, la escasez de lluvias y la bajante histórica del río Paraná- visibiliza una problemática no tiene nada de nueva.
En lo que va del año se registraron 3983 focos, ubicando a 2020 en el segundo lugar en la serie desde 2012. “En los últimos 4 meses se quemó una superficie de aproximadamente 500 kilómetros cuadrados, el equivalente a tres veces la superficie de Rosario”, advirtió en diálogo con Canal Abierto el diputado provincial santafesino Carlos Del Frade.
Es un secreto a voces no sólo el carácter intencional detrás de los incendios, sino que quienes los inician año tras año son los grandes ganaderos de las islas. Los objetivos también son siempre los mismos: renovar los pastizales, desmalezar residuos secos que se generan durante otoño e invierno, pero también con el propósito de ampliar la frontera sojera en el continente.
#Rosario | Están quemando el humedal del delta del Paraná. Nación y Santa Fe hacen esfuerzos pero el gobernador de Entre Ríos Gustavo @bordet parece no enterarse de que este crimen ambiental ocurre en su provincia. Ya se quemaron 500 mil hectáreas.
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— Canal Abierto (@canalabiertoar) July 27, 2020
“Esto no es un accidente: es una constante de hace años, aunque recién ahora se vuelvan visibles por su cercanía a Rosario”, afirmó a Canal Abierto la abogada e integrante de la asamblea El Paraná No Se Toca, Romina Araguas.
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El avance del fuego no solo provoca innumerables daños en el ecosistema arrasado. Afecta, además, a los pequeños productores de miel que pierden sus colmenas y a los pescadores, producto de la contaminación que provocan las cenizas sobre el río. A esto hay que sumar el grave daño que produce en la salud de los habitantes de la ribera del rio Paraná.
El sábado pasado trascendieron los nombres de los siete propietarios imputados en el Juzgado Federal 2 de Paraná por la presunta violación a los artículos 186 y 194 del Código Penal (incendio intencional y entorpecimiento de medios de transporte), y la ley 24.051 de residuos peligrosos: Rufino Pablo Baggio, Enzo Federico Vignales, Raúl Álvaro Morist y Rachinsky, Esteban Ricardo Morist y Rachinsky, Julián Marcelo Luraschi, Amelia Marta Barinotto y José María Vicenti. No obstante, en las últimas hora, varios medios entrerrianos publicaron una nueva lista con otros conocidos productores ganaderos, e incluso empresas, que estaría detrás de los focos.
De hecho, la Cámara Federal de Apelaciones de Rosario dictó recientemente una medida cautelar en la que les ordenó a las autoridades de la ciudad de Victoria y de la provincia de Entre Ríos controlar que no se realicen más incendios por seis meses, según informó el diario local La Capital.
Por su parte, el intendente rosarino, Pablo Javkin incluso se presentó como querellante en la causa y reclamó “meter presos a los responsables”.
El ministro de Ambiente de Nación detalló a los medios radiales cuáles serán las líneas estratégicas para la conservación y el uso sostenible del delta del Paraná, afectado por las reiteradas quemas de pastizales que pusieron en peligro los humedales de la zona. Entre otras cosas, anunció que se van crear “faros de conservación”, algo así como una red de seis o siete áreas protegidas estrictas en diferentes puntos del Delta. Según informó, la iniciativa apunta a “fortalecer la presencia institucional y operativa en el territorio” mediante la asignación de recursos como lanchas, cuatriciclos, motos, drones, torres de control, equipos de monitoreo ambiental y de comunicación, así como presencia permanente de personal.
“El jueves pasado tuvimos una reunión con el ministro Cabandié, y esta semana va a haber otra. Más allá de la buena voluntad, tienen que entender que esto es urgente, es una emergencia”, reclamó Aragua.
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