Redacción Canal Abierto | Los incendios forestales son noticia y lo fueron a lo largo de todo el 2020. El fuego en los humedales del Delta del Paraná, en las sierras de Córdoba, en San Luis, en Corrientes, en La Rioja, Santiago del Estero y Catamarca. La superficie estimada afectada por incendios desde el 1 de enero hasta hoy, según el Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF) –a cargo del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible–, ronda las 890.000 hectáreas de ambientes naturales –bosques y humedales.
En el marco de la pandemia los equipos de brigadistas de incendios forestales no tuvieron aislamiento ni descanso, pero el reconocimiento por parte del Estado de la esencialidad de su trabajo no tiene correlato en las condiciones contractuales ni salariales de estos trabajadores y trabajadoras, y la situación se agudiza en el caso de las y los 350 brigadistas de Parques Nacionales.
Combatiendo las llamas
“Los Brigadistas de Incendios Forestales de Parques Nacionales combaten los incendios pero también atienden las emergencias que surgen en las áreas protegidas. Con el ingreso de visitantes a los parques cuando surgen emergencias y accidentes dentro del área somos los primeros en acudir. También mantenemos los sistemas de comunicaciones dentro de los parques que es mediante VHF, ya que la cobertura de celular no abarca todo el territorio”, narra a Canal Abierto Mario Cárdenas, integrante de la Coordinación de ATE Parques Nacionales y guardaparque del Parque Nacional Los Alerces. También realizan tareas de prevención y educación ambiental; recuperan áreas quemadas y asisten a los pobladores.
“Desde la Asociación de Trabajadores del Estado estamos trabajando para llegar a una carrera y a un pase a planta permanente para terminar con tantos años de precarización laboral”, señala Cárdenas. La modalidad de contratación de estos trabajadores es mediante contratos precarios de duración anual. “Hay compañeros que llevan hasta 20 años con esta modalidad de contrato precario”.
“Este año quedó fehacientemente demostrada la importancia de contar con brigadistas con una formación profesional en manejo del fuego. El brigadista está preparado para ir a trabajar en un incendio donde sea convocado. Este año muchos brigadistas de Patagonia viajaron a atender los incendios de Córdoba, de islas de Santa Fe; ahora en Calilegua hay compañeros de Lanín y Nahuel Huapi. Hace unos días regresaron compañeros de Alerces y lago Puelo luego de trabajar 15 días en Jujuy”, narra el guardaparques desde Chubut.
“Necesitamos estabilidad laboral y una buena remuneración. Hoy los salarios son muy bajos, en Patagonia rondan los $36.000, muy poco teniendo en cuenta el riesgo, la exigencia física del trabajo, la cantidad de horas y días seguidos de estar expuestos a altas temperaturas y al humo. La vida útil del trabajador, con esta exposición, es acotada”, describe Cárdenas. “Muchas veces el Estado invierte en capacitarnos y personas preparadas y con experiencia se cansan de esperar y se terminan yendo debido a la precariedad de la situación laboral que tenemos”.
Apagando el fuego
El pasado miércoles 4 de noviembre, representantes paritarios de ATE se reunieron en el Ministerio de Ambiente con María Soledad Cantero, jefa de gabinete del ministro Cabandié, y un equipo técnico que está trabajando en la redacción del borrador de carrera profesional para el conjunto de brigadistas del Plan de Manejo del Fuego y los de Parques Nacionales.
“Estamos trabajando colectivamente para construir el convenio con la mirada de los trabajadores y esperamos llegar a tenerlo antes de fin de año. Mejoraría significativamente el salario, alcanzando los niveles de los que hoy están en el Plan de Manejo; y entraríamos en el proceso de regularización de empleo para comenzar a pasar a planta permanente el año que viene”, sostuvo Flavio Vergara, delegado paritario de la ATE Nacional, uno de los representantes del gremio en las negociaciones.
La mano del hombre
Según el SNMF, el 95% de los incendios forestales son producidos por intervenciones humanas. Entre las primeras causas se encuentra el uso del fuego para la preparación de áreas de pastoreo. Otras causas que prevalecen son el abandono de tierras, las fogatas y las colillas de cigarrillos mal apagadas. Los factores climáticos, como la falta de precipitaciones, las temperaturas elevadas, el bajo porcentaje de humedad, las heladas constantes y los vientos fuertes, inciden en la facilidad de propagación del fuego.