Canal Abierto Radio | A principios de noviembre la plataforma Netflix estrenó la miniserie “Carmel, ¿Quién mató a María Marta?”, que consta de cuatro capítulos y repasa la investigación y el juicio ocurridos luego del asesinato de María Marta García Belsunce en octubre de 2002. Su director, Alejandro Hartman, habló sobre las repercusiones a dos semanas del lanzamiento.
“Yo me he comunicado con la familia, o me han hecho saber su opinión, en algunos casos a algunos les parece correcto y algunos no están tan de acuerdo. Todos los entrevistados sabían lo que íbamos a hacer, era entrevistas a todos los implicados en esto” comentó.
Casi dos décadas pasaron del asesinato, cuando aún no existía la figura de femicidio, aunque las investigaciones nunca pudieron dar con el culpable del crimen. En la miniserie no sólo abordan el hecho, sino el contexto de una Argentina en crisis, el tratamiento de los medios de comunicación, las contradicciones en los testimonios y los expedientes y el rol de la Justicia.
En cuanto a la ralización, Hartman comentó: “Me considero un afortunado haciendo cine y en particular en este documental me siento un afortunado de poder conocer gente y visitar lugares”, pero sobre todo el Country Carmel y la casa de María Marta y Carlos Carrascosa. Todo el lugar, la escena del crimen, tienen “muchos elementos cinematográficos” y además fueron el foco de atención de miles de espectadores por meses. Pero puntualmente, subrayó que “conocer a los protagonistas, es muy interesante y lo hice siempre con mucho respeto, entendiendo que son personas y que tienen una verdad para decir”.
“La serie tiene un montón de documentación y tiene la palabra de personas muy autorizadas para hablar, entre ellas, aquellos que es difícil encontrar mejor documentación que esa” ya que muchos expedientes y documentos fueron generados por policías o empleados judiciales que hicieron mal su trabajo en ese momento. Frente a quienes no están conformes con el producto final por no ser fieles a los documentos, el autor remarcó: “la verdad que no quiero entrar en esa discusión, nosotros hicimos un trabajo super serio”.
“Durante años lo pensamos como una ficción, pero nunca nos cerraba. Nos parecía muy atractivo visualmente, tenía muchos elementos cinematográficos, pero por un lado no tenía un final concreto y por otro tenía muchos elementos rayan lo cómico y el humor negro. Y es difícil olvidarse, y nunca quisimos olvidarnos, que hay una víctima de un crimen impune y que hay un asesino suelto. En este caso todo el tiempo parece irse hacia lo bizarro, y desde la ficción hubiera sido muy difícil que no sea casi una comedia”
A la vez, señaló que “no es la función de un documental resolver un caso criminal”. Por lo tanto, esperan que el éxito de la miniserie ayude a la Justicia a “a despertarse y acordarse de que tiene una causa por el crimen de una mujer sin resolución concreta”, con dos imputados por hipótesis contrapuestas del hecho. Y a la sociedad, a repensar el morbo y los prejuicios con los que se abordó el caso en la justicia y en los medios».