Por La tinta | Esta semana, se empezó a compartir en redes sociales un desesperado pedido para evitar que se haga efectiva una orden de desalojo contra Agustina Tolosa de un terreno de cuatro hectáreas, ubicado en El Talita, Salsipuedes.
Agustina Tolosa tiene 70 años y lleva los últimos 18 viviendo y trabajando la tierra en un campo que fue cedido por el ex intendente de Salsipuedes, Facundo Torres. Según el relato de Agustina, el Jefe Comunal le entregó hace dos décadas un terreno para que pueda trabajar la tierra y criar animales, porque en la casa donde vivía, en barrio Villa Sol, no tenía espacio suficiente.
“Yo vivía en Villa Sol, muy tranquila, pero tenía muchos conejos. Las casas estaban pegadas unas a las otras. Y yo trabajaba en un campo que era de un intendente y me dijo: ‘Para no tener problemas con tus animales, vas a tener que ir a un campo y dejar esta casita’. Yo tenía que vender mi casa para poder hacer posesión del lugar donde estoy y, hasta el día de hoy, estoy pagando impuestos en Rentas, he ido a Catastro y han visto que no hay ningún heredero ni nada de este campo“, expone Agustina ante la cámara de una vecina que se acercó al lugar.
Durante todos estos años, Tolosa construyó su hogar y su sostén de vida: levantó su casa, instaló los servicios básicos, pagó los impuestos y trabajó la tierra y la cría de conejos, gansos, patos, gallinas y codornices para subsistir. Sin embargo, hace unos años, apareció un hombre de apellido Cardozo, que afirma haber heredado la posesión del mismo terreno y consiguió una sentencia de desalojo en contra de Tolosa.
“Agustina tiene un grado de discapacidad al hablar y no se presentó al juzgado en tiempo por desconocimiento, y, al ser zona rural, nunca le llegaban las notificaciones en tiempo y forma; por ende, el juez la considera en rebeldía y dictamina que se tiene que ir”, explican desde su entorno.
“Me llegó un papel de desalojo. ¿Qué más tengo que hacer? Pago impuestos, tengo papeles, puse la luz, el agua y miren mis manos, que todavía estoy trabajando la tierra acá. Levanté las paredes de mi casa con mis propias manos. No sé qué hacer, si irme sin hacer nada o qué hacer”, sostiene la propia damnificada.
La sentencia judicial no solo afecta a Agustina, sino también a su hija y a su nieta, que viven en otra vivienda construida en el mismo terreno. Ellas se mudaron allí luego de perder todas sus pertenencias en las inundaciones del 15 de febrero de 2015 y recibir por parte del Gobierno de Córdoba un aporte para que se construyan su vivienda en este lugar, que ahora la Justicia afirma que no es de ellas.
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Desde La Ollera, Movimiento de mujeres y disidencias autoconvocadas de Salsipuedes, remarcaron que Agustina es una mujer solidaria y muy querida en la comunidad, que es víctima de una Justicia que “sin perspectiva de derechos humanos ni de género, la deja, literalmente, en la calle”.
“Nos hicimos carne de la lucha de Ramona. Entendimos desde el dolor y la injusticia cómo los grandes intereses vulneran a la población campesina. Y sabemos que el sistema capitalista y patriarcal atropella doblemente a las mujeres. Hoy, Agustina Tolosa está viviendo en carne propia las consecuencias de ser mujer, pobre y campesina. Pero ella no está sola. Como no lo estuvo Ramona. Vamos a resistir con ella los embates del sistema judicial, del mercado inmobiliario y de los intereses privados de los políticos que nos gobiernan y eligen mirar para otro lado“, indicaron desde La Ollera, quienes instaron al gobierno municipal a dar una inmediata respuesta para evitar el desalojo del próximo martes.
En simultáneo, hay una convocatoria para acompañar a Agustina y resistir el desalojo el 6 de julio a las 9 en su campo ubicado en El Talita, al lado del predio Remar.