Redacción Canal Abierto | En la Argentina hay seis sindicatos intervenidos por el ministerio de Trabajo y la Justicia. Es el número más alto desde la dictadura militar. En el Ingenio Ledesma de la familia Blaquier en Jujuy, por ejemplo, la cartera laboral dejaba vencer el mandato del secretario general de los trabajadores azucareros (SOEAIL), mientras suspendía provisoriamente las elecciones. Buscaba la intervención.
“En los sindicatos azucareros siempre hay conflicto antes de las paritarias, que se realizan antes de la zafra, momento en que los trabajadores tienen más fuerza. Es una costumbre: tratan de ahogar al sindicato y a los trabajadores”, dice Horario Meguira, que el viernes pasado viajó a Ledesma como veedor de las elecciones que impulsó el SOEAIL, sin el aval del ministerio ni la empresa que impidió la instalación de urnas dentro del complejo. Pese al amedrentamiento votó el 53% del padrón.
El titular del departamento jurídico de la CTA Autónoma hila el caso Ledesma con otros y asevera que este gobierno persigue la destrucción del estado social de derecho, como forma de reducir el poder de los trabajadores en la sociedad.
“Uno de sus ejes es el ataque a los abogados laboralistas y magistrados de la Justicia del Trabajo. Y el otro eje de destrucción son las leyes. Por ello crearon una comisión de notables para volver a privatizar la previsión social y diseñar una reforma laboral integra”, advierte Meguira.
En ese contexto lanzó la frase que da origen al título: “Este gobierno quiere ir a una sociedad sin sindicatos ni instituciones sociales”. Una tendencia doctrinaria que es mundial, asegura. Que avanza sin la oposición efectiva de la OIT y la debilitada Confederación Sindical Internacional y de las Américas.
”El sindicalismo argentino es fuerte pero no eficaz”, introduce para hablar de la capacidad de respuesta en nuestro país. “Las direcciones de los grandes sindicatos han traicionado sistemáticamente. El dato alentador es que nunca se han dejado de renovar las alternativas a esas falsas direcciones”, agrega.
Un ejemplo, a la vista, es el SOEAIL.
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Entrevista: Pablo Bassi