Redacción Canal Abierto | Cada tanto, ciertas ideas que se montan sobre la falta de operatividad y la ineficacia del Estado cobran popularidad y proclaman la necesidad de achicarlo.
“El Estado es el mayor enemigo de la riqueza”. “El Estado no es la solución, es la base de todos los problemas que tenemos”. “En mi mundo ideal no existe el Estado”. Esas frases fueron pronunciadas en distintas oportunidades en redes sociales y medios de comunicación por el candidato a diputado de La Libertad Avanza, Javier Milei, quien obtuvo el 13,7% en las últimas PASO, tras año y medio de una pandemia que volvió a poner de relieve el rol del Estado.
La lógica liberal promocionada por el mediático economista va un poco más allá y puede resumirse en que, cuanto más grande el Estado, más pobres y subdesarrollados los países.
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Sin embargo, un análisis reciente desarrollado por la Confederación Latinoamericana y del Caribe de Trabajadores Estatales (CLATE), en base a datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) da por tierra con esos supuestos.
De acuerdo con este informe, Argentina tiene un 18% de trabajadores del sector público sobre el total de la fuerza productiva empleada. El número es similar al de Uruguay (17%) y Chile (12%), bastante más bajo que el de Venezuela (26%), pero muy superior al de El Salvador (7,7%), Guatemala (6,4%) y Colombia (6,2%).
Pero es superada por todos los países considerados “desarrollados”, con menores índices de pobreza y mayor estándar de vida.
El Estado es el mayor enemigo de la riqueza. Si el aumento de su tamaño lo financia con impuestos cae el salario real. Si es deuda son impuestos futuro. Si esa deuda es externa eleva el tipo de cambio de equilibrio respecto al salario y encarece los alimentos creando más pobres.
— Javier Milei (@JMilei) March 15, 2019
En Noruega, el empleo público alcanza al 30% de la población de ese país; mientras que en Suecia es el 28,6%; en Dinamarca es el 25%; en Finlandia, el 23%; en Estonia, el 22,7%; y en Canadá, el 20%.
Si tomamos en cuenta el Índice de Gini, elaborado por el Banco Mundial para medir la desigualdad (donde 0 es el mayor nivel de igualdad y 1 el mayor nivel de desigualdad), Argentina tiene una puntuación de 0,424, mientras que Colombia –país con el Estado más chico del informe– obtiene un 0,508 y Noruega –país analizado con el Estado más grande–, un 0,25. Este último, además, ocupa el cuarto lugar del mundo con mayor igualdad de ingresos. Colombia es el 146, de un total de 159. Argentina es el 111.
“Los sectores que defienden las privatizaciones y los derechos para unos pocos, sostienen que los países desarrollados poseen Estados ‘pequeños’ por lo que deberíamos seguir ese camino. Pero si vemos las cifras sabremos que los niveles de empleo público en esos países superan ampliamente a la mayoría de los de nuestra región”, finaliza el análisis de CLATE.