La renta básica universal incondicionada interpela tanto a la moral de la deuda como a la moral del trabajo. Aparece como crítica de hecho al asistencialismo focalizado y burocratizado y despierta el imaginario de una nueva institucionalidad posible. Una nueva forma de reconocimiento de la productividad y la cooperación social requiere del empuje popular. Repensar la riqueza, la legitimidad de la propiedad, el uso del tiempo, el cuidado mutuo, el intercambio… La renta básica no se reduce a un programa social, moviliza necesidades de infraestructura, tensiona relaciones de fuerza con el capital y reconoce autonomías. Un suelo de existencia digna es solo la condición para la reinvención de lo Común ante el estado de descomposición social y vital al que nos enfrentamos.
Corina Rodríguez Enríquez y Juan Delgado expresan generaciones y preocupaciones diversas y complementarias, entre la economía feminista y la juventud transformadora del concepto mismo de democracia.
[mks_toggle title=»Corina Rodríguez Enríquez» state=»open»]Economista (UBA), Máster en Políticas Públicas (Institute of Social Studies, Holanda), Doctora en Ciencias Sociales (FLACSO). Investigadora Independiente del Conicet con sede en el Ciepp, Miembro del Comité Ejecutivo de Mujeres por un Desarrollo Alternativo para una Nueva Era (DAWN). Titular de la cátedra de Economía y Género en la Facultad de Ciencias Económicas (UBA). Consultora de agencias de Naciones Unidas.[/mks_toggle]
[mks_toggle title=»Juan Delgado» state=»open»]Politólogo (UBA), tiene un posgrado en Análisis del Capitalismo y Políticas Transformadoras (Universidad Autónoma de Barcelona). Actualmente es Doctorando en Ciencias Sociales (UBA). Integra el Comité Editorial de la Revista Sociedad Futura y es miembro del Departamento de Estudios Políticos del Centro Cultural la Cooperación Floreal Gorini.[/mks_toggle]