Redacción Canal Abierto | “En suma, el reporte concluye que el programa no satisfizo los objetivos de restaurar la confianza en la viabilidad externa y fiscal al tiempo de cobijar el crecimiento económico. El programa se descarriló en agosto de 2019 con solo cuatro de las doce revisiones planeadas completadas por el Directorio Ejecutivo”.
El párrafo que antecede es parte de la Evaluación Ex Post (EPE, por sus siglas en inglés) que el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó este miércoles en relación al megacrédito que en 2018 le dio a la Argentina durante el gobierno de Mauricio Macri.
El informe –que fue elaborado por el staff técnico del organismo a cargo de Kristalina Georgieva, cuyo principal autor fue el economista noruego Odd Per Brekk– forma parte de las instancias protocolares que el FMI realiza para revisar el accionar de sus agentes en los créditos de acceso extraordinario, como fue el de Argentina, que no obtuvieron resultados. Sin embargo, su enfática crítica hacia la gestión de Cambiemos resultó inesperada.
En él, la entidad asegura que el préstamo no cumplió con los objetivos “de restablecer la confianza en el mercado, la reducción de los desequilibrios externos y fiscales, la reducción de la inflación y la protección de los segmentos más vulnerables de la población”. Y admite: “El gobierno de Macri debió interponer controles de capitales para ordenar los flujos y evitar fuga de divisas, que es lo que terminó ocurriendo antes y después de tomado el crédito. De hecho, si se mide la fuga en los meses posteriores y teniendo en cuenta que el dinero es fungible, se fue del país casi la totalidad del préstamo”.
De esta manera, confirmó una aseveración que el gobierno de Alberto Fernández viene sosteniendo desde su asunción y que juega su papel en la renegociación de la deuda: que los US$ 44.500 millones de dólares que el FMI le dio a la gestión de Macri financiaron la fuga de capitales.
“El informe teniendo en cuenta que lo hace el responsable fue lapidario, pero bueno es algo que ya sabíamos. Nosotros se lo contamos al Fondo y debió admitirlo”, sostuvo el Presidente en declaraciones de hoy a los medios de comunicación.
También contradijo las declaraciones del propio Macri quien hace poco más de un mes aseguraba: “La usamos para pagar a los bancos comerciales que se querían ir porque tenían miedo de que volviera el kirchnerismo”.
Además de la fuga, el Fondo concluyó en que la administración macrista tuvo “riesgos sustanciales”, que su estrategia “fue demasiado frágil” y aceptó sutilmente que la política monetaria fue insuficiente para bajar la inflación (que debió complementarse con otras, como la coordinación de precios e ingresos).
El último en admitirlo
El destino del préstamo –el más alto de la historia del país y también del organismo internacional– ya había sido denunciado en 2020 por el Banco Central (BCRA) en un informe titulado Mercado de cambios, deuda y formación de activos externos, 2015-2019. En él revisaba las cuentas públicas y llega a una conclusión de que aproximadamente 8 de cada 10 dólares que ingresaron al país entre diciembre de 2015 y principios de 2018 tenían su origen en colocaciones de deuda y capitales especulativos.
Queda claro, con el informe de evaluación del programa 2018 publicado hoy x el FMI, que era ridículo eso de que “el FMI incumplió sus estatutos en el préstamo a Argentina” o que “el préstamo del FMI buscó apoyar la campaña de Macri” que tantas veces dijo el actual gobierno. 1/4
— Guido Sandleris (@gsandleris) December 23, 2021
A lo largo de todo el período, esos fondos obtenidos por deuda financiaron la formación de activos externos de los residentes argentinos (FAE), lo coloquialmente se llama “fuga de capitales”. Ésta se triplicó y superó los US$ 86.000 millones. “Aún durante la primera fase de auge e ingreso de capitales, la formación de activos externos de los residentes alcanzó los US$ 41.100 millones. En la etapa de aceleración de salida de capitales, a partir de mayo de 2018, la fuga alcanzó los US$ 45.100 millones”, relata el informe. Una cifra equivalente a lo desembolsado por el FMI para Argentina.
Si bien el FMI intentó desentenderse de esos resultados al asegurar que el organismo “había puesto de relieve las vulnerabilidades de Argentina antes del programa” –aunque ahondó en algunas autocríticas–, la vocera presidencial Gabriela Cerruti agregó esta mañana que además de lo mencionado “es importante que el Fondo pueda ver si efectivamente se cumplieron los requisitos del artículo 6 de su estatuto”.
En efecto, para el Gobierno el informe significa un paso importante en el marco de la renegociación, ya que viene sosteniendo que el préstamo violó los estatutos del Fondo al haber sido otorgado a un país –como la Argentina en 2018– que estaba en riesgo de fuga de capitales. Hacia adentro, y de acuerdo con declaraciones del propio Macri, también asegura que el programa tenía como objetivo sostener a Cambiemos en el poder.
Esta semana, referentes sociales, políticos y sindicales solicitaron una medida cautelar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para que no se le permita al Estado Nacional aprobar ninguna ley o acto de gobierno que implique “reconocer la legalidad del endeudamiento”, en aras de esa violación estatutaria y también de la violación a artículos de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre.
Por su parte, el macrismo reaccionó al informe con declaraciones como las del propio Guido Sandleris, ex presidente del Central. “Un problema del informe es analizar todo con el diario del lunes. Hay que evaluar también las decisiones con la información disponible al momento de tomarlas. Con el diario del lunes, por ejemplo, tendríamos que haber comprado bitcoins con las reservas y listo”, aseguró en su Twitter.
En tanto, ayer se realizó el pago programado de un vencimiento con el Fondo por US$ 1.892 millones que impactó en las reservas del BCRA, las cuales cayeron a US$ 39.153 millones.
Ilustración: Marcelo Spotti