Redacción Canal Abierto | La PIAP es la planta de agua pesada más grande del mundo y principal proveedora de las centrales nucleares del país. Tras el vaciamiento producido durante el macrismo, ya lleva cuatro años paralizada.
Sus trabajadores no dejaron de insistir en su reactivación, y en este contexto se reunieron con la presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), Adriana Serquis, para evaluar los planes del futuro cercano para la PIAP.
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Nicolás Ventura, secretario general de la Junta Interna de ATE PIAP, participó del encuentro y en diálogo con Canal Abierto comentó: “Por varias declaraciones que vinieron haciendo, tanto de CNEA como el Ministerio de Energía, nos surgió la necesidad de tener una reunión con Serquis para clarificar qué es lo que se planea hacer con nosotros”.
Ventura también informó: “Estamos a tres meses de una finalización de contratos que corresponde a los contratos de conservación. Ya en su momento habíamos hablado con CNEA sobre la necesidad de poner a producir a la planta justamente porque estamos bajo esos contratos. Estamos con baja cantidad de personal, no se están pudiendo llevar adelante las tareas necesarias y la planta está entrando en un deterioro bastante importante, por eso entendemos que se tiene que tomar una decisión con respecto al arranque de planta”.
La iniciativa de una quinta central nuclear a construirse en el país despertó las expectativas para la PIAP, ubicada en Arroyito, Neuquén, a pesar de no presentarse una propuesta concreta para el destino de la producción.
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“Desde 2018, cuando se paralizó la planta, las únicas actividades que hemos estado haciendo son de conservación de equipos, tratando de tenerlos en las mejores condiciones para el momento del arranque”, señaló Ventura.
En este sentido, agregó: “Éramos aproximadamente 500 trabajadores. Actualmente queda un plantel de 105. Desde que se paralizó la planta con el gobierno de Macri, muchos compañeros se vieron forzados a hacer los retiros voluntarios o renunciar, sobre todo por la situación en la que estábamos. Prácticamente tuvimos cuatro años sin recomposición salarial, cobrábamos los sueldos desfasados o en cuotas”.
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Pese a los años y al desgaste de los trabajadores, la esperanza de la reactivación sigue viva, y la reunión con la titular de la CNEA mantiene la llama encendida. Bajo esta línea, Ventura destacó: “Por lo que pudimos hablar con Serquis, ellos están trabajando en un contrato de conservación con vista a arranque para el pre acondicionamiento de la planta que llevaría unos 18 meses. A través de esto, la CNEA establece aumentar las tareas de mantenimiento con vista al arranque después de ese período. En este sentido, nosotros marcamos que es necesario empezar a sumar más personal al plantel para llevar adelante la tarea y dejar en condiciones la planta para producción después de esta etapa”.
Y finalizó: “Con la planta en marcha va a ser más fácil discutir la producción de agua pesada, los contratos para exportación de agua o abastecer las centrales nucleares. Se tiene que tomar la decisión de arrancar la planta porque seguir manteniéndola como ahora va a llevar a mucho más deterioro”.