Por Federico Chechele | En las últimas horas se pronunciaron dos frases que grafican claramente los tiempos que corren. El Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta se posicionó fuerte hacia su electorado e hizo saber a todo el país su postura sobre el acampe que realizan organizaciones sociales sobre la avenida 9 de Julio: “Le pedimos al Gobierno que les saque los planes sociales, que tienen como condición que los chicos vayan a la escuela. Hagan cumplir la ley, saquen los planes y van a ver que no vienen más”.
El contrapunto fue esta mañana, cuando el senador José Mayans, durante la introducción que hizo frente a las centrales sindicales convocadas por el bloque del Frente de Todos, deslizó una frase que dejó atónitos a los presentes, no porque sea algo que no se supiera, sino por lo elocuente de la misma: “Hay personas que todavía no nacieron y ya deben plata”, en referencia a la deuda contraída por el macrismo a 100 años.
Juntos por el Cambio representa a la Argentina blanca que en su interna se pelea por ser cada vez más blanca. Larreta sabe que es difícil volver a poner al genio dentro de la botella, la sombra de Mauricio Macri lo acecha, pero también debe lidiar con esta nueva oleada de libertarios que buscan romper la hegemonía desde el llano con argumentos fuera de época. En el Frente de Todos se discute el rumbo, los actores y las acciones. En la coalición gobernante, la tirantez hace sismo semana a semana y, a excepción del círculo íntimo del presidente Alberto Fernández, nadie está conforme con lo que está sucediendo.
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Cada uno discute su propia revolución
La frase de Larreta traspasa hasta el fondo los 6 mil pesos de asignación que percibe una madre por cada hijo o hija que apenas le sirve para paliar la comida diaria. Arremete con la impunidad que le otorga tener pauta en todos los medios masivos y lo utiliza para contarles las costillas a los pobres.
Porque los sectores de la derecha hacen que se indignan ante la pobreza frente a las cámaras pero con un corte de calle se termina cualquier indignación. Pero no dudan en acompañar los cortes de ruta de los ruralistas, esa Argentina que se vanagloria de levantarse al alba para mirar sus tierras y se niega a pagar impuestos. Y se atreven a acusar a los pobres de que prefieren los planes antes que trabajar: Con pagar un salario en blanco, que supere la canasta básica y con la garantía de todos los derechos conseguidos por los trabajadores durante décadas alcanzaría para corroborar una teoría que se deshace con sólo pronunciarla.
Los acusan de “planeros” y, sin ánimo de caer en un lugar común pero que a veces es necesario, son los empresarios -o “emprendedores”, como les gusta llamarse- quienes reciben en concepto de subsidios del Estado infinitamente más que lo que el Estado le otorga a los sectores más vulnerables.
Esta tarde se empieza a discutir en el Senado de la Nación el proyecto de ley impulsado por el bloque del Frente de Todos que propone pagar la deuda al FMI con dinero fugado al exterior. Una iniciativa que tiene ribetes internos dentro de la coalición gobernante porque está siendo impulsada por el sector que responde a la vicepresidenta Cristina Kirchner mientras que la Casa Rosada apenas esbozó su acompañamiento.
En los últimos días, el presidente Alberto Fernández se reunió en tres ocasiones con la UIA y los “gordos” de la CGT encabezados por uno de sus secretarios generales, Héctor Daer, en donde no se avanzó en nada que inquiete a los sectores más concentrados de la economía y mucho menos a favor de la clase trabajadora. Sólo surgió un bono de apenas $6.000 para las y los jubilados, que es lo más parecido a la nada misma.
Ante esto, el bloque de senadores del Frente de Todos convocó esta mañana a sectores del movimiento obrero que cuestionan el rumbo de la economía. La CTA Autónoma representada por Ricardo Peidro y Hugo “Cachorro” Goody, la CTA de los Trabajadores encabezada por Hugo Yasky, los sectores de la CGT que responden a Pablo Moyano y la Corriente Federal hoy representada por el Héctor “Gringo” Amichetti mostraron su apoyo y acompañamiento al proyecto para que se beneficie a los sectores populares y que, según manifestaron, será respaldado con debates y movilizaciones en todos el país.
Los proyectos en debate en realidad son dos: el primero crea el Fondo Nacional para la Cancelación de la Deuda con el Fondo Monetario Internacional y el segundo modifica la Ley 21.526 de Entidades Financieras, para actualizar y modificar las excepciones en materia de secreto bancario, bursátil y fiscal.
Se trata de aprobar una ley en la cual se necesitará mucho ingenio para no estar de acuerdo, a no ser que se blanquee cada vez más el posicionamiento de Juntos por el Cambio ante eso de multiplicar la rentabilidad a cualquier costo, de evadir y representar los intereses de las corporaciones; porque del otro lado, a pesar de los matices (protagonistas, sinceramiento y determinaciones) se discute cómo distribuir la riqueza. Y, tal como lo plantea este proyecto, si se habilitan mecanismos de persecución hacia los que fugan y su identificación, su acompañamiento será garantizado.