Redacción Canal Abierto | El Banco Mundial (BM) anunció que no financiará la obra prevista por el Gobierno porteño para generar un “reservorio del Arroyo Medrano” en el Parque Saavedra, pero que según los vecinos no era más que un canal o zanja que iba a partir en dos el espacio verde. El organismo internacional informó la decisión a través de una carta enviada a Jorge Marchini, presidente de la Asociación Vecinal y Biblioteca Popular Cornelio Saavedra y uno de los firmantes del reclamo formal al que finalmente hizo lugar la entidad financiera internacional.
La marcha atrás con la iniciativa –o al menos, su dilación– fue celebrada por los colectivos barriales que se venían organizando con festivales y marchas para expresar su rechazo al proyecto presentado por la gestión de Horacio Rodríguez Larreta en 2021. “No era más que una obra marketinera, lo que en la década del 90 se conoció como show off (en español, presumir o fanfarronear)”, afirmó en diálogo con Canal Abierto Augusto “Tito” Ypas, vecino de Saavedra.
“Hablaban de regeneración del arroyo pero acá no se estaba regenerando nada, sino que era un canal artificial con agua de napas que implicaba romper el Parque, quitándole la tercera parte del terreno a un espacio verde que de por sí viene siendo muy utilizado por los vecinos”, apuntó Marchini a este medio. “Si se arrancaba la obra, el Parque hubiera tenido que queda cerrado durante un año”.
En cambio, lo que si siguen esperando los vecinos es el Reservorio 2 en Parque Sarmiento: “además de menos costosa y en pesos –a diferencia del arroyo en el parque, con financiamiento externo y en dólares–, la obra ayudaría a contener lluvia por 200 mil metros cúbicos de agua contra los 50 mil que aportaba la zanja que buscaba hacer la Ciudad”. Sin embargo, denunciaron, los terrenos previstos –donde hasta hace poco funcionaba un drive de golf– para el reservorio en cuestión fueron cedidos por la Ciudad al Belgrano Athletic Club para la instalación de canchas privadas de rugby.
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Si bien es cierto que la propuesta original del Ejecutivo porteño ya había sido modificada ante la ola de rechazos, los vecinos niegan que los cambios en cuestión ayudaran a mitigar –como había argumentado el macrismo– las constantes inundaciones sufridas en el barrio (por ejemplo, la de abril de 2003, cuando fallecieron seis personas a causa de un temporal).
Según relataron los referentes vecinales, en un principio intentaron contactar a autoridades de la Ciudad y la Legislatura para así advertir los perjuicios que conllevaba la iniciativa. “Como no obtuvimos respuesta y después de que censuraran nuestras voces en las audiencias públicas, decidimos ir a la fuente del problema: investigamos y descubrimos que el Banco Mundial tiene una oficina de reclamos, y les escribimos”.
“No queríamos oponernos de forma puramente testimonial e hicimos un gran esfuerzo, con la colaboraron técnicos de múltiples disciplinas, para que la presentación sea muy seria y contundente sobre los errores, desvíos e improvisaciones detrás de la obra, y creo que incluso se sorprendieron”, detalló Marchini.
Tanto Marchini como Ypas hicieron hincapié en que la perspectiva y acción de los vecinos respecto de esta iniciativa no es la simple obstrucción del desarrollo del barrio. “Creemos en la participación barrial, pensar entre todos el horizonte del barrio y sus necesidades básicas; en este caso, parecía prevalecer sólo el negocio y la especulación inmobiliaria, sin ningún tipo de planificación”.
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Entrevista: Pablo Martínez Levy