Redacción Canal Abierto | “Un tercio de Pakistán está enterrado bajo el agua. Los cultivos y las tierras han quedado arrasados, y las infraestructuras agrícolas destruidas. En la otra orilla del mar Arábigo, Somalia está sufriendo la peor sequía en 40 años, con la consiguiente pérdida de cosechas y de cabezas de ganado. El clima no está cambiando. Ya lo ha hecho”, sentencia un reciente informe de la Oxfam.
En los últimos 50 años se multiplicaron por cinco los fenómenos meteorológicos extremos, destruyendo así comunidades y formas de vida, provocando conflictos y desplazamientos, profundizado desigualdades. Pero lo que es aún más grave, la crisis derivada del cambio climático funciona como un multiplicador de amenazas, agravando los riesgos y vulnerabilidades frente al hambre.
El estudio de la ONG internacional toma los diez “puntos críticos” más afectados por el cambio climático en el mundo -es decir, los que han sumado un mayor número de llamamientos de las Naciones Unidas- asociados a catástrofes climáticas desde el año 2000: Afganistán, Burkina Faso, Guatemala, Haití, Kenia, Madagascar, Níger, Somalia, Yibuti y Zimbabue. El análisis reveló que en los últimos seis años, el hambre severa se ha multiplicado por más de dos en estos países: pasó de 21 millones de personas afectadas en 2016 a 48 millones en la actualidad (casi 18 millones, al borde de la hambruna).
Mientras la gran mayoría del planeta enfrenta las consecuencias -mas o menos extremas- de esta crisis, un reducido grupo de compañías continúan acumulando una riqueza extraordinaria. Por ejemplo, los sectores del petróleo y el gas –de los sectores más contaminantes por su emisión de carbono- han generado ganancias por valor de 2.800 millones de dólares al día (o más de 1 billón al año) durante los últimos 50 años. “Los beneficios obtenidos por estas empresas en menos de 18 días bastarían para financiar la totalidad de los llamamientos humanitarios lanzados por las Naciones Unidas en 2022, cuyo coste asciende a 48.820 millones de dólares estadounidenses”, indica Oxfam.
“Los países menos responsables de la crisis climática son no solo los que están sufriendo más sus efectos, sino los menos preparados para hacerles frente”, agrega el informe. En conjunto, los diez puntos críticos del cambio climático antes mencionados generan tan solo el 0,13% de las emisiones mundiales de carbono, y todos ellos se encuentran entre el tercio de países menos preparados para hacer frente al cambio climático.
Por el contrario, los países industrializados y contaminantes –por ejemplo, las naciones que conforman el G20 y controlan el 80 % de la economía global- son responsables de más de tres cuartas partes de las emisiones mundiales de carbono.
De cara a la Asamblea General de las Naciones Unidas y en vísperas de la COP27, Oxfam insta a los líderes a tomar medidas como garantizar financiamiento suficiente y anticipado que ayude a las personas afectadas a adaptarse, prepararse y hacer frente al próximo desastre: “para cubrir este déficit de financiación, los Estados deben garantizar que las empresas y las personas ricas pagan los impuestos que en justicia les corresponden, especialmente si están obteniendo beneficios a costa de destruir el planeta”.
A su vez, propone compensar a los países más afectados por todas las pérdidas sufridas, así como también la implementación de planes realistas que reduzcan las emisiones.