Redacción Canal Abierto | Especie bebé es el nombre del segundo trabajo discográfico de Mato Ruiz, músico, cantante, productor y arreglador de larga trayectoria al frente de distintas formaciones y colaborando con otros números del circuito platense. El tendrá su presentación oficial en CABA este jueves a las 21 en Cultural Morán (Pedro Morán 2147, CABA).
Las siete canciones que componen el disco fueron creadas antes de la pandemia de coronavirus, pero fue durante el período de confinamiento obligado por ese suceso mundial que fue registrado. Además de Ruiz, participan del disco Carlos Sanchez en baterista, Mauro Camberieri en bajo y su hijo Martín en Guitarra. Camberireri ofició, además, como productor.
“Conformé la banda en 2018 y en principio grabamos tres temas. Luego nos agarró la pandemia y nos tuvimos que adaptar a nuevas formas. Así que el baterista grabó solo en el estudio de su casa, alquiló algunos micrófonos que le faltaban y grabó tomas de otros tres temas más. Después se los mandaba Mauro y él agarró esos audios e hizo un laburo hermoso, además de muy complejo”, explica Mato Ruiz a Canal Abierto.
A pesar de que la composición fue previa a la pandemia, el músico resalta que se puede seguir un hilo con el suceso. “El espíritu del disco habla de la especie bebé que somos nosotros y nuestra nuestra forma de vincularnos con nuestra casa que es el planeta y entre nosotros. El mote de bebé es demasiado amable. En la pandemia me di cuenta que el bebé es algo demasiado lindo para ponerle a la especie humana que que está destrozando todo con una celeridad muy preocupante y angustiante. No se ve una una salida muy certera. La búsqueda de poder del ser humano es tan potente que puede arrasar con su propia casa”, señala.
Este disco es también un regreso a la sonoridad de banda de rock más clásico luego de su primer trabajo solista, Alimento de 2017, cuya característica es el sonido acústico y orquestados, con aires jazzeros en las canciones. “Eso fue algo que yo tuve que esforzarme para que fuera de esa forma. Digamos que mi tendencia es a sobrecargar, a orquestar, arreglar y a producir que es lo que me gusta. Tengo un berretín de no parar nunca. Y muchas vece, ese no parar nunca hace que uno sobrecarga algunas cosas. Cuando yo empecé a planear Alimento fue cuando nació mi segundo hijo. Las casas se ponen silenciosas y todo es muy cuidadoso cuando hay un bebé en la casa, así que la mayoría de estas canciones fueron compuestas en una guitarra criolla en un rinconcito de la casa con el bebé durmiendo o con ese criterio. Que es el mismo que usé para la orquestación también, así que hay cuerdas, hay algunas percusiones pequeñas, algunos arreglos de viento pero todo en un plan acústico y de una sonoridad más bien chica y sin evidencias en un momento de tocar mucho”, recuerda Ruiz.
“Ese disco lo toqué mucho solo con guitarra y voz, en plan cantautor. Pero en un momento me di cuenta que hacía mucho que no tocaba música eléctrica. Tenía mi equipo de guitarras parado ahí y empecé a extrañar el volumen así que empecé a tocar con alguna gente, armé desarmé proyectos como para uno o dos conciertos. También me cansé de eso de de estar llamando mucha gente así que decidí que quería armar una banda de rock y dejarme de joder y dar vueltas”, agrega.
El paso siguiente fue la elección de los nombres que lo acompañarían en su nueva aventura. Allí aparecieron viejos camaradas, gente de nuevas generaciones y hasta su propio hijo. “Llamé a Carlos que es mi amigo de toda la vida y es un baterista de rock y a Mauro que tocó conmigo en Mutandina, mi banda anterior. En algún momento los también lo convoqué a mi hijo Martín porque me parecía muy interesante y muy placentero poder tocar con él, pasarle las cosas que yo sé y que él también me transmitiera su visión más joven del asunto”, rememora.
La primer presentación de Especie Bebé fue en junio en La Plata, situación para la que incorporó nuevos integrantes. “Llamé a Manu Carlino que es un excelente guitarrista muy rockero a Santi Coria en teclado y sintetizadores y a Facu y Clara que hacen coros, así que a la formación que tenía la agrandé y el traslado al vivo es más rockero. Si bien el disco tiene un poco de rock, también tiene más experimentación. Es un disco que suena bastante moderno, tiene una búsqueda sonora más bien actual y esto es una banda de rock con todas las letras. La verdad que estoy muy contento”, señala.
Consultado sobre la experiecia de delegar la producción en un tercero, el cantante dice que “fue un aprendizaje también. Es difícil descolgar de lo que a uno le interesa para que lo haga otro. Aunque tampoco fue un descuelgue total, porque en definitiva fue más bien una producción compartida. Hay cosas que no son lo mío. Lo que es el audio no es lo mío. Digamos que por más que yo lo sé y hace muchos años que estoy con esto, no me dedico mezclar ni masterizar. Y me parece que Mau además es un productor exquisito. Otra cosa que tiene que es muy es actual. Es un tipo que está todo el tiempo actualizado de lo que son las sonoridades nuevas y yo voy a cumplir 50 años. De alguna manera me tengo que aggiornar. No voy a hacer traps, no voy a ir por ahí ni ahí, pero hay cuestiones que tienen que ver con el audio en las que hay que estar actualizado. Mucho más en estos últimos años en los que la pandemia aceleró todo lo que es la cuestión del audio y la búsqueda sonora, el concepto de una canción cambió así que laburar con él a mí me enseñó muchísimo”.
Además de la del cantante, el disco cuenta con las voces de Noelia Recalde y Lisandro Aristimuño como invitados en sendas canciones. Ruiz explica que “cuando encaré el disco pensé que me gustaría invitar a que canten colegas amigos. De hecho, ninguno de los dos temas son temas que podrían ser característicos de la sonoridad de lo que ellos hacen. A Lisandro lo invité en un tema que es más bien folk. Pasa que en algún momento habíamos estado tocando la guitarra juntos y tocamos varios temas de Tom Petty y me imaginé que su voz que podría quedar muy bien en el tema Control. Hacía rato que yo quería laburar con él, así que le mostré le mandé otro tema, Otoño, pero no le quedaba el registro, me dijo que era muy incómodo para cantar. Entonces le pasé Control y le gustó más, le quedó más cómodo”.
“En el caso de Noe yo me imaginé una voz femenina. La suya es una voz femenina pero grave y la vi en alguna cosa que estaba haciendo como medio de rima o de rap, que no es lo de ella hace tampoco y en la parte esta de Estabas cerca había una parte que yo había dejado una unas vueltas de compases para que alguien tirara unas improvisaciones. No me parecía llamar a alguien que fuera del mundo del rap o de la rima porque porque me parecía que se iba a ir demasiado. Entonces la llamé a la Noe y le propuse que hiciera una especie de rap, pero melódico. Me mandó las tomas y no tocamos nada porque estaba perfecto, era exactamente lo que yo me había imaginado con una letra de ella, con un su aporte en la lírica”, señala.
“Ambas inclusiones fueron un hallazgo y y le dan a los temas otro vuelo y siempre está bueno que haya otro timbre de voz en las canciones, es como que me abre un portal a otra cosa. A mí me encantó cómo quedaron los temas”, concluye el músico.