Redacción Canal Abierto | De los 23.000 municipales jujeños, 9.300 están cobrando por debajo del salario mínimo, que hoy está en $54.550. La diferencia —que puede ir del 30% a más del 50%— se completa con un adicional en negro que no es tomado en cuenta a la hora de calcular aguinaldos ni aportes previsionales.
La denuncia realizada por el Sindicato de Municipales de Jujuy (SEOM) va acompañada de varios números que ejemplifican la situación, tan alarmante como ilegal. Calculados en base a los salarios de agosto, los trabajadores del Municipio de Yala cobraron $ 46.240 de bolsillo, de los cuales $ 34.148 se pagaron en negro (en concepto de “mínimo salarial”). “Eso da un sueldo en blanco de $ 12.092 que equivale a $ 6.046 de aguinaldo”, afirma el comunicado.
En términos porcentuales, los trabajadores cobran apenas el 26% en blanco, dato que se toma para calcular el aguinaldo y los aportes, que representan el 11%. Así, en algunos casos el aporte a la caja jubilatoria apenas roza los $1.500 por mes.
“Nuestros compañeros y compañeras tienen los sueldos más bajos de la Administración Pública Provincial, algunos por debajo de la línea de indigencia. No hay paritarias. Por eso decimos que esto es un pungueo salarial”, explica Santiago Seillant, dirigente gremial.
Sueldos de hambre
Con una canasta básica alimentaria por adulto que el INDEC acaba de establecer en $18.360, y en $56.732 para una familia tipo (número que traza la línea de indigencia), la situación de miles de trabajadoras y trabajadores municipales jujeños se vuelve desesperante aún teniendo trabajo en el Estado.
Se trata de trabajadores que realizan todo tipo de tareas: barrido, recolección de basura, obras civiles, bacheo, administrativos, arbolado público, control de tránsito, control comercial, etc.
“Los contratados y los jornalizados de 8 horas cobran como salario neto lo mismo que un planta permanente, pero lo que cobran en negro es mucho mayor que lo cobran en blanco—señala Seillant—. La diferencia entre los aportes previsionales de unos y otros es de un promedio de $1.000. Es decir que con $1.000 por persona, que no es nada, esos trabajadores pasarían a planta permanente sin modificar el sueldo, pero tienen un rechazo tremendo a pagar más aportes previsionales”.
Asimismo, la denuncia ahonda en que, además del salario en negro y el “pungueo” de aguinaldo y aportes, la precarización laboral contribuye a la emergencia. En el Estado jujeño existe la figura de jornaleros de 6 y 4 horas, que son cerca de 1.500 trabajadores. En la práctica, los jornaleros de 4 horas suelen trabajar 6, aunque reciben la mitad del salario mínimo. “De bolsillo cobran de $18.000 a $25.000. Hay mucha necesidad. Hay compañeros que han ido a mendigar verdura en las ferias”, agrega el dirigente.
En ese sentido, desde el SEOM están pidiendo que se termine con estas “figuras de precarización brutal” ya que, en rigor, los jornaleros son mensualizados. “Lo llaman ‘jornal’ para precarizarlos porque no tienen estabilidad laboral completa. Y tenemos jornalizados de veinte años, la mayoría sin contrato firmado. Es terrible”, sostiene Seillant.
De discreción y ambiciones
Mientras la inflación anual se pronostica cercana al 100% y la provincia multiplica su recaudación gracias a los fondos coparticipables y las regalías del litio, el gobierno de Gerardo Morales promociona un aumento salarial mayor al 80% cuando, sobre el sueldo de bolsillo, apenas llega al 58%. Todo suma al deterioro del ingreso.
“Acá no hay coparticipación, estamos en el siglo XIX. No hay un sistema descentralizado, hay autonomía pero no hay autarquía, entonces todos los intendentes y comisionados tienen que venir a rendirle tributo al gobernador porque no hay un presupuesto asignado por ley a los municipios de acuerdo a la población de cada uno —analiza Seillant—. Es muy discrecional y así tenemos doble patronazgo: hay que negociar el aumento salarial con el gobernador y situaciones particulares con los intendentes. Esto aumenta la cantidad de abusos laborales en la estabilidad, los sueldos, las condiciones de trabajo. Todo es hiperprecarizado”.
Y finaliza: “Es muy difícil discutir estas cosas en este contexto provincial. Gerardo Morales ha instalado un discurso de paz ficticia y también de criminalización muy fuerte, no encontramos eco en otros sectores sindicales. Mientras tanto, el gobernador vende que todo en Jujuy es maravilloso, y quiere ser candidato a Presidente pagando $20.000 de sueldo”.