Redacción Canal Abierto | Hay una tendencia a creer que la justicia se logra sólo cuando se aplican penas. Pero esto sólo se aplica al sistema penal. Existe otro modelo de Justicia posible: el de la justicia restaurativa.
Con sede en La Plata, la Fundación Acción Restaurativa Argentina, a través de un equipo interdisciplinario, facilita soluciones a los conflictos comunitarios. En esta entrega de Soluciones Ciudadanas, Silvana Paz, directora académica de FARA, explica qué es la justicia restaurativa y cómo la trabajan desde la organización.
“La justicia restaurativa es una metodología de intervención ante conflictos. En la región latinoamericana tenemos diferentes sistemas judiciales que la han incorporado como una forma de resolución de los conflictos penales en el fuero de responsabilidad penal jurídica, dándole un perfil restaurativo al fuero penal juvenil, cuyo fin es socioeducativo”, dice Paz.
Sin embargo, la práctica restaurativa no se acota al fuero penal juvenil. Puede ser aplicada en el ámbito de la educación cuando hay conflictos en la escuela, en el ámbito comunitario cuando hay conflictos en un club.
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En este sentido, la abogada agrega: “Hay mucha previsión del conflicto pero no prevención. Por ejemplo, hacemos un código de convivencia –que es muy humano-, pero al tiempo del conflicto nadie lo aplica y entonces se dan dos polarizaciones: plena sanción o no pasó nada. Ninguna de estas dos respuestas son las adecuadas. Entonces, la metodología restaurativa es aquella en la que el diálogo es la base”.
Al mismo tiempo, explica: “El diálogo busca que las personas –el defensor, la víctima y la comunidad-, a través de este proceso tan humano como es la palabra, puedan analizar qué fue lo que pasó, cómo se arribó a esa situación. Por ejemplo, un joven atravesado por un delito es una tragedia. Pero cuando ese joven llega al delito no es la primera vez que comete una situación de transgresión a las normas. Antes transgredió la de la escuela, la comunitaria, la de la casa, y generalmente no pasó nada, o al menos a él no le pasó nada, por eso llegó a la otra”.
Pero eso no es todo. “Cuando vos llegas a esta transgresión y empezás a ver todos los pasos para atrás tratas de entender cómo se ve él en esa coyuntura. Muchos chicos no se ven como chicos, se ven como adultos. Y los adultos –dada la consecuencia del hecho- también lo ven como tal y quieren sanciones de adulto”, continúa la abogada.
De acuerdo a estadísticas recientes, en los últimos veinte años la delincuencia bajó la edad. En esta línea, Paz explica: “No delinque el que tiene 40, lo hace el que tiene 18 o 20. Entonces, la respuesta punitiva no es la misma para una persona adulta realizada que para una que se está formando. Éste necesita otros apuntalamientos, otros apoyos, otros sistemas que le permitan salir de ese lugar e incorporarse en la comunidad”.
Sobre este punto, resalta que la respuesta tampoco puede ser sólo penal, porque una política criminal tiene que tener una mirada de política social. “Un niño o adolescente que entra en el sistema penal es porque antes tuvo algún derecho vulnerado. Si hubo un adulto que lo cuidó, un Estado que lo cuidó o una escuela que lo acompañó ese chico no entra en delito generalmente”, dice.
Dentro del sistema judicial hay situaciones que pueden ser resueltas de una forma distinta a la que dicta el Código Penal. Es por ello que los códigos procesales penales del 2000 en adelante incorporan lo que se conoce como “principio de oportunidad”. Esto da lugar a suspensión del juicio a prueba, a los juicios abreviados, que son metodologías que habilitan prácticas restaurativas.
Bajar la reincidencia
La FARA trabaja con un grupo etario de 16 a 25 años. “En el grupo de los 16 a los 18, cuando se trata del primer delito es impresionante, porque los jóvenes no sólo salen de la situación delictiva sino que encuentran un camino como proyecto de vida”, comenta su directora académica.
Tal es el éxito de este sistema que han logrado bajar los índices de reincidencia aplicándolo. “De un total de 200 casos, los jóvenes atravesados por el sistema reincidieron sólo tres. Hacemos la estrategia y llevamos a cabo el programa restaurativo, pero este funciona porque creamos redes y son esas redes las que sostienen el programa. No es que damos la información y se van, sostenemos esto. En pandemia por ejemplo, fueron fundamentales las redes que hicimos con el sistema judicial porque lo que tiene de bueno es que te ordena. El sistema retributivo, cuando dialoga con la práctica restauradora, se complementa y mejora sus producciones”, resalta Paz.
Y añade: “Un programa restaurativo no es un programa más, es uno que trabaja en paridad con el sistema judicial y cuando va a intervenir en la vida de un joven va a tener que liderar esa vida, lo va a llevar a ser líder de su propio destino porque todos queremos ser protagonistas en nuestra historia, y no que lo sea el sistema judicial o policial. Acá el chico tiene que ser protagonista de su historia”.
En momentos en los que en la agenda pública se debaten edades y proyectos punitivistas en un contexto de aumento de la violencia, es hora de buscar nuevos paradigmas para reparar nuestras relaciones humanas. La justicia restaurativa es un modelo positivo de gestión de problemas, es una forma de acceso a la Justicia basada en la participación, el reconocimiento y el diálogo para lograr la paz.
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Soluciones Ciudadanas es un ciclo de micro documentales ambientales realizado por un equipo que integran Rosario Hasperué (informe periodístico), Álvaro Jugo (cámara y edición) y Eugenia Talice (producción), que será presentado a través de Canal Abierto. Tiene como finalidad difundir acciones colectivas que generan soluciones a los problemas de las comunidades.