Sergio Rodríguez Gelfenstein | Curiosamente mi primera aproximación a China, cuando aún era un niño se dio a través de los libros. Nunca supe por qué, nunca le pregunté a mi padre cómo conseguía libros infantiles sobre China en la Venezuela de los años 60 del siglo pasado. Lo cierto es que desde la tierna edad comencé a conocer este lejano país donde la gente tenía los ojos rasgados y había unos hermosos osos negros y blancos que poseían aureolas alrededor de sus ojos y orejas también negras y una cara de melancólica tristeza e inocencia.
Años después, casi al entrar a la adolescencia, ya comprendiendo algunos asuntos elementales de la política, mi padre me hablaba con admiración de aquel país gobernado por el partido comunista y donde se estaba haciendo un proceso de transformación social profundo. Los nombres de Mao Zedong, Zhou Enlai y Zhu De entre otros, se hicieron familiares para mí.
Pasaron muchos años, hasta que ya en la universidad aquellos recuerdos comenzaron a hacerse motivo de interés profesional y político. Por suerte, comprendí desde muy temprano (años 90 del siglo pasado) la metamorfosis estructural que estaba teniendo el modelo político chino a partir de la aplicación de la política de reforma y apertura. A partir de entonces, en mis estudios de pregrado y posgrado orienté muchos de mis trabajos a investigar y conocer la realidad de la República Popular China y su proyección hacia el futuro.
Después de haberme graduado como Licenciado en Estudios Internacionales, comencé de inmediato a dar clases en la Universidad Central de Venezuela. Una de mis primeras propuestas fue comenzar a impartir un seminario sobre China como materia optativa en el 5to. semestre de la carrera, pero el proyecto fue rechazado en el Consejo de Escuela por “no ser un tema relevante”.
México, a donde me trasladé a trabajar y vivir a partir del año 2001 fue el lugar donde pude comenzar a profundizar mucho más sistemáticamente mis estudios sobre China empezando a entender de forma más amplia e incisiva la dimensión de lo que estaba ocurriendo y el carácter estratégico de lo que después el presidente Xi Jinping llamaría la construcción del “sueño chino”.
Mi primer viaje a China fue en 2006. En ese momento era Director de Relaciones Internacionales del Ministerio del Ambiente de la República Bolivariana de Venezuela. El impacto de lo que vi, hizo nacer en mí el interés por divulgar la realidad de ese país que estaba conociendo más de 40 años después que mi padre iluminara mi infancia con aquellos hermosos libros chinos.
Una serie de hechos (algunos de ellos casuales) vinieron a darme la posibilidad de hacer cierta esa peripecia y ese sueño. Este es un libro escrito para ser leído por personas que no conocen nada de China o si la conocen, la analizan desde una perspectiva de los valores y de la filosofía occidental lo que lleva a conclusiones erradas. La obra encara el reto de exponer a China desde la perspectiva propia, por eso utiliza mucha bibliografía de autores chinos.
El prólogo elaborado por el Profesor Xu Shicheng, Investigador Titular del Instituto de América Latina y miembro honorario de la Academia de Ciencias Sociales de China (a quien agradezco su presencia en este evento) dice generosamente que:
“Este libro es el resultado de una asidua lectura de la literatura política y filosófica de China, los afanosos estudios del autor sobre el país y también del resultado de sus visitas a China y sus contactos directos con los chinos de diversos sectores”
Y lo catalogó como “…una pequeña enciclopedia de China porque abarca casi todos los aspectos: su milenaria historia, sus variopintos fundamentos filosóficos, su política, su sociedad, su diplomacia y el proceso de reforma y apertura al exterior iniciado desde 1978. Uno podrá hallar en él todos los aspectos que le interesa conocer sobre China, sobre todo, sobre su actualidad”. Muchas gracias, profesor Xu por su prólogo y por haberme inspirado y apoyado para hacer este libro
Para América Latina, el desconocimiento de China, un país que se encuentra geográficamente muy distante y que está construyendo un Estado y una sociedad con particularidades propias, coadyuva a la creación de fábulas y mitos al respecto. En el ámbito específico de sus relaciones internacionales y su política exterior, China ha ido ocupando un espacio cada vez más determinante, no sólo en el ámbito económico y comercial, también en el político. En este contexto, un acelerado desarrollo la llevó a convertirse en la segunda potencia mundial, lo que ha hecho que Estados Unidos sienta amenazada su hegemonía, despertando interrogantes y dudas acerca de cómo China se propone encarar su devenir en el siglo XXI. Este libro intentará aclarar esos enigmas y dilemas a través de una pormenorizada exposición acerca de la historia, la filosofía y la política de China, en especial de aquella que se desarrolla más allá de sus fronteras.
El libro es el producto final de una investigación que recoge los resultados de tres años y medio de trabajo que incluyen siete viajes a China en los que tuve la oportunidad de conocer 32 grandes, medianas y pequeñas ciudades de nueve provincias, dos regiones autónomas y tres municipios directamente subordinados al poder central, es decir 14 entidades administrativas de las 34 que conforman el país, viajando a lo largo de alrededor de 6360 kilómetros. por vía terrestre, además de los traslados aéreos a ciudades tan apartadas como Kashgar, ubicada en la región autónoma Uygur de Xinjiang aproximadamente 4 horas de vuelo de Beijing.
Tan impresionante recorrido me permitió intercambiar con dirigentes políticos, académicos, estudiantes, trabajadores, ciudadanos de las minorías étnicas, niños, funcionarios públicos, pequeños empresarios, campesinos, comerciantes e intelectuales entre otros, lo que coadyuvó a tener una idea germinal de este extraordinario y enigmático país, para los que nacimos y vivimos en la otra parte del mundo.
El estudio permitió comprender que desde Occidente se comete el error de intentar conocer y juzgar a China desde una perspectiva exógena, que siendo ajena a ustedes nos lleva a cometer funestas equivocaciones en el análisis, conllevando a conclusiones falsas y puntos de vista desacertados al usar categorías, valores y principios extraños para la cultura, la tradición y la historia de China.
El intercambio con colegas chinos me hizo comprender que así como la filosofía y la ciencia política occidental tuvieron su origen en los siglos IV y III a.C. y que a partir de ello se erigió todo el entramado de las sociedades de Occidente, un poco antes, en los siglos VI y V a.C., China vio surgir su propia filosofía política a partir de Confucio, Lao Tse, Mozi, Mencio y otros que configuraron la armazón de su Estado y su sociedad moderna. Mientras tanto, Occidente se esfuerza en juzgar a China a partir de un pensamiento foráneo que resulta improcedente.
Esto me condujo a entender que no se estaba hablando tan sólo de un país distinto, el análisis debía comprender que estamos ante una civilización diferente, mucho más antigua que la nuestra con toda la carga política, cultural y social que tal aseveración conlleva. A través de cinco milenios, China ha construido una ininterrumpida obra que se manifiesta en todos los terrenos de la vida, configurando una forma de ser, una forma de pensar y una forma de actuar, distinta de la nuestra.
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En todo el aprendizaje que significó escribir este libro, hay un elemento que, -al concluir el mismo- debe considerarse como esencial para el estudio, el conocimiento y la comprensión de esta civilización. Es la noción de tiempo entendido en términos filosóficos. Desde mi punto de vista, en él radican las profundas diferencias que tenemos con China. En Occidente, el tiempo es finito, finaliza con la vida. Las obras que emprendemos les concedemos validez si las vemos terminadas. En China el tiempo es infinito porque continúa con los descendientes, eso les permite ver todo desde una dimensión temporal distinta y les da la posibilidad de diseñar los planes y proyectos (el cambio de sociedad entre ellos) a muy largo plazo.
Quiero confesar que al comenzar a adentrarme en este intríngulis, me di cuenta de que el objetivo inicial que era estudiar la política exterior china me obligaba a conocer la política en general, y conocer la política de este país exponía al imperativo de echar una mirada a su historia y su filosofía milenaria. Sólo de esta forma era posible conocer pautas que aportaran elementos de análisis de la realidad actual.
Por tanto, encaré la tarea de aherrojar 5000 años de historia en una pequeña cantidad de páginas, sabiendo que no estaba escribiendo un libro de historia de China, sino solo extrayendo hechos ocurridos hasta 1978 que tuvieran influencia y presencia en la China de hoy. Lo mismo ocurrió con el segundo capítulo dedicado a reunir la mayor cantidad posible de elementos filosóficos que a través del tiempo configuraron la síntesis del pensamiento chino y que confluyen en la actualidad en la construcción de lo que se podría llamar la doctrina china del siglo XXI.
Solo entonces fue posible hacer frente a la política china, primero a partir de 1978 cuando se inició la reforma y apertura liderada por Deng Xiaoping y después, desde 2012 cuando Xi Jinping fue elegido secretario General del Partido Comunista de China en el XVIII Congreso de la organización, marcando -desde mi mirada- un punto de inflexión que permite proyectar el trazado que se ha hecho para que el país cumpla el “sueño chino”, que es su propuesta de desarrollo para el siglo XXI.
Finalmente, pude asumir el estudio de la política exterior de China en tres etapas: desde la creación de la Nueva China en 1949 hasta 1978, desde ese año hasta 2012 y a partir de ahí hasta ahora y su proyección en el siglo XXI.
La edición venezolana de este libro hecha por Monte Ávila Editores fue presentada durante la Feria del Libro de Venezuela en noviembre de 2019 -en la que China fue el país invitado- por el entonces Ministro de Relaciones Exteriores Jorge Arreaza y fue el libro más vendido en el país en 2020.
Así mismo, la edición argentina elaborada por Ediciones Fabro fue presentada en Buenos Aires en el mismo mes de noviembre de 2019 con la presencia de Jorge Taiana, excanciller y actual ministro de Defensa de Argentina.
De igual manera tiene ediciones en Perú de la editorial Kinko´s, en México, Editorial Entre Tejas (edición digital y en papel). En Chile (edición digital publicada por Editorial Estrofas del Sur). La edición dominicana (Editorial Argumentos) contó con el apoyo de la Embajada de la República Popular China y fue utilizada por el embajador (en una edición especial) como regalo de cortesía para las principales autoridades de ese país. La edición panameña vio luz en diciembre de 2021, gracias al apoyo de la Embajada de China en un acto de presentación que contó con la participación directa del Embajador de China en Panamá. Este año, en marzo se publicó por parte de Editorial Mágica la edición puertorriqueña para ese país y para Estados Unidos.
Ahora presentamos la hermosa edición china (actualizada y corregida) de la obra elaborada por Editorial Nueva Estrella, editorial adscrita a China International Communication Group (CICG). Agradezco a sus trabajadores, a las autoridades y muy especialmente al Sra. Jiang Shan por el esfuerzo y el esmero por hacer posible esta publicación.
Agradezco también al Diario del Pueblo de China, en particular a quienes han sido sus corresponsales en Venezuela y a la Universidad de Shanghái por el invaluable apoyo a la investigación que permitió escribir este libro.
Mucho se podría hablar de China y de este libro, pero si se intenta resumirlo en pocas palabras, tal vez sea admisible recurrir a las líneas finales del mismo: “Se podrá estar de acuerdo o no con los principios políticos e ideológicos de China, o con su modelo de sociedad y de economía, pero nadie puede poner en duda que está estableciendo un nuevo patrón de conducta para una potencia en el escenario internacional. Ese comportamiento proviene de su historia y de su filosofía milenaria, señala una nueva ruta en su fusión con el marxismo-leninismo que permitió diseñar un modelo de sociedad socialista con características propias. Los pueblos del planeta deben estudiar y conocer este experimento grandioso realizado en el segundo país más poblado y uno de los más extensos del mundo para implementar políticas propias para su relacionamiento con China, sobre todo, cuando estamos ante el país que sin ninguna duda, será la próxima mayor potencia mundial”.
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