Por Pablo Martínez Levy | El editor (de video) desayuna escuchando la radio. Milei afirma que el apoyo de Bullrich no implicó ningún condicionamiento. El editor recuerda que hace una semana los titulares hablaban de las 10 o 12 condiciones que Bullrich le había puesto a Milei para darle su apoyo. El editor incluso recuerda haber escuchado la enunciación de ese listado de supuestas condiciones. Recuerda haber pensado: “Qué raro que la perdedora le ponga condiciones al que le ganó”. Pero como estamos en una Argentina impredecible, el editor aceptó esa rareza como tanto otra a la que te acostumbrás. Y entonces esta mañana, el editor cree tener una gran idea. “Voy a editar un video, gracioso, memético, contrastando por un lado a Bullrich diciendo que le pone condiciones a Milei y por otro lado a Milei diciendo que la entente Macri/Bullrich no le puso condiciones ¡Qué buena idea tuve! -se congratula el editor-. ¿Cómo nadie hizo aún ese video?” Y arranca el editor, mouse en mano, a buscar en youtube el momento exacto en el que Bullrich en conferencia de prensa da cuenta de las “condiciones” que le pone a Milei. Y por mucho que va y viene a lo largo de la conferencia no encuentra en ningún momento que Bullrich diga que le pone condiciones a nadie. Claramente Bullrich comienza la enunciación de ese decálogo de intenciones políticas diciendo únicamente “Para que la Argentina salga adelante necesita: (los dos puntos no se escuchan)”. Eso es todo. Es más, ante una de las preguntas de los periodistas ella afirma que la decisión de dar apoyo al candidato expresa simplemente la posición política de la fórmula Bullrich-Petri, sin ningún tipo de acuerdo con el candidato Milei (salvo un acuerdo “privado” que se menciona sólo furtiva y misteriosamente).
Pero entonces, ¿por qué el editor recordaba que Bullrich le había puesto condiciones a Milei? El editor realiza una búsqueda en internet: “bullrich milei condiciones”. Varios resultados, varios medios de comunicación habían titulado aquel día que Bullrich le había puesto condiciones a Milei. Pero la cita textual no aparecía. Lo que se agregaba, al día siguiente de la conferencia de prensa, eran declaraciones hechas por Eduardo Amadeo, dirigente cercano a Bullrich, insistiendo en las supuestas condiciones impuestas a Milei. Amadeo insistía en que esos doce puntos leídos por Buillrich en conferencia de prensa eran condiciones, incluso agregando que Milei las había aceptado. Cuánta confusión, ¿no? ¿Por qué algunos medios habían titulado lo que no había sido expresado? ¿Por qué Amadeo confirmó lo que Bullrich no dijo? Difícil de responder. El editor se queda con la sensación de que en la conferencia de prensa Bullrich simuló poner condiciones a Milei: la lectura de esos doce puntos indujeron a pensar que eran condiciones, pero no lo eran ni lo son.
Fue una simulación tendiente a lavarle la cara al acuerdo hecho con el candidato Milei (y al propio Milei). Pero las condiciones de ese acuerdo en realidad no las conocemos.
Por el otro lado, excede a la capacidad del editor dilucidar si los medios que dieron cuenta de las supuestas condiciones lo hicieron inocentemente o de modo interesado en sustentar la simulación, pero la incógnita subsiste.
El editor no es votante de Buillrich ni de Milei, así que no se siente particularmente defraudado por el mentado simulacro. Pero aún así no puede dejar de mencionar su frustración ante la imposibilidad de editar su video imaginado. Frustración que lo condujo a escribir esta crónica, acaso demasiado abundante en menciones de candidatos a presidente temerarios y temibles.
Ilustración: Marcelo Spotti