Redacción Canal Abierto | El domingo pasado, Javier Milei volvió a La Noche de Mirtha. Y en la mesa de Mirtha Legrand tuvo lugar el siguiente diálogo:
— ¿Y el litio? En Jujuy hay mucho litio… — le consultó la conductora.
—Bueno, una de las cosas que me pasó es que me llamó Elon Musk. Está sumamente interesado en el litio. Y también está muy interesado el gobierno de Estados Unidos, y muchas empresas de Estados Unidos. Pero necesitan un marco jurídico que respete los derechos de propiedad— respondió el Presidente.
La declaración —formulada entre las sonrisas de él y de Patricia Bullrich, quien compartía la mesa— no es inocente y tiene todo que ver con el megadecreto lanzado por el Ejecutivo la semana pasada. Allí, en los considerandos, asegura que “es menester derogar la Ley N° 26.737 que limita el derecho de propiedad sobre la tierra rural y las inversiones en el sector”.
La norma en cuestión no es otra que la Ley de Tierras, que en 2011 puso límites a la titularidad y posesión de suelo a personas físicas y jurídicas extranjeras. Esta ley, que fue largamente peleada por las comunidades agrarias, precisa que sólo puede haber un 15% de tierras en manos de extranjeros, y que un mismo titular extranjero no puede superar el 30% de ese porcentual ni las 1.000 hectáreas en la zona agrícola núcleo. Tales compraventas deben ser autorizadas por el Estado. Con su derogación, se habilitaría la extranjerización de la tierra y, con ella, de todos sus recursos. Entre ellos, el litio.
Por qué importa tanto el litio
En los últimos cinco años, la demanda de litio se ha triplicado a nivel global. Esto se debe a su utilidad: este mineral es indispensable para los acumuladores de energía. En otras palabras, para las baterías que utilizan celulares, computadoras y autos eléctricos, como los que fabrica Musk desde su compañía Tesla.
Su gran competidor a nivel global es China, cuya industria automotriz ha superado a la de Japón y se ha convertido en la mayor exportadora del mundo. Allí se encuentra BYD (Build Your Dreams), la empresa china que fabrica autos eléctricos y que ya supera a Tesla en su producción trimestral.
En el marco de una tendencia global a la sustitución de los combustibles fósiles (petróleo y carbón), que no pueden autogenerarse, el litio cobra cada vez mayor importancia. En los últimos 10 años, el precio de la tonelada de litio escaló de una manera exponencial: pasó de los 10.000 dólares hasta los 70.000.
Y el lugar que concentra el 53% de las reservas mundiales de este “oro blanco” es el “Triángulo del Litio”, región que comparten Bolivia, Chile y Argentina en la Puna altoandina. Según estimaciones, de mínima nuestro país cuenta con al menos el 10% de estas reservas.
En 2022, las exportaciones de litio aumentaron un 236%, producto de la explotación de la zona compartida por las tres naciones. Pero las diferentes estrategias de cada país en relación al codiciado mineral ponen en evidencia políticas disímiles de desarrollo, que muestran una astucia mucho mayor de nuestros vecinos para aprovechar el recurso en favor de los intereses nacionales.
Señor presidente: el litio no es ni de Elon Musk, ni de EEUU, ni de las empresas "interesadas". Si quiere respetar el derecho de propiedad del litio arranque por mencionar a las provincias que, según la Constitución, son las dueñas del recurso.
Y si quiere hacer un bien para las… pic.twitter.com/gDztvwEjDD
— Hernán Letcher (@hernanletcher) December 24, 2023
“Chile trabaja con concesiones a compañías privadas que dejan regalías importantes y que, además, deben invertir en las comunidades que rodean a las explotaciones. Deben reservar el 25% para la producción local a precios diferenciales, algo que sirve a la industria y la creación de puestos de trabajo. Un porcentaje alto de las ganancias también se orienta a la investigación”, explica Bruno Fornillo, doctor en Ciencias Sociales (UBA) y Geopolítica (Universidad de París 8) y autor de Geopolítica del Litio: industria, ciencia y energía en Argentina.
Más información: El ABC del litio y los desafíos para una gestión soberana del recurso
Y continúa: “En Bolivia hay una empresa estatal dedicada a la extracción de litio. A su vez, desarrollaron la tecnología necesaria para producir y exportar baterías a través de un acuerdo con una compañía alemana. En esa empresa, el 51% está en control del Estado. En Argentina, la situación es lamentable: bajo la Ley 24.585 (Código de Minería), las multinacionales extraen lo que quieren, no hay aporte a la cadena de valor y no se generan empleos. No se atiende a que esa explotación, que debería generar riqueza al país, sirva al desarrollo de las comunidades de la Puna”.
Por su parte, en México —que cuenta con aproximadamente el 2% de las reservas de litio existentes en el planeta— un decreto presidencial del 18 de febrero estableció la creación de una reserva minera de 235.000 hectáreas en el Estado norteño fronterizo con los Estados Unidos para la explotación de este mineral.
“Lo que estamos haciendo ahora es nacionalizar el litio para que no lo puedan explotar extranjeros, ni de Rusia, ni de China, ni de Estados Unidos. El petróleo y el litio son de la Nación, del pueblo de México, de ustedes, de todos los que viven en esta región de Sonora”, sostuvo por entonces el presidente azteca Andrés Manuel López Obrador.
Si bien la medida estableció que no se retirarían las concesiones ya otorgadas, decisión que preserva los intereses de la empresa china Ganfeng Lithium, México avanzó con la intención de disponer para las arcas del Estado de reservas 1,7 millones de toneladas de litio.
Qué pasa en la Argentina
Mientras tanto, en Fiambalá —una pequeña localidad catamarqueña de cerca de 8 mil habitantes, reconocida como punto turístico por sus termas, dunas de arena, sus viñedos artesanales y por ser parte de la Ruta del Adobe y paso obligado para acceder a los Seismiles, los volcanes más elevados del planeta— avanza desde julio de 2022 el Proyecto Tres Quebradas, ubicado a 4.100 metros sobre el nivel del mar y en manos de la empresa china Liex Zijin, que producirá 20 mil toneladas de carbonato de litio al año.
En otras palabras, en la Argentina no hay una política que impida que las trasnacionales se apropien del litio. Y la única limitación que existe, establecida por la Ley de Tierras, amenaza con ser derogada por el DNU firmado por Milei.
En medio de las disputas geopolíticas que rodean el mineral, las declaraciones del Presidente hacen suponer que no sólo desregularía aún más la extracción de litio, sino que inclinaría la balanza a favor de los estadounidenses.