Redacción Canal Abierto | El domingo comenzó la campaña hacia las legislativas de octubre y en la provincia de Buenos Aires –que, con 12.253.913 electores concentra poco más del 38% del padrón nacional- cada cual juega su juego.
Cristina Fernández de Kirchner hizo un acto en Florencio Varela. La elección del lugar responde a la comodidad: en ese distrito, Unidad Ciudadana, la fuerza electoral que lidera la ex presidenta, obtuvo en las PASO más del 46% de los votos, más del doble que Cambiemos.
En rigor, la campaña para ella comenzó el lunes, con su Carta abierta a los quienes votaron listas opositoras difundida por redes sociales. Y continuó el jueves, con la entrevista que le otorgó a Luis Novaresio, de Infobae, que pese a ser trasmitida por Internet alcanzó las pantallas de los canales de noticias casi como una reproducción de su vieja y criticada cadena nacional, y batió récords de audiencia. Allí inauguró otro giro a su ya reformulada estrategia discursiva que comenzó en el acto de Arsenal el 20 de junio. A la CFK de discurso corto, vestimenta discreta, tono emotivo y protagonismo compartido, se le sumó una CFK que da notas y a periodistas poco afines y habla, también, de los temas incómodos.
En Varela, algo de lo que había anticipado en ambos eventos volvió: el pedido a la unidad contra el ajuste (traducido en términos de campaña, la convocatoria a votar a Unidad Ciudadana como método para frenar las políticas antipopulares de Cambiemos), y la invitación a “dejar de discutir” con aquellos con los que se «piensa igual o se puede tener alguna diferencia». Esto último, en referencia a otras listas que representan a parte del PJ, como la de Sergio Massa o Florencio Randazzo, y en una clara apuesta a seguir polarizando con el oficialismo. CFK sabe que la tiene difícil: tiene un piso alto, pero se acerca mucho a su techo, un techo que no le asegura que Jorge Taiana, candidato a senador, ingrese a la Cámara alta.
Por su parte, Massa y Randazzo también la tienen difícil. El candidato de 1País obtuvo en las primarias bastantes menos votos que los augurados por la mayoría de los encuestadores y descubrió que la ancha avenida es más bien una modesta callecita barrial. Con el termómetro de las PASO a cuestas, comenzó este lunes la recorrida del Conurbano por el oeste, y en San Martín se reunió con su maestra de matemática de 5º grado con quien recordó al Sergio infantil y habló de los jubilados, un sector que Cambiemos descuida y donde el ex titular de Anses hace pie. También anunció que propondrá una ley para que las tarifas no puedan aumentar más que los sueldos y logró retener el apoyo del triunviro de la CGT Carlos Acuña.
Randazzo no tuvo tanta suerte: perdió al apoyo de su aliado dentro de la Central obrera, Héctor Daer, que llamó a votar a Unidad Ciudadana, y todo hace pensar que le costará retener el 5,9% de los votos obtenido en las PASO. Para impedirlo, con un gran acto junto al Movimiento Evita relanzó su campaña en el microestadio de Argentinos Juniors, en el barrio porteño de Agronomía donde intentó despegarse de propios y ajenos y desdibujar “la grieta” lanatista. Allí puso el eje de la crítica al Gobierno en su mirada individualista, y su concepción sobre el achicamiento del Estado y el endeudamiento feroz, y aseguró que “el verdadero voto útil” es aquel destinado a Cumplir, y que “el futuro no es Cristina”. Esta semana su campaña se centrará en la Sexta y en la Cuarta secciones electorales, además de en Bolívar, la patria chica de su primer candidato a diputado nacional, Eduardo Bucca.
El FIT intentará retener y aumentar su caudal electoral en la provincia, que en las PASO llegó al 3,38% de los votos. Con ese objetivo comenzó la campaña en el distrito más populoso, La Matanza, puntualmente en González Catán “con los vecinos que han sufrido las inundaciones”, indicó su primer candidato a diputado nacional, Nicolás del Caño. Para él, “los habitantes de la provincia padecen una realidad signada por la falta de obras y la especulación de grandes empresarios” y es allí donde intentarán poner el eje.
Mientras, Cambiemos insiste en su clásica receta de efectividad comprobada: el timbreo. La vuelta comenzó por el Conurbano donde pusieron toda la carne al asador. Como ocurrió con las PASO, María Eugenia Vidal fue la reina y encabezó la caravana –esta vez en Mar del Plata-, pero también jugaron con otras piezas. Graciela Ocaña -quien le sacó dos puntos a la candidata de Unidad Ciudadana, Fernanda Vallejos, en las primarias- recorrió Longchamps. El alfil Marcos Peña fue enviado a San Fernando, y el propio Mauricio Macri salió a timbrear por la localidad entrerriana de Villa Paranacito. Esteban Bullrich, el peón y candidato a senador hasta ahora bastante escondido, visitó Merlo.
Desde Buenos Aires, el oficialismo pretende nacionalizar la elección. Quiere revertir la derrota en territorio bonaerense y santafecino, y también en Tierra del Fuego y Chubut, y ratificar su triunfo en la Ciudad y gran parte de las provincias.