Redacción Canal Abierto | “Rosario está linda”, decía un slogan que en 2012 promocionaba a la próspera ciudad como un destino turístico ribereño, tranquilo y apacible. Por debajo de los slogans, en la segunda urbe del país, la especulación inmobiliaria y financiera, la sojización, la penetración del narcotráfico, el blanqueo de capitales -provenientes del contrabando de soja y drogas-, generaron un caldo de cultivo que periódicamente estalla y parece haber llegado en las últimas horas a un punto de inflexión.
“El panorama de ayer en Rosario era el del día más estricto de la pandemia. No había un alma en la calle, no veías gente caminando ni autos circulando. El miedo no es sonso”, explica en diálogo con Canal Abierto Leticia Quagliaro, de Unidad Popular e integrante del espacio Rosario Sin Miedo que casi lleva a la intendencia de la ciudad a Juan Monteverde de Ciudad Futura.
Los aesinatos al boleo de dos taxistas, un playero y un colectivero, a manos de gatilleros de las bandas narcos, dejaron la sensación de que cualquiera puede ser la próxima víctima.
“Hay una situación muy angustiante en la sociedad. Una sensación de mucha incertidumbre porque es medio una lotería, una ruleta rusa en la que nadie sabe a quién le puede tocar mañana. Evidentemente ya no es en los barrios extra-radio, en los barrios más picantes, sino que cada vez se va acercando más al epicentro de la ciudad”, sostiene la militante.
“Ayer dejaron amenazas en un hospital público, diciendo que ahora les tocaba a los hospitales y a las escuelas. En este momento no hay colectivos, los choferes están de paro desde que se produjo el asesinato del conductor del trolebus. Hay paro de la docencia, hay paro de docentes universitarios, hay paro de salud, hay paro de recolectores. Las estaciones de servicio de 22 a 6 horas no atienden… ese es el panorama de lo que estamos viviendo”.
Secuencia de hechos
El sábado 2 de marzo, desde un auto dispararon nueve tiros contra un colectivo que trasladaba a personal de la Unidad Penitenciaria Nº 11 de Piñero en la que están detenidos sicarios y segundas líneas de las bandas narco. Un agente fue rozado por una bala y otros tres recibieron atención médica por cortes producidos por los estallidos de vidrios.
Días más tarde, desde el gobierno provincial se hicieron circular fotos de los presos en el penal de Piñero, sentados en formación semidesnudos, esposados y sometidos a la vigilancia de un ejército de guardias fuertemente armados. La imagen de los detenidos humillados al estilo Bukele recorrió el país, fue tapa del diario Clarín el miércoles 6 de febrero. No tardaron en llegar las réplicas.
El taxista Héctor Figueroa, de 43 años, fue asesinado el martes 5 cerca de la medianoche en la zona sur de la ciudad. La noche siguiente, en la misma zona y horario, fue ultimado Diego Celentano, de 32 años, también chofer de taxi. En ambos casos, el arma homicida fue una 9 mm, calibre utilizado por las fuerzas policiales, y se disparó a la cabeza de las víctimas.
Marcos Daloia, colectivero de 39 años de la línea K, fue baleado en la cabeza el pasado jueves 7 en pleno recorrido en la zona noroeste de Rosario. El sábado por la noche, a pocas cuadras del lugar de este hecho, en una estación de servicio Puma ubicada en Mendoza y Rojas, el playero Bruno Nicolás Bussanich, de 25 años, fue ejecutado de tres disparos.
Los agresores del playero dejaron en el lugar una nota dirigida al gobernador Maximiliano Pullaro y al ministro de Seguridad de Santa Fe, Pablo Cococcioni: “Carguen con muertes inocentes. Atte: zona norte, zona sur, zona oeste. Unidos”, rezaba.
Estrategia integral
“Esto no empezó ahora. Esta escalada de violencia viene de hace prácticamente diez años con índices de criminalidad muy altos. La mayoría de los crímenes están asociados al narcotráfico; hay mucha muerte joven. Estamos muy acostumbrados a que vengan a montar espectáculos, a mostrar shows e ideas maravillosas”, señala Quagliaro en relación a la conferencia de prensa conjunta de la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, el gobernador Pullaro y el intendente, el radical cambiemita Pablo Javkin.
“Nosotros, desde el espacio Rosario Sin Miedo, no nos oponemos a la llegada de las fuerzas federales, de ninguna manera, pero lo que se ha demostrado es que con eso no alcanza. Esta ministra ya nos militarizó dos veces la ciudad y no se resolvió nada”.
La dirigente de Unidad Popular señala la necesidad de una estrategia integral. “Durante toda la campaña (de Rosario Sin Miedo para la intendencia de la ciudad) nosotros dijimos que la seguridad se ataca por tres lugares: por arriba, por el medio y por abajo. Por arriba es ir atrás de la ruta del dinero narco. El Consejo Municipal logró la sanción de una agencia anti-lavado que no funciona porque no tiene presupuesto.”
“Por el medio, es tener autoridad para gobernar: es claro que la policía es parte del problema. Cuando hicieron las últimas requisas, en la cárcel se encontraron televisores de alta gama, líneas telefónicas fijas, celulares… eso no puede pasar sin la complicidad de la policía y el servicio penitenciario. Nosotros trabajamos por una reforma policial integral. No puede ser que cuando hay que elegir un comisario o un jefe de unidad, todos los postulados son prácticamente millonarios”.
“Y hay que combatirla por abajo, con la urbanización de los barrios populares, políticas sociales, económicas, educativas, para volver a recuperar el territorio. En este momento, los barrios no están absolutamente copados por el narco porque las organizaciones siguen trabajando, fortaleciendo los lazos de solidaridad… pero frente a este contexto de ajuste, de miseria, lo que estamos viendo es que los que dan trabajo en los barrios son los narcos. Les dan trabajo a los pibes. Si salen a trabajar de albañiles cobran 3.000 pesos por día; vendiendo drogas triplican ese dinero. Y ahora se ha dado esta modalidad de los sicarios; se dice que por 50 mil pesos matan a cualquiera”.
El Pato-Pullaro show
Luego de tres meses de haber regresado al gobierno y a la cartera de Seguridad, la ministra Bullrich debió hacerse cargo de la situación en la Chicago argentina. Cerca del mediodía de hoy, lanzó el comité de crisis en una conferencia junto a su par de Defensa, Luis Petri, Pullaro, el responsable de Seguridad provincial, Pablo Cococcioni, y Javkin. Prometió palos, penas y polis, qué otra cosa.
Entre otros ítems, y problemas de lectura, anunció el envío de fuerzas federales para fortalecer un operativo de saturación para “llevar al acorralamiento y el encierro” de los grupos narcos; la presentación en el Congreso de un proyecto de “Ley antibandas” similar a los modelos aplicados en Italia contra la cosa nostra, en Estados Unidos y por Bukele en El Salvador; caracterizó los últimos ataques bajo el paraguas del “narcoterrorismo” por lo que solicitó al poder judicial que juzgue estos delitos bajo la tipificación de la Ley Antiterrorista y solicitó a la Justicia “medidas excepcionales a la altura del desafío”.
“Anoche, nos contaba una compañera muy cercana a nosotros, de Ludueña, el barrio del Pocho Lepratti, que su hijo de 17 años salió a comprar una gaseosa. Salió sin documentos a la esquina y lo detuvieron. Cuando vio que no volvía salió a buscarlo. Lo tuvieron detenido, lo llevaron a la comisaría, lo verduguearon dos o tres horas”, cuenta Quagliaro.
Ya sabemos lo que pasa con los pibes y la saturación policial de los barrios, basta recordar el caso de Franco Casco que en 2014 fue secuestrado, torturado y asesinado por la policía santafesina. Su cuerpo apareció flotando en el río luego de estar varios días desaparecido. Los 19 policías imputados por su desaparición forzada fueron absueltos.
La dirigente critica al gobernador que desde que asumió ha abierto todas las causas de narco menudeo. “Los tribunales federales están plagados de gente a la que han agarrado con dos cigarrillos de marihuana, con una bolsita de cocaína. Eso no va a resolver absolutamente nada, si vos no combatís el tema del lavado de dinero”.
Por otro lado, Quagliaro señala la total inexistencia de controles en los aproximadamente 140 puertos del gran Rosario, el área que va de Villa Constitución, al sur, hasta Puerto General San Martín. “Desde que que Macri desmanteló la Administración General de Puertos los barcos pueden pasar con cocaína, con gente, con mujeres para la trata o con soja”.