Redacción Canal Abierto | El 14 de abril de 2010, a 79 años de la proclamación de la II República Española y amparados por el Principio de Justicia Universal, familiares de víctimas del franquismo se presentaron en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 1 a cargo de María Romilda Servini de Cubría.
Así nació la querella Nº 4591/10, el único proceso judicial en curso que investiga los crímenes contra la humanidad y el genocidio a manos del régimen franquista entre el 17 de julio de 1936 -fecha en la que comenzó el golpe cívico-militar- y el 6 de diciembre de 1978, cuando un referendum aprobó la nueva Constitución democrática.
El 28 de noviembre de 2012 fueron aportados cerca de cinco mil testimonios que luego, en marzo de 2013, respaldarían la presentación de los primeros cargos y órdenes de arresto internacional contra Rodolfo Martín Villa, José Utrera Molina, Fernando Suárez González, Rafael Gómez-Chaparro Aguado (magistrado-juez), Jesús Cejas Mohedano, Juan Antonio González Pacheco (alias Billy el Niño), José Ignacio Giralte González, Celso Galván Abascal y Jesús Muñecas Aguilar.
El abogado que impulsó la causa, Carlos Slepoy, fue el mismo abogado que años antes logró habilitar el enjuiciamiento a genocidas argentinos en el Estado español cuando las leyes de impunidad, dictadas durante los gobiernos de Raúl Alfonsín y Carlos Menem, impedían que se realizarán en el país.
Por estos días una delegación de la Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella Argentina (CEAQUA) y de la Asociación Sanfermines 78 Gogoan –colectivo de familiares de víctimas vascas del régimen fascista- visitó Buenos Aires para aportar elementos al expediente judicial y dar su testimonio ante la jueza Servini de Cubría.
A 14 años del inicio de la conocida como la «querella argentina», dos de sus integrantes -Begoña Zabala y Sabino Cuadra Lasarte- dialogaron con Canal Abierto sobre aquellos oscuros años dictatoriales, su impacto tras la recuperación de la democracia y la importancia de alcanzar la verdad, la memoria y la justicia para los familiares de víctimas y el conjunto de la sociedad española. Además, el trabajo de las Madres de Plaza de Mayo, la última movilización del 24 marzo y la Argentina como ícono en el enjuiciamiento de sus genocidas.