Redacción Canal Abierto | El ministro de Economía Luis Caputo afirmó que el Gobierno no homologará la paritaria de Camioneros que obtuvo aumentos de 25% para marzo y 16% para abril e hizo extensivo el planteo a todas las ramas, confirmado así que desde el Ejecutivo se está planteando techo para las mejoras salariales.
“No vamos a homologar eso porque tiene que tener una lógica la paritaria. Las paritarias son libres, pero como regulador la Secretaría de Trabajo tiene que homologar eso. ¿Por qué vas a homologar eso que no tiene ningún sentido? Vos mismo generás un problema”, expuso el ministro, entrevistado por Jonatan Viale, uno de los periodistas con mejor acceso a funcionarios de Gobierno.
Ante el planteo de Viale de que el Estado no debía meterse con los sueldos, el ministro señaló “no se mete en el sueldo, pero está establecido que debe homologarla. Se puede discutir si tiene o no que homologarla. Pero vamos a lo legal. El secretario tiene que hacerlo y lo va a hacer en tanto le parezca razonable”.
“Todo esto está atado. Si yo empiezo a decir cuañlquier cosa entrás en una carrera nominal. Si yo te convalido cualquier cosa, vos convalidás cualquier precio. Entonces yo tengo que subir la tasa y el dólar le quiere ganar a la tasa. Entonces, esto tiene que tener una lógica. Si vos me decís un punto o dos de la expectativa de inflación, bárbaro. Pero si me decís nueve, eso no tiene ningún sentido”, cerró sobre el tema.
Esto contradice una afirmación que Javier Milei hizo en campaña, cuando consultado acerca de si las paritarias debían ser libres, respondió que el Estado no debe inmiscuirse en ningún acuerdo entre privados, como sería una discusión salarial.
En un hilo de X, el coordinador del Observaotrio del Derecho Social de la CTA Autónoma Luis Campos demostró que las afirmaciones de Caputo no solamente vuelven a poner en superficie los engaños hechos por el presidente, sino la inconsistencia de algunos pilares clave de su credo hiperliberal, como la mencionada en el párrafo anterior o la repetida como mantra, según la cual “la inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario», siendo que hoy por hoy, se plantea que los salarios sean el ancla que contenga una nueva espiral inflacionaria.
“Dos minutos sin desperdicio donde el ministro de economía deja en claro que desconoce (o desprecia) la legislación sobre negociación colectiva y afirma que las causas de la inflación están lejos de ser solo monetarias”, presenta Campos en el primer tweet del hilo.
A continuación, Campos se adentra en la ley 14.250 y afirma que “la homologación de una paritaria sólo puede ser rechazada si viola normas de orden público o si afecta el interés general (art. 4). La discusión está puesta en torno a qué significa `afectar el interés general´”.
“Primer punto. La Secretaría de Trabajo no puede tomarse el tiempo que quiere para homologar un acuerdo, tiene 30 días (art. 6 ley 23.546). Vencido ese plazo, el acuerdo se considera homologado tácitamente. Si la Secretaría de Trabajo decide no homologar un acuerdo, tiene que hacerlo por escrito explicitando las razones. No basta con decir genéricamente que viola normas de orden público o afecta el interés general. El último antecedente que recuerdo data de 1975. La ley 14.250 no faculta a la Secretaría de Trabajo para oponerse a un acuerdo salarial que estableció un porcentaje por fuera de lo que a ella le parezca razonable. Si quisieran poner una pauta, tendrían que jugarse y fijarla por escrito. Spoiler: no va a pasar”, plantea Campos.
La exposición continúa con el planteo de un segundo punto: “¿De qué manera un acuerdo sectorial podría afectar el interés general? Efecto contagio, inercia, afectación del equilibrio general. Si yo convalido cualquier cosa entramos en una carrera nominal, dice Caputo. Las causas monetarias de la inflación, bien gracias”, sostiene el abogado.
Y prosuigue: “Caputo es explícito. Si homologan la paritaria de camioneros después va a venir otro y va a pedir el 30% en abril y el 40% en mayo. Eso puede hacer que se dispare la inflación. Habría que recordarle al ministro que las paritarias también las firman las cámaras patronales”.
“En el caso de camioneros hay una particularidad adicional. En el último trimestre de 2023 el aumento del salario de convenio fue del 14,4%, muy lejos de la inflación del 53,3% del mismo período. Las caídas salariales no parecen ser un problema para el equilibrio general”, recuerda Campos.
Respecto del interés general que una paritaria podría afectar, Campos plantea que “no hay ninguna razón para que un acuerdo salarial genere semejante efecto contagio, es pura conjetura. Cada paritaria es un mundo. Algunas están ajustando por inflación, otras perdieron bastante y las menos están tratando de recuperar”.
¿Qué es lo que lleva entonces al Gobierno a involucrarse en esta cruzada: Campos aventura que “el mecanismo parece ser otro: elegir conflictos testigo. Si el gobierno disciplina a camioneros, ¿qué queda para el resto? La paritaria metalúrgica es el otro ejemplo, con patronales asumiendo posturas muy duras. En uno y otro caso Techint aparece atrás de la estrategia”.
“Sin embargo, por detrás de las declaraciones de Caputo hay un objetivo lógico: cortar con la aceleración de la carrera precios – salarios. La herramienta elegida: una coordinación de hecho de precios y salarios. Al presidente le va a agarrar un patatús La idea sería así: gran parte del ajuste ya se hizo, los salarios cayeron un 20% aproximadamente en un par de meses. La recesión va a frenar los precios. Ahora podemos habilitar paritarias que le ganen por uno o dos puntos a la inflación, no más”, agrega.
“Recomponer la caída salarial de los últimos meses, incluso en aquellas actividades con altos niveles de rentabilidad, se lleva muy mal con la estrategia del gobierno (y de las fracciones del capital que lo sostienen). Lo único que ofrecen es una invitación al conflicto”, analiza Campos.
Y concluye: “a favor del ministro: su honestidad brutal. La emisión monetaria está lejos de ser la única causa de la inflación, eligieron a los salarios como ancla anti inflacionaria y no le van a dar mucha importancia a la legislación a la hora de frenar la homologación de las paritarias”.