Redacción Canal Abierto | En diálogo con Canal Abierto, el titular de la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines (FTCIODyARA), Daniel Yofra, confirmó la continuidad de la huelga que desde hace una semana paraliza las exportaciones del agro.
Como en casi todas las paritarias, el conflicto se explica por la diferencia que existe entre la oferta de aumento de las patronales, primero del 10% y hoy entorno al 17%, y el 26% que reclaman los trabajadores.
En el medio, la presión que baja Casa Rosada y varias operaciones mediáticas para emparentar la crisis financiera y cambiaria a la huelga y no un producto de las políticas del Gobierno. “El país lo prenden fuego ellos solos, no una huelga de aceiteros”, apuntó el dirigente gremial.
¿El paro continúa?
-Así es. No hubo contra propuesta.
¿No hay canal de diálogo, ni siquiera informal?
-El diálogo nunca se cortó y estamos abiertos a sentarnos a una mesa, como lo hicimos siempre. Pero no hay ninguna reunión prevista para las próximas horas.
En las últimas horas, varios medios de comunicación hablan de “extorsión” y ponen directamente tu foto. ¿Lo sentís como un apriete o presión?
-No me importa, para nada. Mi relación con los trabajadores y las familias de estos es muy estrecha: a las críticas que no vienen de mis compañeros, no les doy bolilla.
De todos modos, está claro que hay un periodismo mercenario al que no le importa las condiciones laborales ni salariales, solo les importa agraviar. Esto lo único que hace es reafirmar nuestra postura, nos da la idea de que vamos por buen camino.
Se le suma el Gobierno, que acaba de dictar una conciliación obligatoria…
-Esto pasa y pasó con todos los gobiernos, aunque quizás ahora con mayor agresividad y violencia. Estoy en la conducción del gremio desde 2004, y en estos 20 años he recibido presiones e incluso amenazas personales. Pero nunca me afectó.
Además, es momento de salir del adormecimiento, sobre todo cuando tenemos más del 50% de la población argentina por debajo de la pobreza. Y muchos, siendo trabajadores registrados, también lo son –aunque sea en parte- por nuestra responsabilidad, la de las organizaciones sindicales.
El paro lo hacemos contra las patronales, pero si ellos se sienten afectados, ¿qué mierda me importa? Si los periodistas, los gobiernos y los políticos –como demostraron con la aprobación de la Ley Bases- están en contra de nuestros compañeros trabajadores, entonces la guerra sí es con ellos.
Yo defiendo a los trabajadores que me toca representar pero me siento parte de un conjunto que va más allá, eso es conciencia de clase.
Hay voceros del Gobierno que señalan cómo la huelga afecta el ingreso de divisas y suma más presión para una devaluación. Justo lo que buscan las patronales de la agroindustria…
-En primer lugar, le decimos que los reclamos de los trabajadores no pueden esperar a que a este Gobierno le vaya bien, dentro de 35 años.
Por otro lado, ya hemos hecho medidas de fuerza similares o más extensas, y el país no se fundió ni mucho menos. Porque acá el problema no es la huelga aceitera, sino las políticas económicas.
En concreto, al país lo prenden fuego ellos solos, no los aceiteros por una huelga; nosotros no jugamos a la bicicleta financiera ni mandamos lingotes de oro a Inglaterra, sólo pedimos una vida digna.
El otro argumento con el que siempre les caen es que el sector aceitero cobra un poco por encima de la media…
-Un diputado cobra cuatro millones de pesos y los senadores ocho, ¿quiénes es más productivo, un aceitero o estos legisladores que no consiguen una inversión? Los que dicen que cobramos demasiado son unos descarados y cínicos.
Nosotros estamos muy convencidos de esto. Si quieren vernos perder, van a tener que esperar 35 años, como dijo Milei.