Redacción Canal Abierto | Los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla para completar la Corte Suprema de Justicia de la Nación entran en etapa definitoria. Tras las exposiciones de los dos candidatos ante la comisión del Senado, es ahora el pleno de la cámara alta donde se encuentra el destino de ambos.
Desde el momento en el que se conocieron las candidaturas propuestas por el Poder Ejecutivo, sendos nombres estuvieron en la palestra y sus contras salieron a la luz. El desempeño de Lijo como juez de Comodoro Py y su participación en el lawfare y las posiciones ultra conservadoras de García Mansilla fueron las principales objeciones.
Entrevistado por Canal Abierto, el secretario General de la Federación Judicial Argentina, Matías Fachal, planteó que “hay una cuestión más trascendental, porque no nos parece que sea solamente una cuestión de cambiar figuritas o poner tal o cual nombre, más allá del currículum que tenga cada uno, sino qué tipo de jueces y de juezas deberían proponerse o postularse, qué tipo de Corte queremos y qué tipo de Justicia necesitamos como sociedad. Todo eso me parece que está bastante por fuera de los debates. No sólo del que se está dando en el Congreso sino en la opinión pública”.
En tal sentido, Fachal remarcó que “el Poder Judicial es el más conservador y elitista de los tres poderes del Estado. Hay una cuestión muy verticalista, muy de poder concentrado, casi una estructura militar. Algunos jueces intentan darle una connotación positiva con esa frase `somos todos familia, estamos todos cercanos´ y la realidad es que para nosotros tiene una connotación completamente negativa de familia de la mafia. Pero también hay una cuestión endogámica, encerrada y oscura: El Poder Judicial históricamente se ha compuesto por los sectores más conservadores y oligárquicos de nuestra sociedad”.
Además de estas consideraciones globales, Fachal expuso: “No nos parece que ninguno de estos dos candidatos representen el ideario que tenemos de Poder Judicial, no sólo como trabajadores y trabajadoras de este poder del Estado sino también como ciudadanos y ciudadanas que aspiramos a que efectivamente haya una Justicia para todos y al servicio del pueblo. Y estas dos personas distan bastante de adecuarse a eso”.
“Ninguno de los dos parecieran ser juristas de raigambre, de renombre ni con los pergaminos suficientes para aspirar a este máximo este órgano del Poder Judicial”, advirtió.
Respecto de Lijo, lo definió como “parte de esos jueces de Comodoro Py que cuentan con tanta mala imagen, y con razón, por pisotear causas, por moverse de acuerdo a los humores y necesidades del poder, con fallos muchas veces políticos. No nos olvidemos de la imagen de Boudou en pijama con la policía allanando su domicilio a la madrugada”.
“Las opiniones vertidas por García Mansilla -continuó- respecto al carácter que tiene para él el derecho internacional y por ende los tratados internacionales que están incorporados en nuestra Constitución o a la ley de interrupción voluntaria del embarazo. García Mansilla es de los más conservadores, además de estar ligado al Opus Dei o a la Universidad Austral”.
Sin embargo, el dirigente judicial recordó que la oposición a estas candidaturas “no es solamente por sus pergaminos personales, sino que son candidaturas que no tienen apego al federalismo, ni tampoco se propone cumplir con la diversidad de género que debiera haber en la composición de la Corte, siendo que hay cuatro jueces varones y se están proponiendo dos más”.
“No son dos personas que podamos decir que están comprometidas con los derechos humanos, sociales o laborales de nuestro pueblo, con lo que necesitan los jubilados y jubiladas, los trabajadores y trabajadoras, las minorías, los migrantes, las mujeres y las diversidades. Los vemos más ligados a los sectores del poder económico concentrado que a nuestro pueblo. No necesitamos jueces este de ese tipo”, agregó.
Las negociaciones por estos nombramientos abrieron la puerta a otras, como la posibilidad de volver a ampliar el número de ministros del máximo tribunal. Sobre esta situación, Fachal sostuvo que “la discusión es no sólo la cantidad: si cinco sí, nueve o quiénes respecto a las personas, sino qué tipos de jueces y juezas tenemos y aspiramos a tener en la Corte y sobre qué tipo de fallos van a salir de ahí. Esa creo que es la discusión. No nos parece mal que haya más jueces, en el sentido de que tengan especialización por salas. Ahora, si eso va a estar amañado para el toma y daca de cargos o `te voto a este juez si a mí me dejas poner a tal o cual´, la verdad es que eso no cambia absolutamente nada”.
Y concluyó: “Si vamos a tener 25 jueces, pero todos del mismo tipo, todos saliendo del mismo lugar, tampoco van a innovar en absolutamente nada. Nosotros necesitamos democratizar el Poder Judicial, necesitamos tener una Corte democrática, tenemos que democratizar esos procesos de selección y designación y necesitamos que los jueces y juezas estén apegados a los valores democráticos, pero aparte que defiendan al pueblo, no que defiendan a los capitales transnacionales”.
Te pude interesar: “Comodoro Py es un tumor para la democracia y Lijo en la Corte sería su metástasis”
Entrevista: Manuel Rodríguez