Redacción Canal Abierto | A poco de cumplir su aniversario en la presidencia, Javier Milei dio un discurso en el encuentro de CPAC en el que el planteo fue más político que económico. Apalancado en cierta tranquilidad cambiaria con una inflación aplacada, el Presidente expuso que era el momento de avanzar en la llamada “batalla cultural”.
Semanas antes, había hecho lo propio el Gordo Dan en el lanzamiento de Las Fuerzas del Cielo, “fuerza de choque” o “guardia pretoriana” de Milei, según la definición que hizo el propio twitter, antes de aclarar que su arma era el celular, esde el cual difundirían y propagarían las autopercibidas “ideas de la libertad” que profesa el primer mandatario
Canal Abierto dialogó con el doctor de ciencias sociales Ezequiel Saferstein. quien planteó que cuando aparece la idea de “batalla cultural”, “de lo que se habla es de disputar con los progresismos, las izquierdas, y los feminismos en el plano de las ideas, en el terreno cultural. Esto no implica el plano partidario necesariamente, sino un plano al que consideran mucho más importante, pregnante, relevante y antecedente para pasar al plano político, que es el terreno de las ideas.
El investigador recordó que “la idea de batalla cultural estuvo fuerte desde los inicios. Es un programa de gobierno también. En la investigación lo vinimos viendo desde 2018. Indagamos un poco en momentos en que esto era bastante marginal o no era parte del mainstream la idea de la batalla cultural”.
Si bien se supone que ese tipo de arengas que afianzan el núcleo propio suelen tener más espacio en momentos de debilidad de los gobiernos, Saferstein indicó que “gran parte de la campaña de Milei era la batalla cultural. Tenía también un horizonte económico, de la inflación, la casta, pero estaba también esta idea de la batalla cultural contra los que llamaban los zurdos de mierda, los progresismos o el marxismo cultural”.
“Hay versiones más o menos sofisticadas de eso, y yo creo que no son excluyentes. Están estas fortalezas del gobierno como bajar la inflación, ya sea a un costo que sabemos que es complicado, y lo que llama luchar contra la casta. Esas son dos partes de este programa. Y la batalla cultural es la tercera y es muy fuerte”, agregó.
Y señaló: “no creo que sean excluyentes. Uno podría pensar que ante la ausencia de logros económicos, se pone a dar la batalla cultural. Pero yo creo que para ellos es tan importante la batalla cultural como la el combate a la inflación o la cuestión económica, que es por donde pasa más el foco de Milei, en tanto economista. Pero hay otros integrantes del elenco, como Agustín Laje, que no tiene un cargo político partidario ni cargo en el Ejecutivo, pero sí es como un el intelectual de este espacio. Uno de sus libros más importantes se llama justamente La batalla cultural y ese es su foco”.
Otro aspecto sobre el que puso la lupa es el de la construcción en espejo que suelen hacer los movimientos de las nuevas derechas. “Las militancias juveniles se miran en espejo con La Cámpora, de alguna manera con rechazo, pero a la vez con admiración. Es una juventud que construyó políticamente, que fue muy importante sobre todo en la época desde el 2010 en adelante. Y los libertarios hoy están aprendiendo y utilizando esas herramientas para formar su propia juventud. Lo mismo pasa con los eventos que organizan”, expuso Saferstein.
“Durante el cristinismo también se hablaba un montón de batalla cultural. Y ellos lo han profundizado. De hecho, han aprendido de ahí. En sus libros e intervenciones, Agustín Laje siempre dice que hay que aprender de las izquierdas que lo hicieron bien. Y que tienen que tomar esas mismas herramientas y replicarlas de un modo mucho más virulento. A mí me parece que lo hacen incluso tensionando con los límites de lo democrático, pero dentro de esas mismas herramientas al fin”, concluyó.