Redacción Canal Abierto | La expulsión de la hija de Domingo Cavallo a partir de las advertencias que su padre lanzara respecto de los riesgos que corría la política de atraso cambiario como ancla antiinflacionaria volvieron a plantear las preguntas que rodea las medidas del Gobierno desde diciembre de 2023: ¿cuánto es posible sostener esta cotización de la divisa estadounidense?
Desde su asunción, la cotización del billete verde funcionó como ancla que permitió la desaceleración de la inflación, desde el récord impuesto por el propio Gobierno en su primer mes con un 25% tras la devaluación del 118%. Gracias al llamado crawling peg en 2% y, a partir de este mes en 1%, la cotización oficial estuvo contenida, permitiendo así cierta desaceleración de los precios.
Sin embargo, este tipo de medidas no son bien vistas por el Fondo Monetario Internacional, organismo con el que el Gobierno aspira a llegar a un acuerdo para que desembolse los dólares necesarios para poder llegar al proceso electoral de medio término con un trofeo con el que espera poder tener un buen desempeño en las urnas: el levantamiento del cepo cambiario.
Las dos preguntas, intrínsecamente ligadas entre sí y a la relativa tranquilidad de precios, dependen de tener una respuesta positiva para mantener las expectativas del Gobierno de cara a lo que será la segunda etapa de su mandato, que espera hacerla con un buen envión electoral.
Desde el lanzamiento del plan, Milei y Caputo plantearon una serie de condiciones para que el levantamiento del cepo fuera posible: la convergencia de la base monetaria con la base monetaria ampliada, la convergencia del crawling peg con la inflación y un fuerte ingreso de dólares a las alicaídas reservas del Banco Central.
En diálogo con Canal Abierto, el economista del IDEP Alejandro López Mieres recordó que “a mitad de año el Banco Central hizo un trabajo hablando de la liberalización que se daría en una especie de fase tres donde el tope de base monetaria ampliada iba a alcanzar a los 47,7 billones de pesos. Ahora, ese número de la base monetaria está en los 31,7. ¿Cómo se llegaría a esa convergencia? Con crecimiento y con lo que ellos denominan demanda genuina de dinero. Pero eso está muy lejos todavía de de poder este conseguirse”.
Respecto del acoplamiento del crawling peg con la devaluación, López Mieres planteó que “esta segunda condición, se vuelve cada vez más difícil, porque vos estarías exigiendo que la inflación alcance al 1% mensual para que se dé el gatillador de liberación del cepo”.
Y respecto de la situación de las reservas internacionales del Banco Central, el economista señaló que “se requeriría una fuente de financiamiento externo que podría hacer acceder a los mercados internacionales de deuda, lo cual es altamente complejo dadas las tasas a los cuales todavía siguen devengando los bonos. Argentina se tendría que endeudar al 11 ó 12% y le tendrían que prestar plata para que esto sea posible y si no recurrir al Fondo Monetario Internacional”.
“Y acá es donde viene la otra discusión, porque hoy no se dan las condiciones del Fondo Monetario Internacional para un préstamo excepcional en el orden de los 15.000 millones de dólares que le permitirían ese colchón”, agregó.
Por su parte, el economista de la consultora Vectorial Haroldo Montagu, expuso a Canal Abierto que “el Banco Central sigue con reservas muy negativas ante el contexto donde hay que seguir pagando intereses y capitales de deuda en donde cada vez va a haber mayor demanda de dólares para importar en caso que la economía crezca durante el 25, en el caso que siga habiendo una demanda muy fuerte de divisas por turismo como ha venido ocurriendo. Esa es un una dificultad importante, planteada por el propio gobierno para para liberar el cepo. Básicamente, sin dólares es muy difícil la liberación del cepo”.
López Mieres evaluó que las tres condiciones “no se dan y pareciera que el gobierno no quisiera que se den por las consecuencias que tendría una liberalización total del tipo de cambio. llevando ese número a un punto que traccionara la inflación hacia arriba y que destruyera el principal capital político que tiene el gobierno en este momento, que es la reducción de la inflación”.
Y aportó un dato al que calificó como “escalofriante. Si uno toma el balance cambiario de todo el año 2024, el pago de intereses representan el 90 3% de todo el saldo de comercial y de servicios que tiene el país. O sea, que prácticamente todo lo que nosotros digamos a todo lo que nosotros nos ingresa por comercio exterior, se nos va por intereses”.
La pregunta respecto a quienes resultarían ganadores y quiénes perdedores ante una salida del cepo y su consiguiente devaluación “siempre que hubo este periodo de atraso cambiario el sector financiero fue gran beneficiario hasta que era cuestión estallaba”.
Y señaló la paradoja de que “para todos los sectores que están endeudados en dólares, obviamente implicaría mayores costos de honrar esa deuda y fundamentalmente destruirle una fuente de ingresos actual que tiene que es precisamente la timba financiera, a través de todo el mecanismo de de carry trade”.
Montagu coincidió con el diagnóstico y agrega que “esto lo reconoce incluso el gobierno. Cuando habla de devaluación, conoce las consecuencias y los impactos que tiene en la inflación y en el poder adquisitivo de la mayor parte de la población. Por eso también su argumentación tan fuerte en contra de la devaluación”.
Y concluyó: “este esquema planteado por el Gobierno no es sostenible en tiempo, salvo que ingresen dólares de manera constante y de manera considerable. Entonces, la devaluación tiene los efectos contractivos en los ingresos que conocemos”.