Redacción Canal Abierto | La violencia de este miércoles afuera del Congreso Nacional tuvo su correlato adentro del recinto, en un hecho escandaloso cuyas repercusiones aún no terminan.
En sesiones ordinarias, la Cámara de Diputados tenía varios temas por tratar. Valiéndose de su número y algunos aliados inesperados como el radicalismo y el MID, la oposición logró impulsar la comisión investigadora para abordar el criptogate que involucra a Javier Milei (iniciativa que había fracasado en el Senado), y otra para debatir la interpelación de Karina Milei, Manuel Adorni y Guillermo Francos.
Luego dictó la emergencia por las inundaciones en Bahía Blanca, que fue aprobada por unanimidad. Y después sobrevino una serie de hechos tan insólitos como desafortunados.
Aprovechando el quórum, la diputada Victoria Tolosa Paz (UxP) propuso una moción para emplazar las comisiones de Asuntos Constitucionales, Presupuesto y Legislación General para que tratasen la posible derogación de las facultades delegadas a Javier Milei gracias a la Ley Bases “en el marco de las denuncias por la criptoestafa”. Según Tolosa Paz, esa delegación equivale a “haberle otorgado un cheque en blanco” al Presidente que, cuando está siendo investigado por la presunta comisión de un delito, “necesita ser revisado”.
Ante el pedido, los diputados de La Libertad Avanza (LLA) y sus aliados se fueron del recinto con la intensión de que la sesión perdiera el quórum, que se obtiene con la presencia de la mitad más uno de la Cámara, que tiene un total de 256 bancas. Es decir, con 129 diputados presentes.
Pero dos legisladoras oficialistas, Rocío Bonacci y Marcela Pagano, desoyeron la orden del bloque y no se levantaron. Ahí se suscitó el primer hecho escandaloso, cuando dos de sus pares —María Celeste Ponce y Lilia Lemoine— las increparon.
El segundo ocurrió casi al mismo tiempo con otro grupo de díscolos, los tres diputados del Bloque Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), una escisión de LLA liderado por Oscar Zago y completado por Cecilia Ibañez y Eduardo Falcone. Pese a ser aliados del oficialismo, los legisladores decidieron quedarse y fueron increpados por un grupo de pares libertarios. El resultado: una pelea a golpes entre Zago y el correntino Lisandro Almirón.
Una sesión, tres escándalos
Lo curioso es que ese escándalo suscitó el tercero: en el momento en que Zago se levantó de su banca para pelearse, el tablero marcó sólo 128 diputados presentes y el presidente de la Cámara baja, Martín Menem —quien ya había tratado de imponer un cuarto—, aprovechó para levantar la sesión por falta de quórum.
En respuesta, el bloque de Unión por la Patria, liderado por Máximo Kirchner, acudió al estrado de Menem a exigirle que continuase con la sesión, pero el sobrino del expresidente Carlos Saúl Menem se retiró raudamente sin acusar recibo.
Según recreó la periodista Cynthia García en su red X, el diálogo que aconteció fue el siguiente:
—Tenés que poner orden, es tu bloque, son diputados de tu bloque, corresponde que continuemos— le dijo Kirchner a Menem.
—Yo no puedo hacer nada— aseguró el presidente de la Cámara.
—Entonces no podés ser presidente— le respondió el diputado opositor. Con la sesión caída, Tolosa Paz aseguró a los medios que a Zago “lo levantaron de su banca a las trompadas”. Por su parte, Ibañez y Falcone publicaron un comunicado este jueves “en solidaridad” con Zago y detallaron que “Lisandro Almirón, a los gritos” comenzó a provocar “violentamente con insultos impropios de su investidura, con el claro propósito de dejar sin quórum la sesión, cosa que finalmente logró”.
Hoy a las 13.30 estaba convocada la reunión de la comisión bicameral de Trámite Legislativo que trataría el DNU del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que se publicó el martes por la mañana y que la dupla Milei-Caputo tiene urgencia por que sea aprobado. Pero el senador oficialista Juan Carlos Pagotto anunció su suspensión. ¿El motivo? Que Zago y Almirón se volvieran a trenzar a golpes.