Redacción Canal Abierto | Minutos después que el presidente Macri presentara el espíritu de la flexibilización laboral y previsional y la reforma tributaria ayer en el CCK, el sindicato lechero Atilra rubricaba un nuevo convenio colectivo con menos derechos, ante la mirada golosa de los representantes de las cámaras patronales CIL y APYMEL, el ministro de Trabajo Triaca, el de Producción Cabrera y el de Agroindustria Buryaille, hoy eyectado del cargo que ocupará el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Luis Etchevehere.
El regresivo acuerdo para los trabajadores lecheros establece un premio por presentismo y puntualidad que se pierde con dos ausencias o llegadas tarde de más de 35 minutos.
Para evitar el pago de horas extras, crearon una figura: la del trabajador franquero para días sábados, domingo y feriados. Avalaron, asimismo, el ingreso de operarios por un período acotado.
Introdujeron además la multifuncionalidad de los trabajadores, pero eliminaron las especificidades de algunas tareas que no se corresponden con las generales de la actividad.
Asimismo dejaron la puerta abierta a modificar categorías y escalafones de acuerdo a la incorporación de tecnología.
La flexibilización de las condiciones de empleo por sectores es el modelo elegido por el Gobierno para implementar su reforma laboral. Evita de esta manera centralizar las críticas en lo que sería una modificación en el Congreso de la Ley de Contrato de Trabajo. Cuenta para ello con un sindicalismo cómplice.
El año pasado fue Guillermo Pereyra, secretario general de los petroleros de Neuquén, quien resignó 1700 despidos y horas extras a cambio de inversiones. A fines de septiembre, Armando Cavalieri de Comercio incursionó en un acuerdo con AUSA (la autopista que maneja el gobierno porteño) para migrar a 583 empleados de peajes en un plazo de cuatro años. Los mecánicos de SMATA también apretaron su mano con Macri en el Salón Blanco de Casa Rosada.
Ahora fue el turno de Héctor Ponce, titular de los trabajadores lácteos de Altira, sindicato nucleado en la Corriente Federal de Trabajadores que lidera el kirchnerista Sergio Palazzo. Ya el 5 de mayo pasado Atilra aceptó debilitar su organización gremial cuando las empresas redujeron su aporte extraordinario por trabajador al sindicato.
En la reunión de este lunes, el ministro Triaca no pudo ser más claro: «Es un paso importante el de trabajar en conjunto con el foco puesto en producir más y mejor”.
La estrategia del Gobierno y la patronal fue aprovechar la caída en la actividad y el consumo producto del ajuste económico. Sólo basta recordar el caso Sancor, una de las empresas insignia del sector lácteo que cerró cuatro de sus 16 establecimientos e inició un plan de retiros voluntarios con los que redujo su planta en un 20%.