Redacción Canal Abierto | La ciencia y la técnica argentina nuevamente hacen historia: un microsatélite íntegramente desarrollado en el país por ingenieros y estudiantes de organismos públicos y universidades nacionales será parte de la misión Artemis II, que marcará el retorno de astronautas a la Luna por primera vez desde 1972.
El microsatélite ATENEA fue desarrollado por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) junto con la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires (FIUBA), el Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR), la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la empresa VENG S.A.
Su desarrollo forma parte del programa SARE (Sistema Argentino de Alta REvisita), que busca crear satélites pequeños de forma ágil y con bajo costo para observación de la Tierra y exploración del espacio.
A fines de septiembre, algunos de sus desarrolladores estuvieron en Estados Unidos para hacer entrega del ATENEA, que fue integrado al lanzador en el Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral. Su despliegue se realizará en las etapas iniciales de la misión, antes de que la nave tripulada se acerque a la Luna. Además del satélite argentino, la NASA también integrará CubeSats de Alemania, Corea del Sur y Arabia Saudita, lo que refuerza el carácter internacional y científico de la misión.
El objetivo del ATENEA es validar tecnologías críticas para futuras misiones espaciales. Su misión principal consiste en medir y recopilar información de la radiación en órbitas altas; recopilar datos para ayudar al diseño de futuras misiones en órbita alta; y validar un enlace de comunicación de largo alcance junto con la evaluación de componentes de uso espacial.
CONAE: El organismo de Ciencia que más sufrió la motosierra
“Por primera vez después de 53 años está previsto entre febrero y abril de 2026, y será el primer vuelo tripulado del programa Artemis, que busca establecer una presencia humana sostenible en la Luna como paso previo a futuras misiones a Marte”, destacaron desde la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología. “Esta participación histórica –añadieron- coloca a la Argentina en un selecto grupo de países con desarrollos satelitales integrados a una misión tripulada de alto perfil internacional”.
Lo paradójico, es que este nuevo logro llega en paralelo a uno de los procesos de desguace de las áreas de Ciencia y la Técnica más destructivos de la historia del país. Tras dos años de pelea, recién el mes pasado las Universidades lograron que el Congreso ratifique la ley de financiamiento universitario, luego de dos vetos presidenciales.
Pero además, representantes de los trabajadores en el organismo denuncian que son el sector que más ha sufrido los recortes en el área de ciencia y técnica. Lo que no es poco decir. La comisión interna de ATE-CONAE estima que el recorte asciende al 60% del presupuesto y al 20% de la planta por no renovación de contrato, a lo que se suma quienes abandonan la actividad por los bajos salarios o por la caída de los proyectos en los que se venían desempeñando.

