Por Corina Duarte | El domingo a las 4.30 de la madrugada, cuando regresaba de una fiesta con su familia, un balazo hirió primero y mató después a Abril Bogado, una nena de 12 años. El hecho ocurrió frente a su mamá, su hermanita de 4 años, su abuelo y su papá. El presunto autor del disparo fue detenido el lunes por la tarde, horas después de que el cortejo fúnebre dejara a la hermosa pibita en el cementerio municipal.
Ese día –el del entierro- no hubo clases en la escuela a la que iba Abril y en la que su mamá trabaja como docente. Tampoco hubo actividades en el Polideportivo de Gimnasia, donde practicaba deportes. Por la tarde, Ringuelet, el barrio de Abril, marchó, pidió que los responsables vayan presos, lloró y pintó carteles pidiendo justicia. A algunos se les iba la mano. Volvimos a escuchar que “entran por una puerta y salen por la otra” y que el juez José Villafañe era un “garantista berreta”.
“Se me escapó el tiro”, dijo “Pepito” -apodo con el que se conoce al autor del disparo-, según declaraciones policiales.
José Edgardo Echegaray, su nombre real, tiene un largo prontuario de ingresos y egresos de comisarías y penales. Estuvo detenido hace dos años y pocos meses. Salió en libertad luego de que su caso fuese evaluado por el Juzgado de Ejecución Penal Nº 2 de La Plata. El 22 de julio de 2015, Echegaray salió de la Unidad Nº 18 de Gorina luego de una condena por robo agravado y tentativa de homicidio dictada en 2012, que inicialmente se extendía hasta el 22 de julio de 2018.
Los informes que se conocieron a la prensa hablan de la «buena» conducta de “Pepito”. Durante la detención, las mujeres del barrio lo puteaban y pedían que la policía se lo llevara a cara descubierta, “porque es un hijo de puta”.
Tentativa de robo, tentativa de homicidio, robo calificado y, ahora, el homicidio de Abril. En el barrio, cercano a donde baleó a Abril intentando robar el auto en el que iba la familia y otro auto que estaba en la cuadra de enfrente, a “Pepito” parecían no quererlo nada.
El segundo sospechoso, de 17 años, fue detenido horas después en el barrio “El Mercadito”, en la casa de un familiar.
Por esas horas, se hablaba de trasplante de órganos. Del corazón de Abril en el corazón de Justina, hecho que inclusive obligó al CUCAIBA a dar declaraciones y explicar cómo es el Protocolo de Donación de Órganos, algo muy lejano a la necesidad de inmediatez de las redes sociales.
Desde el CUCAIBA informaron que el equipo del Servicio Provincial de Procuración concurrió al hospital de Niños Sor María Ludovica, donde estaba la niña de 12 años, para su evaluación neurológica. Los profesionales explicaron que “no se pudo llevar a cabo el protocolo de diagnóstico de muerte bajo criterios neurológicos dada la inestabilidad hemodinámica de la niña, hecho que la llevó a un paro cardíaco irreversible, circunstancia que imposibilita la donación de órganos”.
El concejal por el Frente 1País, Gastón Crespo, reiteró ayer por la tarde “el pedido de declaración de la Emergencia en Seguridad en la región con suma urgencia. En los últimos años se han incrementado los hechos de inseguridad en nuestros barrios y también se ha exacerbado el nivel de violencia. En la región se cometieron cinco asesinatos en dos semanas y ya suman 42 en lo que va del año”.
Según las estadísticas difundidas por el Ministerio Público los delitos se incrementaron en el distrito en 2016 un 120% más que en el total de la provincia. Es decir, mientras que en el territorio bonaerense el delito aumentó un 3,8%, en La Plata subió un 8,4%.
Crespo y su equipo proponen un “mayor control y monitoreo de las calles y el espacio público, con una red inteligente de cámaras y alarmas vecinales” y llaman a “abrir el debate a todos los sectores sociales, mediante la realización de audiencias públicas y asambleas barriales, para que todos los vecinos seamos partícipes del modelo de seguridad que queremos para nuestra ciudad”.
Para Rodrigo Pomares, coordinador del Área de Justicia y Seguridad Democrática de la Comisión Provincial por la Memoria, “lo que pasó tiene que ver con una mirada irresponsable con el tema de la seguridad pública, que siempre va atrás de los episodios o de las coyunturas y que no se propone abordajes y estrategias. No hay otra forma de expresarlo, en la medida en que se siguen tomando decisiones atravesadas por la demagogia, sin proponer salidas integrales a los problemas. No va a faltar quién salga ahora a pedir endurecimiento de penas, y a pedir toda la serie de discursos y propuestas que se vienen ensayando en particular después de la crisis del 2001, que son propuestas que no resuelven el problema y que obturan otro tipo de discusiones, por ejemplo: ¿qué se hace con el uso de las armas de fuego?, ¿cómo se trabaja para la promoción y protección de derechos para que algunos colectivos vulnerables, niños y niñas, reciban políticas del estado que no sean políticas de violencia?”.
Pomares además propone, una vez más, el “trabajar para pensar cuál es el rol de la Justicia penal y como se evita que las personas que pasan por la Justicia penal no salgan enormemente dañadas y lesionadas de forma de volver a una vida social destruida, con sus lazos sociales rotos. La respuesta que imaginamos ahora viene por el lado de la exacerbación punitiva que incrementa los niveles de violencia en el cotidiano. No es sencillo. Es estratégico y hay que pensarlo a largo plazo pero seguramente van a ser más efectivas que las políticas que se vienen desarrollando, que vienen teniendo grave influencia sobre el incremento de los delitos. La generación de los conflictos está en la base de la desigualdad social del Estado, no en las políticas punitivas que son las que dominan”.
Abril sonriente con su ropa de gimnasia artística, azul y blanca. Abril con su mamá y su hermanita, en la foto se las ve en unas vacaciones. Los vecinos contaron que se enteraron de lo que ocurrió por los gritos de su mamá pidiendo ayuda.
A Abril la mataron el domingo, con 12 años. La sensación de peligro en la que están nuestros hijos y nuestras hijas supera a veces nuestras propias racionalidades y nuestros debates inconclusos sobre la seguridad y la inseguridad.
Pobrecita, pobre nena.
Tomo de Mario Benedetti unas palabras para despedirla: «Donde estés / si es que estás / si estás llegando / será una pena que no exista Dios”.