Por Diego Leonoff | La de Ernesto Ardito (44 años) es una mirada personal. El cineasta sufrió ataques de pánico durante años hasta que en 2007, en un intento por racionalizar su dolencia, decidió investigar sus causas. Consultó psicólogos, psiquiatras, neorólogos y entrevistó a otros que pasaban por lo mismo. El resultado del trabajo parió “Ataque de pánico”, que este viernes tendrá su estreno en el Cine Gaumont y a través de la nueva plataforma del INCAA, Cine.ar TV (viene a reemplazar a Odeon).
“La mayoría lo describe como una súbita dominación psicofísica de falta de respiración, taquicardia, entumecimiento muscular o agorafobia (miedo y evitación de lugares públicos) que hace creer que uno se está muriendo”, cuenta. Si bien los síntomas generan un malestar físico que se asemeja al de un paro cardiaco, se trata de una afección psicológica, producto del miedo.
En términos físicos, el ser humano está preparado para enfrentar un peligro real. Si algo nos golpea o agrede, existen alertas que el cuerpo activa inmediatamente para defendernos del riesgo. Se trata de mecanismos de defensa naturales. “El problema es cuando la sensación de amenaza es constante y nos excede”, explica Ardito.
La película intenta analizar las características de la sociedad contemporánea para explicar el aumento de los casos, en Argentina y el mundo. La conclusión es que, en gran medida, la raíz del problema reside en el bombardeo contante por parte de los medios de comunicación, la búsqueda de control y la autoexigencia.
Este ensayo-documental, del director de Raymundo –sobre la vida y obra del cineasta Raymundo Gleyzer–, recorre la historia de 12 pacientes que cuentan sus historias en un off original. Sonidos e imágenes generan un clima fantasmagórico y por momentos angustiante a través del cual Ardito no sólo pretende informar, sino también poner al espectador en el lugar de quien sufre este trastorno.
El Ministerio del Miedo
Basta observar algunos de los principales portales de noticias para entender cuál es la percepción de la realidad, y sobre todo de la otredad (el otro), que se nos busca imponer a fuerza repetición: un nuevo atentado, está vez en el metro de San Petesburgo, Rusia, deja al menos 14 muertos y eleva el alerta terrorista en Europa y Estados Unidos; o bien, en el ámbito doméstico, el hecho de que en Argentina crece día a día el desempleo, que hoy aqueja a casi 2 millones de trabajadores.
“Mucho tiene que ver con la violencia que nos rodea, ya sea en mundos más cercanos y palpables como es el ámbito laboral o la calle, pero también a través de los medios de comunicación con afecciones que no siempre están inmediatamente a nuestro alrededor”, afirma el director del film, y agrega: “El sistema de alerta de nuestro cerebro queda saturado por este bombardeo, lo que genera la idea de que todo lo que ves que a través de los medios te puede pasar a vos”.
Es un bombardeo que tiene mucho de intencional: el documental aborda la paranoia estadounidense (y mundial) generada por las imágenes del atentado a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001, y su posterior manipulación para desencadenar la guerra y la persecución en el mundo árabe. Así como también las imágenes de noticieros de Argentina machacando hora a hora con casos de inseguridad ciudadana.
En este sentido, hay un concepto bastante adecuado que desliza el documental en su tráiler: “Hoy, el Ministerio del Miedo es mucho mas efectivo que el de Guerra”.
En Argentina
Si bien en otro tiempo existían casos que quizás no eran correctamente diagnosticados, el documental busca echar luz sobre las razones de por qué se produjo un avance de los ataques de pánico durante las últimas décadas, en Argentina sobre todo después del 2001.
“Nuestras subjetividades se apoyan en elementos que suponemos son mas sólidos que cada individuo por separado. Para algunos se representan en el Estado, para otros la religión o las instituciones religiosas, el trabajo. Desde una visión paternal, sentimos que esas superestructuras nos pueden proteger. En la Argentina de 2001, por ejemplo, el mismo Estado desapareció, dejando a miles sin trabajo y con una sensación de indefensión absoluta”, explica Ardito.
Diferentes estudios epidemiológicos arrojan que 1 de cada 10 argentinos tienen al menos una crisis de pánico a lo largo de su vida. Mientras que el 30 por ciento de los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires sufre trastornos de ansiedad.
Una mirada histórica
“Ataque de pánico” también analiza el abordaje que la medicina realizaba ante estos síntomas en tiempo pretéritos.
Décadas atrás (ni hablar de siglos) se encerraba y torturaba a quienes acudían con dolencias que no encontraban una interpretación física. Para la medicina eran dementes, y por lo tanto peligrosos para sí y la sociedad.
“Ahora es diagnosticado por médicos clínicos, pero antes era difícil y las personas eran sometidas a tratamientos que podían empeorar su situación, como las cesiones de electroshocks (sorprende, pero aún en la actualidad se utilizan en casos puntuales) y el encierro”.
De hecho, el film toma una hipótesis que –aunque incomportable- le es útil a los fines de analizar posibles disparadores o causales de esta enfermedad. Numerosos registros históricos revelan que Charles Darwin, uno de los hombres más influyentes de la ciencia moderna, sufría de síntomas que hoy podrían se diagnosticados como trastornos de pánico o de ansiedad.
Aún siendo relativamente joven (todo comenzó a sus 36 años aproximadamente) y de gozar de una buena salud en términos físicos, el por entonces padre de la revolucionaria teoría evolucionista no conseguía explicación ni cura para los ataques que, según relataba, incluían una “incómoda palpitación del corazón” y falta de aire.
La película hace eco del caso y busca entablar un nexo entre estas dolencias y los efectos de la concepción evolucionista en su propio creador. Por aquel entonces, la teoría de Darwin significó una mirada novedosa del mundo que venía a imponerse por sobre la idea paternalista del hombre como fruto de la creación de Dios. En consecuencia, según el documental de Ardito, esto habría provocado en el célebre naturalista inglés un impacto emocional y un sentimiento de orfandad que podrían haber estado asociados a este trastorno.
Estreno en simultáneo
“Ataque de pánico” se estrena este viernes 7 de abril a las 19:30 hs. en el Cine Gaumont (Av. Rivadavia 1635, CABA) y a través de la plataforma del INCAA, Cine.ar TV.
El objetivo de la oferta online es dar difusión al film por fuera de la Ciudad de Buenos Aires, y a la vez facilitar su acceso para quienes, por sufrir trastornos de pánico y agorafobia, no pueden ir a un cine o permanecer en espacios públicos.