Redacción Canal Abierto | Los recientes datos de la UCA demostraron que el camino a la Pobreza 0 es para el otro lado. De la cifra creciente de la universidad que ya llega a los 13 millones y medio de argentinos bajo la línea de pobreza –en su mayoría niños, mujeres y ancianos- la franja más crítica la componen los 2 millones y medio que se encuentran en la indigencia, es decir que no logran acceder a la Canasta Básica Alimentaria que elabora el Indec.
En esa franja la crisis se hace sentir más hondamente, ya que los alimentos primarios son el rubro que más inflación sufrió.
En otras palabras: mientras en los once primeros meses del año los alimentos se incrementaron un 19,59%, en promedio, hay una lista de 22 productos básicos que aumentaron por encima del 20%. Y, de ellos, trece artículos -que forman parte sustancial de la dieta familiar de los sectores de menores ingresos- tuvieron subas muy superiores: la papa (+70%), el tomate (+44%), el yogurt (+43%), la leche fluida y el queso de rallar (+33,33%), las mandarinas (+46%) y las naranjas (+33,33%). En ese marco, la suba interanual de la Asignación Universal por Hijo de noviembre a noviembre, fue sólo del 28%.
El dato surge del informe ¿Por qué la indigencia y la malnutrición en 2017 crecieron entre los más pobres?, del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCi).
El ISEPCi elabora el Índice Barrial de Precios (IBP) a través de un relevamiento en 400 negocios de veinte distritos del conurbano bonaerense, que arrojó un aumento en los precios de la Canasta Básica de Alimentos (CBA) en noviembre de un 2,6%. La Canasta Básica Total (CBT), según el estudio, tuvo un incremento del mismo tenor. En el acumulado anual, la CBA subió un 19,59% y la CBT, un 21,07%.
Por otra parte, otro informe que el Instituto realizó en conjunto con la organización Barrios de Pie el mes pasado, arrojó que “sobre un muestreo total de 15.704 niños y adolescentes de 2 a 19 años, el 48% (7512) se encuentra en alguna de las variantes de malnutrición”, donde destacan la obesidad y el sobrepeso.
“La explicación de estos dos preocupantes fenómenos la encontramos en el desproporcionado crecimiento de los alimentos de primera necesidad, que nunca llegan a ser cubiertos por el aumento en las asignaciones sociales –finaliza el estudio-. Son elementos que deberían tenerse en cuenta cuando estamos a las puertas de la sanción de una ley que reduce los aumentos futuros de los jubilados y las asignaciones sociales”.