Redacción Canal Abierto | “Con intención de ejercitar la memoria y repudiar los hechos de violencia contra el pueblo mapuche, distintas organizaciones sociales y diversas expresiones del pueblo mapuche nos convocamos en la plaza del Centro Cívico, plaza de los kultrunes y los pañuelos, bajo el lema Trawutuaiñ: Encuentro para reencontrarnos”.
Así describieron las distintas organizaciones mapuches a la jornada cultural e informativa que propiciaron durante todo el miércoles 10 en el centro de Bariloche, a un año de la primera represión feroz por parte del Estado nacional en la Pu Lof de Cushamen, que se recrudeció a lo largo de 2017.
En diálogo con Canal Abierto, Sandro Rivas Pichicura, parte de la organización, sostiene que siempre se pensó a San Carlos de Bariloche Bariloche como “la Suiza argentina donde hay blancos y rubios”, cuando la mayoría de la población es de origen mapuche. “El objetivo de hacer este tipo de encuentros es que el turista escuche a las comunidades y estamos haciendo otros en los barrios”, describe.
La escalada represiva que revivió “la conquista del desierto” y “echó sal sobre la herida colonial”, como describe Rivas Pichicura, se cobró la vida de Santiago Maldonado y de Rafael Nahuel y recordó la necesidad de reunirse. “Lo que ocurrió nos puso muy tristes y también en alerta para reconstruir lazos y empezar a revertir esta imagen negativa que está construyendo el Estado sobre el pueblo mapuche”, sostiene.
A lo largo de todo el día se sucedieron debates, juegos, intervenciones culturales, muestras fotográficas, clases públicas, radio abierta, feria artesanal y bandas en vivo, en un festival organizado por el Espacio de Articulación Mapuche, el Kolectivo kultrunazo, Mapuche Furilofche Mapu, y Pu pichikechoike.
También se presentó el informe sobre la situación de la mesa de diálogo que se conformó tras la brutal represión a la comunidad Lafken Winkul Mapu -que terminó en el asesinato de Rafael- y pretendió encontrar una salida política al conflicto.
Sobre el tema, Lorena, de la comunidad Mariano Pulef, explica: “lo que se propuso la mesa como objetivo político es que, ante cualquier emergencia, se va a convocar de forma inmediata. Es la respuesta política al vacío institucional que dejó el Estado”.
Por su parte, Patricia, oriunda de la zona de Nahuel Huapi, relata los antecedentes de la represión de noviembre pasado, que pretendió evitarse buscando instancias de diálogo con el Estado, con Parques Nacionales y hasta con el INAI para evitar el desalojo violento.
“El Estado no ha generado las instancias de diálogo para que esto no pase a la Justicia Penal. Ese es el llamado de atención hacia el Estado: de qué manera se buscan soluciones políticas que no sean represivas, de qué manera se busca profundizar y conocer el reclamo del pueblo mapuche”, afirma.
El nuevo enemigo interno
Durante la desaparición de Santiago, el discurso gubernamental construyó en los mapuches un nuevo enemigo a combatir al que demonizó al punto de compararlo con Isis. Para Vanesa, del Espacio de Articulación Mapuche y Construcción Política, este discurso no es inocente: “En muchos territorios que habitan comunidades mapuches hay proyectos económicos, y ahí está el meollo de la cuestión, de ahí la estigmatización”.
“Hay una avidez por el territorio y no solamente de los capitales extranjeros sino también de la oligarquía argentina que se ha beneficiado históricamente de distintas políticas genocidas”, resume.
Entrevistas: Violeta Moraga | Fotos: Juan Alaimes