Redacción Canal Abierto | A fines de julio fue apresado Iván Bordón. Tres noches después, luego de una audiencia en el Ministerio Público de la Acusación, en la localidad de Tostado, fue liberado. Estuvo preso por orden de la fiscal Sonia Bustos que lo imputó por supuesta “resistencia a la autoridad” en un allanamiento a sus defendidos, los hermanos Clavero. Lo acusó como jefe de una presunta “asociación ilícita”. La supuesta banda era la organización de campesinos del norte de la provincia que resiste el arrebato de sus tierras a manos de empresarios y amigos del poder, y que logró la sanción de la ley 13.334 que frena los desalojos compulsivos hasta 2020. La jueza Cristina Fortunato rechazó el pedido de prisión preventiva, desestimó la imputación por falta de pruebas y ordenó la “inmediata libertad” de Bordón.
Bordón integra el organismo de derechos humanos Norte Amplio, y fue querellante en varios juicios por delitos de lesa humanidad. Es defensor de pequeños productores amenazados por el lobby sojero. Los Clavero sufrieron varios allanamientos irregulares, violentos y armados, en su campo, en Gato Colorado. En uno de esos hechos Bordón intentó garantizar la legalidad del operativo y terminó golpeado y detenido.
En una charla con Canal Abierto, califica la maniobra como “un armado judicial para sacar a dos familias de sus tierras”.
“Desde 2012 empezamos a trabajar apoyando a este colectivo de familias campesinas del noreste santafesino. Se empezó a resistir los intentos de subasta y remates de las tierras, por los honorarios profesionales de estos abogados que los embargaban y les hacían juicios de desalojo”, explica Bordón para esta nota.
El 18 de junio de 2017 se realizó un desalojo con detenciones y torturas en un predio en el que finalmente ingresó de hecho la firma Río Limpio SA, oriunda de la localidad bonaerense Tigre.
“Denunciamos a la Fiscal por encubridora –dice Bordón – con 3 instancias forenses que constataron las lesiones”
“Hace un año empezó mi confrontación publica con la Fiscal, porque yo defendía a la familia Clavero y la denunciaba porque ella decía que nadie los tocó durante el desalojo. Hicimos la denuncia por tortura y empieza la persecución con causas judiciales”.
En el proceso se presentó un registro fílmico editado en el que falta el momento en el que Bordón fue golpeado durante su detención. Ahora, por dos meses no se puede acercar a un campo en Gato Colorado, de donde desalojaron a la familia Barberis mientras él estaba “secuestrado”. También desalojaron a la familia Clavero mientras se desarrollaba la audiencia para la liberación: “Les hicieron firmar un acuerdo claudicatorio en la que estos poseedores históricos de esas tierras por dos meses no podían volver al campo, y así esta firma se quedó con el terreno”, denuncia Bordón.
La suerte de Iván Bordón sigue jugándose minuto a minuto en la batalla judicial. Aunque la jueza dijo que no había elementos para una asociación ilícita, la fiscal y los querellantes apelaron esa decisión y su libertad se está discutiendo en una Cámara de la ciudad de Rafaela.