[mks_dropcap style=»letter» size=»52″ bg_color=»#ffffff» txt_color=»#848484″]A[/mks_dropcap] esta altura de las cosas se me hace que debemos hacer a un lado cualquier elucubración acerca de la ideología, las razones, los intereses, los propósitos, y, me atrevo a decir, los deseos de las personas que nos gobiernan. Vayamos al grano. Estamos en manos de tipos que creen que Voltaire fue el inventor del voltio. Macri no es otra cosa que el oligarca inglés del chiste: recibe a un invitado en su palacio y lleno de orgullo lo lleva de uno a otro lado mostrándole su hacienda. “Esta es la casa de mis criados”, le dice. “Este es mi jardín, en aquella caballeriza están mis caballos, aquel es mi carruaje, más allá mi lago, junto a mi bodega, ¿puede verlo?”. Ya en el interior del palacio: “Acá, a la izquierda, mi salón de lectura; a la derecha, mi salón de obras de arte; allí nomás, mi colección de música”. Lleva al invitado a la planta alta. Señala una puerta: “Esta es la habitación de mis hijos”. Señala otra: “Este es el baño principal”. Llega a otra puerta: “Esta es mi habitación”. Abre la puerta. En la cama está su mujer cogiendo con un tipo. Entonces él dice: “Esta es mi habitación, esa es mi cama, esa es mi mujer, y ese soy yo”.